Parte 3.

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La segunda clase llegó, era la del profesor de literatura. El único en toda la secundaria que no había dejado proyectos para el fin de curso. Era uno de los mejores profesores y gracias a su encanto natural mi amor por la lectura había despertado. Cada miércoles sin falta al salí de clase me acercaba muy discretamente hasta su escritorio, él dejaba un libro lo más alejado de su espacio personal en una esquina y yo lo tomaba fingiendo que nada pasaba. Me alejaba casi corriendo, ¡Mi definición del tacto no era muy buena!

Ese día después de haber recogido mi libro todo me hubiese parecido casual, de no ser por el nombre que éste llevaba —"Travesuras de una niña mala" — leí la portada incrédula caminando fuera del salón, con la mirada fija en las finas y coquetas letras moldeadas de color rojo sangre, ignorando a quienes caminaban a mi alrededor. Escuché un par de — fíjate por dónde caminas — seguido de un — ¿estás bien? — de un momento a otro estaba de rodillas en el piso y una mano de largos y flacuchos dedos me ayudaba a levantarme.

— ¡Lo siento! — dispare de inmediato, totalmente avergonzada por las risas y las obvias carcajadas de burlas que se escuchaban a mis espaldas.

— Debes tener un poco más de cuidado — dijo el chico que de muy buena manera me ayudo.

Fue tan vergonzoso.

Y por si no fuera suficiente, casi media secundaria me vio hacer el ridículo, incluyendo al chico de mis fantasías.

Melissa apareció unos segundos después, ¡no sé de dónde! Con cara de "no me anda besuqueando con nadie", tenía el labial un poco corrido y las pupilas dilatadas. Me aparte del chico que me había ayudado lanzando un ¡gracia! al aire. Aun nos quedaba tiempo del receso así que deambulábamos por los pasillos.

— ¿Qué onda con ese? — preguntó Melissa.

Nos agarramos de las manos y antes de alejarnos volteé por última vez. Su mirada era intensa. Algo de él se había quedado en mí... Sacudió la mano como diciendo chao y yo sonreí. 

Tengo su número.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora