Parte 14.

1.7K 95 0
                                    

Después de leer la nota de mi hermano mi corazón tomó un respiro, ya no estaba tan arrugado. Abrí la puerta y bajé las escaleras para buscarlo. En cuanto estuvimos frente a frente me abrazo. Lo encontré en la cocina como siempre pegado a su celular.

— Perdona a mamá, sabes que a veces suele ser muy dura.

Hice un esfuerzo por cambiar mi cara de perro y le sonreí. No comprendía cuál era el problema de mi madre pero siempre y cuando Lucas me abrazara podía entender que al menos un apoyo me quedaba.

Me separe del torso de Lucas y me fui a mi cuarto en busca de mi celular, había olvidado su existencia hace algunos día y ni carga tenía el pobre. Lo saque todo empolvado de debajo de la cama (se había caído allí) lo encendí y lo conecte al cargado. Si el mendigo pudiera hablar de seguro conmigo ya no lo haría. Sonreí como quien mira a un perrito abandonado y lo sujete con cariño entre mis manos, como dándole un abrazo y pidiéndole disculpas.

Cuando pudo encender un sin fin de mensajes lo activaron y todo se sentía como si le dieran ataques de epilepsia — ¡Calma cariño! — le dije. La mayoría de los mensajes eran de Melissa y tenía algunos otros mensajes de mis compañeros de clases. El celular seguía titilando y vibrando; puras notificaciones vacías, sin importancia.

Lo único que llamo mi atención fue una notificación de Melissa.

«Melissa Escobar actualizó su foto de perfil. 4h»

La foto era de la dos, una de las tantas que nos habíamos tomado el fin de semana en la casa de su padre. Obviamente la publicación llamo mi atención porque Matías estaba entre las personas que le dio Like. Entonces algo pasó por mi mente, ¿Era casualidad que él le diera like a la foto donde salía yo o acaso le daba like solo porque Melissa era quien las posteaba?

Nota, si hay algo peor que no ser correspondida, es no existir, y si hay algo peor que no existir , es que sea tu mejor amiga la que sí existe.

Mis ojos quedaron en blanco, no todas las cosas malas siempre tenían que pasarme a mí, 7.400 millones de personas aproximadamente y a mí siempre me pasaban cosas desagradables.

Puse el celular en la mesita de noche y me volví a acostar en posición fetal. El celular seguía recibiendo notificaciones, y solo en la ocasión en que sonó el tono de llamadas lo tome.
Llamada de: Alicia.

¿Hola?

Hola Alis.

¿Tienes listos los dibujos?

Mierda.

¡¿Sí?!

Lo olvidaste... Bueno, te informo que son para mañana.

Mi compañera colgó la llamada sin decir nada más. Había olvidado por completo el asunto. El profesor asigno la tarea con mucho tiempo de anticipación y hasta ahora no había pasado por mi mente, en primer lugar me ofrecí a hacerlo ya que soy muy buena dibujando pero a estas alturas... Pues, ojala no supiera dibujar ni papas.

Dos horas más tarde.

Mensaje de: Alicia.

[80:05 p.m.] Alicia: Eres una irresponsable.

Maldita sea, lo que me faltaba.

Jamás me vuelvo a poner en un trabajo con ésta pesada.

[80:30 p.m.] Isabel: Imagen.

[80:30 p.m.] Isabel: Imagen. 

[80:31 p.m.] Isabel: Imagen. 

[80:31 p.m.] Isabel: ¿De qué hablas?  ya están listos.

[80:34 p.m.] Alicia: . Pero considera que si no te lo hubiera recordado tendría que ver tu cara de despistada mañana.

[80:34 p.m.] Isabel: Lo siento ;)

✓✓

Alicia era una de esas compañeras pesadas. La que nunca faltaba en el salón, pero como siempre los profesores se deleitaban haciéndote formar grupo con uno de ellos. 

Tengo su número.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora