Expectativa... La esperanza, sueño o ilusión de realizar o cumplir un propósito. Es lo que ves más allá de lo que hay, puede o no ser realista, pero, un resultado menos ventajoso ocasiona una decepción.
Durante todo el camino a casa no dije nada, lo único que hice fue mirar por la ventana, trataba de ignorar el incómodo silencio que había entre nosotros. Cuando llegamos, Matías detuvo el auto a unas cuantas casas de la mía (no quería que mi madre se enterara de que salía con alguien). Mi cuerpo se tensó cuando él ni siguiera volteo a mirarme, tenía la mirada fija hacia delante mientras apoyaba el codo en la ventana. Ya debía irme y no sabía qué hacer.
— Emmm...
— No es necesario que digas nada — soltó antes de que pudiera decir hablar.
Sostuve la manija de la puerta para bajarme pero antes de que lo hiciera algo llamo mi atención, el celular de Matías estaba entre el asiento del conductor y el asiento del copiloto, su pantalla se había iluminado y empezó a sonar. Matías se tensó, pude sentirlo, tomó el celular y lo apago.
— ¿No vas a responder? — pregunte extrañada.
— No — dijo secamente guardando su celular.
Bajé del auto y cerré la puerta — nos vemos — caminé con dirección a mi casa sin ver atrás, pero en unos segundos Matías encendió el auto y lo último que vi fue la placa.
¿Qué sucedió? Preguntó la vocecita en mi cabeza, estaba inquieta y tenía el estómago revuelto, no sabía que había pasado.
Al entrar a la casa me topé con mi hermano, estaba mirando la tv con su novia. Mi madre por otro lado estaba en la cocina, había ido por un poco de agua cuando me la encontré.
— ¿Te sucede algo? — preguntó en cuanto me vio.
Negue con la cabeza mientras tomaba agua. Salí de la cocina para irme a mi habitación, saqué mi celular del bolcillo y lo primero que pensé fue escribirle a Melissa. Necesitaba hablarlo con alguien.
Estaba algo confundida.
Entre a mi habitación, me senté en la cama y me quité los zapatos, luego el suéter. Las luces estaban apagadas pero la habitación se iluminaba por los faros de afuera, las cortinas están medio abiertas. Respire profundo tratando de aclarar todos mis pensamientos y me deje caer sobre mi suave y acogedora cama, fue como un abrazo. Tomé mi celular y lo puse sobre mi pecho. De protector de pantalla estaba una foto mía con Mat, el señor Kenneth nos la había tomado en la tienda de discos. La miré por un largo rato, empecé a detallar sus ojos. Su cabello; lago, negro y sedoso. Sus labios delgados, pero no lo suficiente para dejar de lucir jugosos. La estructura de su mandíbula, tensa para reprimir su sonrisa. No había nada que no me gustara de él. Y... No entiendo mi reacción tan reticente hacia su cercanía, bueno a la cercanía tan íntima que tuvimos. Lo admito, fueron un montón de sensaciones a las que me abrí de manera inesperada como si hubiera sido obligada. No fue mágico, no fue ¡Bonito! Y todo por las "expectativas".
Cerré los ojos y cálculo dormí por treinta minutos, cuando los abrí de nuevo revisé mi celular y tenía una llamada perdida de Melissa así que se la devolví.
Llamada a Melissa:
— ¡Ey! — susurré sin ánimo alguno.
— Isa, ¿cómo estás? te estuve llamado.
— Lo sé nena, dormía un poco.
— ¿Estás bien peje?
—Sí, bueno, no... No sé — exhale desesperada.
— ¿Es necesario que pregunte qué te ocurre?

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Tengo su número.
Storie d'amore(Terminada ) Crush es un sustantivo. La palabra crush también puede ser empleada como un sustantivo que quiere expresar flechazo, enamoramiento o arrebato hacia una persona. Incluso se puede emplear cuando existe cierta tensión sexual. Se suele deci...