Parte 20.

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Se preguntaran por qué tanta ansiedad, y es que después de haber escuchado todos los discos y soñar con mi crush cada vez que cerraba los ojos, solo esperaba poder verlo de nuevo.

Repase sus rasgos en mi mente mientras iba caminando. El pasillo me pareció tan amplio que me eche a correr para llegar antes al salón. Todos mis compañeros estaban fuera del salón, algunos sentados en el suelo y otros recostados de la pared esperando la llegada del profesor. Esa mañana estaríamos con el profesor de química, Axel. Salude solo a unos pocos, con los que mejor me llevaba, pero en cuanto vi a mi alma gemela solo me abalance sobre ella para abrazarla.

— Peje, te extrañe mucho.

— Y yo a ti.

— No supe nada de ti, ni un mensaje.

— Lo siento, ¿cómo estuvo la mudanza?

— Genial, no sabes lo increíble que ha sido despertar en esa habitación.

— Sí, es de sueños.

Mientras que me emocionaba por la vida que llevaría Melissa en la casa de su padre  desde ahora escuche la típica melodía que solía escuchar cada vez que Matías estaba cerca, todo empezó a sentirse más lento, el aroma de su perfume llego a mí de inmediato, me gire dándole la espalda a Meli, todo fue cosa de instinto. Iba caminando completamente solo, mirando distraído a cualquier lugar hasta que su mirada se topó con la mía y sonrió. Sonrió de una manera tan linda que supe que había sido para mí (me recordó) después de dejar al descubierto sus torcidos pero atractivos dientes levanto la mano para saludarme, yo le devolví el saludo. Melissa se había quedado boquiabierta, me miraba de arriba abajo y yo fingía ignórala. En cuanto Matías termino de dirigirse a su salón, Melissa no tardo en ponerse eufórica.

Ahhh ¿Qué demonios fue eso?

Me sonroje tanto, que pude sentir todo el calor concentrado en mis mejillas quemándome. De momento me pareció muy raro que no estuvieran sus amigos persiguiéndolo como lacayos. Se veía más guapo de lo normal, y ya que nadie lo seguía pude ver sus atributos traseros.

¡Qué nalgas y qué espalda!

— ¡Nada! — le respondí sabiendo que luego tenía que explicarle todo.

Melissa se cruzó de brazos, en eso la puerta del salón de clases se abrió, el profesor Axel había llegado.

— ¡Salvada por la campana! — dijo dándome la espalda. 

La dos entramos y cada una tomo su asiento.

Saque el cuaderno de mi mochila junto al estuche de lapiceros y los puse en la mesa, también mi celular. Tome asiento para escuchar con atención la clase, deduje que si me parecía interesante el tiempo pasaría rápido.

— Bien, presten mucha atención — La voz de Axel era como la de un locutor, era muy simple mantener la mirada fija en él —. ¿Han escuchado hablar de Lavoisier?

Nadie respondió.

  — Ok... — añadió  sin mostrarse decepcionado —.  Para muchos, Lavoisier es el creador de la química como la ciencia que conocemos ahora pero, ¿quién fue realmente Antoine-Laurent Lavoisier? ¿En dónde y en qué época vivió? ¿Cómo influyeron sus relaciones personales y los acontecimientos históricos de la época en su obra científica? 

« Escudriñar algunos detalles de la vida de Lavoisier les permitirá situar y comprender una etapa fundamental en el desarrollo de la química moderna dentro de un contexto social, político y cultural» 

Mientras que el profesor se extendía en su tema totalmente aburrido escuche a Hal, uno de mis compañeros mas latosos decir : — ¿Y a quien le importa eso?

Unas risasitas  sonaron  al fondo.

¡Silencio!  — pidió el profesor.  

Hal empezó a hablar más bajo pero aun se escuchaba. 

— Hablemos de los influencer .

— ¡Has  silencio cara de culo! — le dijo Ana que estaba  a su lado.

— ¡Ay! pero la perra ladra — bufo Hal con un tono coloquial y afeminado de lo más fingido.

Era tan irritante, pero para mi fue imposible contener la risa y al igual que yo todos mis compañeros. 


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