No había nada en mi closet lo suficientemente decente para usar en una cita, bueno si es que a eso se le podía llamar cita. Ni siquiera sabía a donde me llevaría Matías. Por suerte, no estaba en mi casa sino en la casa de Melissa, sentada a un lado de su cama, nerviosa mientras ella buscaba algo en su armario que pudiera prestarme.
Melissa estaba tan nerviosa como yo y me repetía en todo momento "debes estar muy atenta a tu celular". Salió con un par de prendas en las manos.
— No puedo creer que al fin haremos esto.
— ¿Hacer qué? — pregunte ansiosa.
— El viejo truco de quedarse en la casa de una amiga.
Yo ya no sabía si reír o ponerme o llorar, solo quería que llegara la hora de que Matías viniera por mí. Durante toda la tarde que estuve con mi madre y mi hermano no dejaba de darle vueltas al asunto.
Ya me había dando una ducha, Melissa extendió sobre la cama las prendas que usaría y la ropa interior, todo estaba nuevo. Desde un principio lo que llamo mi atención fue la hermosa camisa de color blanco, tenía un corte bastante femenino, muy inusual para mí, pero se veía muy cómoda. Me puse el Brasier, de color piel, porque según Melissa, "debajo de una camisa blanca siempre debe ir un Brasier color piel", luego me puse la ajustada falda negra y unos tenis deportivos geniales. Melissa tenía una colección de zapatos deportivos de las mejores marcas. Los que yo usaba esa noche era de la marca Nike.
Cuando terminé de vestirme Melissa busco un par de accesorios; pendientes largos, una delicada gargantilla y un reloj brazalete, según ella todo era de diseñador y se lo había regalado Dianna. A mí me valían muchas vergas, solo me importaba lucir bien. Después de eso vino la parte más difícil, el maquillaje. Mi querida amiga siempre se maquillaba como profesional, pero yo no. De hecho, no me gustaba mucho. Aunque cuando me vi en el espejo tuve que admitir que había hecho un buen trabajo.
— ¡Estas lista peje!
Me mire en el espejo una vez más.
Todos los tonos del maquillaje eran muy cálidos, se veía muy natural. En cuanto al peinado solo me deje el cabello lacio y ligeramente despeinado, para que no se viera tan elaborado.
A las siete y media recibí una llamada de Matías, estaba cerca de la casa de Melissa.
Mi amiga termino de darme los últimos retoques y me abrazo, me alcanzo un bolso con mi celular, una copia de las llaves de la puerta trasera y dinero.
— Cuídate peje, cualquier cosa, me llamas, estaré atenta.
— ¡Gracias Mel! — susurre soltándome de su abrazo materno.
Bajamos las escaleras y nos fuimos silenciosamente hasta la cocina para salir por la puerta trasera, Melissa me acompaño hasta la acera donde Matías me recogería.
Un auto se acercó y supe que era él, me subí sin dejar de mirar a Melissa.
— Oye ¿Estas bien?
Enfoque la mirada en él.
— Emm, sí, sí.
— ¡Estas preciosa!
Matías se acercó inesperadamente hacia mí y me dejo un beso en la comisura de los labios, hubiera dicho que solo fue un beso inocente de no ser por la mirada que le siguió después.
Me sonroje por completo.
— ¿Nerviosa?
— ¡Para nada! - dije frotando mis manos sudadas contra el asiento.
Hacia tanto frio que empecé a tiritar como campanita y él puso su mano sobre mi muslo, estaba tan cálido. Era bastante incomodo aquella cercanía y la confianza repentina pero no tenía ni idea de por qué no retrocedía.
Tal vez porque me gustaba demasiado.

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Tengo su número.
Romance(Terminada ) Crush es un sustantivo. La palabra crush también puede ser empleada como un sustantivo que quiere expresar flechazo, enamoramiento o arrebato hacia una persona. Incluso se puede emplear cuando existe cierta tensión sexual. Se suele deci...