Parte 19.

1.6K 83 1
                                        

Al fondo, la música seguía sonando, lo que le daba un lindo toque a nuestra simple conversación, como sucede en las películas. Él me miraba y yo me derretía, tanto así que se me había olvidado la excusa con que lo había hecho probar todo ese montón de discos.

— ¿Entonces? — dijo él sacándome de mi ensoñación.

— ¿Qué?

— ¿Cual vas a llevarte?

Llevarme qué.

— Mierda, es una difícil decisión — metí la mano en el bolsillo de mi suéter y chequeé si traía suficiente dinero —. Me voy a llevar estos cuatro.

Aparte los primeros discos que él había tomado y sonreí. Sería un regalo innecesario para mí, me acostaría en la cama y los haría sonar para pensar en él y en este día. Seria reconfortante.

— Ok... — Matías rodeo el mostrador para ir a la caja, tomo mi dinero y los disco para envolverlos en papel de regalo.

Lo hacía con tanta concentración que me causaba un ligero cosquilleo por todo el cuerpo. Luego de tenerlos listos los puso a mi alcance y yo los tome para darle las gracias, Matías solo sonrió, pero fue una sonrisa discreta, nada que me hiciera sentir especial. Gire para salir de allí antes de que mi cuerpo empezara a quemarse y entonces lo escuche decir:

— Nos vemos en la secundaria. 

Salí de allí como si nuestra conversación no hubiese significado nada para mi, pero realmente por dentro mi corazón estaba lleno de mariposas.  Empece a caminar por las calles sintiéndome en las nubes, la sensación de ligereza emocional no cabía en mi. 

Era un gran paso. 

En cuanto llegue a mi casa, subí de inmediato a mi habitación. Mi madre al verme pregunto donde estaba pero yo solo le respondí que estaba bien, inconsciente de lo que me había preguntado. Subí las escaleras con tanta destreza como una bailarina de ballet, estaba tan emocionada como un niño con su regalo de navidad, apreté los discos contra mi pecho y en cuanto entre a mi habitación abrí con mucho cuidado el empaque , tratando de no dañarlo ni un poco. Saque el primer disco y lo olí por si el aroma de sus manos todavía sequía en el plástico. Cuando la música empezó a sonar mi alma se lleno de satisfacción, me tumbe en la cama y cerré los ojo para soltar la respiración que creo estuve conteniendo desde que lo vi. 

***

Después de un fin de semana largo y tedioso llego el tan esperado lunes, inicio de semana. Nunca había estado tan ansiosa por ir al Pine View School. Salí de mi casa como a quien le han ofrecido donas para desayunar. Por primera vez en todo el año peiné adecuadamente mi cabello rubio, hice un gran esfuerzo para dejarlo perfectamente alisado, me puse un poco de rubor, brillo labial y ropa limpia.

Estoy lista. 

Tengo su número.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora