Parte 12.

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Una lágrima empezó a caer por su mejilla. Ignacio era un hombre déspota del cual su madre se había enamorado locamente. Su madre a duras penas le prestaba un poco de atención, el tipo nunca se metía con Melissa pero ella odiaba ver como trataba a su mamá. Por más que Melissa le advirtiera que con él no estaba bien, la mujer se hacía de la vista gorda. Entonces, no es que Melissa fuera una mala hija, sino que "ojos que no ven, corazón que no siente".

Me acerque a ella y la abrace, no quería hacer que se sintiera mal.

El Sandwich estaba delicioso, me levante de la silla, tomé los platos y empecé a lavarlos y los puse en su lugar.

Regresamos a la piscina para sentarnos a la orilla y sumergir los pies. Así estuvimos por un largo rato.

***

— Muchas gracias señor Adrián— le dije al padre de mi amiga en cuanto me baje.

Mire la pantalla de mi celular eran justo las seis, ni un minuto más ni un minuto menos. Meli me había enviado un mensaje.

Mensaje de: Melissa.

[06:00 a.m.] Meli: TE AMO PEJE...

Sonreí al verlo y entre a casa. Mi madre estaba en la cocina y mi hermano Lucas en las sala, lo salude muy amablemente y él me devolvió el saludo de la misma manera pero no sin antes decirme que mamá me mataría. No le di mucha importancia. Me fui directo a la cocina, tomé asiento en la mesa del desayuno y salude a mi madre como de costumbre — ¡Hola Adela! — ella giró la cabeza como si estuviera poseída. Odiaba que la llamara así. Saqué el celular de mi bolsillo y lo puse en la mesa.

— ¿Cuantas veces tengo que decirte que no debes salir de casa sin permiso?

— ¿Cómo estás hija? — la ironía en mi tono de voz era palpable —. Estoy bien mami, gracias por preguntar. Te extrañe mucho por todo el rato que pase sola ayer.

Mi madre entrecerró los ojos, pero eso no me intimidaba. Estaba esperando la paliza pero ya me estaba pareciendo que mi madre me consideraba un poco grande para eso.

— ¿Te crees muy graciosa, verdad?

— No, sabes que sí es muy gracioso — hice una pausa para que creyera que estaba esperando que me respondiera —. Salir de casa a las siete de la mañana y que mi madre no esté, que llegue a la casa de nuevo y que mi madre no esté. Llamarla a las nueve de la noche y que no responda. Te llame para avisarte Adelaida, no quería estar sola aquí, pero tú no contestaste.

Le agregue un poco de drama al asunto.

Ella solo me miro. Por un largo rato. Cuando pensé que no iba a decir nada me levante, tome mi celular, iba a dejarla sola pero ella me detuvo — siéntate — fue lo que le escuche decir.

— Eres muy desconsiderada Isabel.

— ¡¿A yo?!

— Sí, tú. Me parto la espalda trabajando para que no te falte nada y así es como te comportas.

— No me jodas Adela, ¿y ahora qué hice? solo por ir a la casa de Melissa estoy en problemas.

Las dos habíamos empezado a hablar más fuerte. Lucas se acercó hasta el umbral de la cocina.

— No me digan que van a empezar ya.

— Tú, no te metas — le grité.

Después de que Lucas se metió mí madre se levantó, camino al lado de él para dejarnos solos pero no se fue sin antes decir:

— Tu padre estaría muy decepcionado...  

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