Narra Paulo.Mi manager estaba enfrente mío cagandome a pedo, como siempre.
—Ya te dije.—rodeé los ojos.—estaba borracho.—recalque la palabra borracho.
—No entendes nada Londra.—se sentó en una silla.—La chica esa llega a decir por ahí que vos estuviste con ella o peor aun, mira si dice que abusaste de ella mientras estaba borracha?, ¿eh?, te dije tene cuidado y míralo vos, va y se encama con una nena.—Alan había averiguado sobre la chica y ella tenia 16 lo cual me podía causar muchos problemas porque era menor.
Tenía razón.
—Si eso llegará a pasar tu imagen como cantante caería a pedazos.—Alan observaba todo desde una esquina.—tenes que llamar a esa chica y hablar con ella.—asenti.
Me levante y fui hasta mi habitación.
Venía buscando alguna excusa para llamar a Luna, pero no encontraba ninguna que no me haga ver cómo alto virgo.Marque y a los segundos atendieron.
—¿Hola?.—se escuchó su voz del otro lado.
—Hola Luna, Soy paulo.—
—¿Paulo?.—pregunto.
—El chico del boliche.—
—Ah, hola.—me la pude imaginar toda roja.
—¿Que onda?, ¿cómo andas?.—
—Bien, creo.—la escuché suspirar.—¿Y vos?.—
—Bien igual.—No sabía cómo decirle.—Eu.—
—¿Si?.—
—¿Que vas hacer hoy a la tarde?.—
—Nada, por?.—
—Tengo que hablar con vos y quería saber si podes venir hoy a las 4 o 5 a mi casa.—espere su respuesta.
—¿Hablar de que?.—
—De lo qué pasó.—me interrumpió.
—Ya se.—dijo.—Ya se que sólo fue una noche, está bien, no te voy a moletas y si estás preocupado por si nos cuidamos o no, te digo que ya tome las pastillas del día siguiente.—hablaba súper rápido.
-Bueno, no quería hablar de eso, pero gracias por decírmelo.—escuché que se rio.—¿Vas a poder venir?.—pregunte.
—Si, pásame la dirección de tu casa.—
—Dale.—
Después de hablar unos segundos más ella corto.
—Va a venir a las 4.—le dije a Alan.
(...)
—Pasa.—le dije y ella me sonrío y pasó.
La guíe hasta el comedor.
Se sentó y yo me senté alado de ella. En su cara se notaba que estaba confundida. Alan y mi manager estaban sentados igual en la mesa.
—Bueno.—empezó mi manager.—Yo soy el manager de Paulo.—se presento.
—Soy Luna.—le estrecho la mano.—no entiendo de qué vamos hablar.—me miró.
—Bueno, hablemos de eso-dijo mi manager.—Paulo me contó lo qué pasó el sábado a la noche.—Luna se puso totalmente roja.—Y los entiendo, una cosa los llevo a la otras, son jóvenes y todo eso, pero yo necesito que esto no salga de acá.—ella seguía confundida.