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Narra Luna.

-¡Pau!.- lo llame.-Tu mami dijo que en 5 minutos viene a traer las cosas que compro.- me abrazo por la cintura.

-¿Como te levantaste?, ¿te duele algo?.- negué mientras doblaba ropa.

-Nop, hoy me levante muy bien.- sentí su sonrisa sobre mi cuello.

-¿Queres que te haga el desayuno?.- se separo de mi.

-No amor, gracias.-

-¿No vas a comer nada?.- asentí.

-Si pero yo lo hago, no te preocupes.-

-Bueno.- vi que salió de la habitación.

En estos últimos días Paulo andaba tan cariñoso, sobre protector conmigo.

Termine de doblar la ropa y baje al comedor.

-Hoy a la tarde va a venir alan, te quiere ver.-

-Bueno.- me senté en la silla.

Me mira la panza. Ya iba de dos meses y la pancita de apoco se hacia notar.

-Ya falta poco para poder ver si es nena o varón.- hablo Paulo.

-Va a ser varón.- el nego.

-Va a ser nena, amor.-

-¿Cuanto apostamos?.- lo rete.

-Si llega a ser una nena después de que nazca vas a ser mi esclava sexual por un mes.-

-Mirar 50 sobras de grey te hizo mal.- recordé.- Pero esta bien y si yo gano vos vas a tener que limpiar la casa todo un mes completo, ¿trato?.- estreche mi mano.

-Vas a perder.- canto.

-Si vos decís.- solté un risa y empece a hacer mi desayuno.

Sonreí al escuchar como Paulo cantaba "Esta bien", su voz me puede tanto.

La mañana paso muy rápido, la mamá de Paulo vino a traer unas cosas que había comprado para el bebé, ella esta incluso mas emocionada que nosotros dos. Paulo hizo de comer y ahora estábamos viendo series en la sala.

-¿A que hora venia Alan?.- bostece, me estaba dando sueño.

-Debe estar por llegar, ¿queres ir a dormir y cuando venga te despierto?.- negué.

-Voy a esperarlo.- apoye mi cabeza en su hombro y cerré los ojos.

-¿Estas segura mi amor?.-asentí.

-¿Me prestas tu celular para jugar a los jueguitos?.- asintió.

Paulo se había descargado un juego que se llama Helix Jump que estaba muy bueno.

-¿Ya vas por el 500?, re vicio.- me burle mientras comenzaba a jugar.

-Vos me decís a mi y vos sos igual con el Free fire ese.- solté una carcajada y me encogí de hombros.

-Ahí parece que llego Alan.- fue hasta la puerta y abrió. Un Alan con una bolsa en la mano apareció atrás de la puerta.

-Holaaa.- me abrazo-¿Como andas Lunita?.-

-Si, ignórame.- dijo Paulo haciéndonos reír.

-Bien, ¿y vos Alan?.-

-Bien, mira traje facturas para tomar con el mate.-

-Gracias.- le sonreí.-Voy a poner el agua para los mates.- fui hasta la cocina y puse agua a hervir. Escuchaba como Paulo y Alan hablaban. Siempre me gusto mucho la amistad entre paulo y alan, andan juntos siempre, se ayudan para todo y si sobre todo, se re bancan entre ellos.

-Amor.-escuche la voz de Paulo venir para la cocina.-le estaba contando a Alan que vos sabes cocinar ravioles caseros y no me cree.- alce una ceja.

-Se cocinar muchas cosas yo.-alan soltó un risa.

-Bueno, pensé que Paulo me estaba molestando. Entonces, ¿para cuando unos ravioles caseros?.-

-Esta noche te invito a comer.- este sonrío.

-Me gusta la idea, ¿puedo traer una acompañante?.- asentí.

-No me digas que al fin te pusiste de novio.- aplaudi.

-No.- soltó un risa.- somos amigos.-

-Mmm, esa sonrisa alan.- lo moleste.





(...)


-Estoy bien.- dije por quinta vez.-Pau solo fue un mareo, cosas normales que pasan en los embarazos.-

-Amor, acordate que tu embarazo no es normal.- en ese momento tuve ganas de tirarle con lo primero que encontrara pero me calme.

-Ya se, no hace falta que me lo recuerdes.- me di vuelta y empece a caminar hasta la habitación.

-Amor.- lo escuche atrás mío.-Fue sin querer, tampoco es como para que te enojes.-

-Esta bien.- me acoste en la cama, la verdad es que me estaba sintiendo un poco mal pero no era idea mía asustar a Paulo.

Paulo se tiro alado mío y me abrazo por la cintura.

-¿Mañana queres que vallamos a comprar algunas cosas para la bebé?.-

-Pero todavía no sabemos el sexo y...-me interrumpió.

-Podemos ir comprando algunas cosas que pueda usar una nena y un nene, también tenemos que ir preparando la habitación.- asentí de acuerdo con el.

-¿De que color podríamos pintar su habitación?.- me puse de costado quedando cara a cara con Paulo.

-Estaba pensando en blanco, al menos hasta que crezca un poco.-

-Me parece bien.-

-Y poner en la puerta de la habitación su nombre, tipo bien de película.- solté una risa.

-Estas muy feliz con esto de ser papá.- asintió. Sus ojitos brillaban.

-Vas a ver que voy a ser el mejor papá del mundo.- me guiño el ojos.-Lo o la voy a cuidar, mimar, educarlo y todo lo que haría un buen padre.-

-¡Es que yo te comería!.-le apreté los cachetes.- Sos tiernisimo.-

-Vos sos hermosisima, mi amor.- escondí mi cara en su cuello.

¿que mas puedo pedir?, si estoy a su lado se que todo va a estar bien, el es todo lo que esta bien. El, su sonrisa, sus mañas, sus palabras tan lindas, todo.
Me pongo a pensar y parece ayer cuando nos conocimos, de una manera no tan agradable pero no me arrepiento ni un segundo. Recuerdo cuando lo lleve por primera vez a mi casa, cuando conoció a mi abuelita. Mi abuelita, se que ella estaría muy feliz de la nueva llegada de un bebé a nuestra vida, me daría consejos de maternidad y sobre todo me mimaría mucho, como solo ella sabia hacer.

-Te amo, gracias por siempre estar.- bese sus labios rápidamente.

-Te amo mas reynita.- apretó sus brazos a mi alrededor.





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Mía |Paulo Londra|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora