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Narra Paulo.

Luna cerro la puerta del auto y un nudo se formo en mi garganta. ¿Que estaba pasandole?, esa era una pregunta que rondaba en mi cabeza dia y noche.

Luna últimamente andaba muy rara, pocas veces dejaba que la tocara y hablo en lo sexual, ya se, quizás piensen que aveces no hay ganas, pero no, no en nuestro caso. No me hablaba mucho y no se, pienso que algo le pasa.

Toque la puerta de la casa de Alan y este mismo salió con una gran sonrisa.

-¿Que onda bro?.- me pego suavemente en el hombro. Le hice una mueca con la cara y supe que era suficiente para que note que anda mal.-¿Que te paso?.- se hizo a un lado para que pasara.

-Luna me pasa, anda rara.- me senté en el sillón y el entro enfrente mío.- desde hace como un mes que ni tocarla me deja, me ignora, me habla re poco y se la pasa con el celular y también la encontré llorando en el baño, le pregunte un montón de veces que le pasaba y me dijo que nada.- vi como el me miraba dudoso.-Tengo miedo de que ande con alguien mas boludo.- susurre mientras me pasaba la mano por la cabeza.

-¿Has hablado con ella?.- asentí.

-Me dice que no pasa nada, que yo me imagino cosas.- alan me miraba dudoso.

-¿Vos decís que Luna sea capaz?.- negué.

-No, no creo yo confío un montón en ella, pero sus actitudes me hacen pensar en eso.-

-Entonces quédate tranquilo, seguro es una boludes, igual no bajes la guarda eh.- sonreí.

-Gracias bro.- me levante y le di un abrazo de hombres.

-¿Vamos a comprar un fernet?, hace días que ando con ganas de tomar.- mire el reloj que había en la pared. Faltaban 5 horas para ir a buscar a Luna, igual no voy a tomar tanto.

-Vamos.- agarre las llave del auto y fuimos al mercado mas cercano.



(...)


-Y no se boludo.- alan soltó una carcajada.-Ni me acuerdo, va algo me acuerdo.- hizo una seña con las manos.- Ibamos Ludmila y yo en el auto, cuando de la nada apareció el otro boludo, ni idea de donde salió pero la flashee re piola.- yo me reí.

-Que recuerdos...-dije mientras me hundía en mis pensamientos.

-Che, ¿vos no tenias que ir a buscar a Luna?.- salte de la silla.

-La puta madre Alan.- busque mi celular en el bolsillo. Las 9:40, cuarenta minutos tarde. Tenia muchas llamadas perdidas de Luna. -Me voy gil, Luna me va a matar.- solté un risa.

Salí prácticamente corriendo de la casa de alan y arranque el auto.

Pobre mi amor, la deje colgada que pelotudo que soy, igual no fue intencional ni nada, espero que no se enoje mucho.

Estacione el auto afuera de la cafetería donde Luna trabajaba y me llamo la atención ver todo apagado y cerrado. ¿Donde esta?.

Agarre el celular y le marque. Uno, dos, tres pitidos y Luna no respondía.

Me empece a desesperar. ¿Y si por irse caminando sola le paso algo?, me muero.

Arranque el auto y comencé a conducir a casa, capaz ya este ahí.

Cuando estaba llegando a la esquina de casa vi un auto afuera, comencé a disminuir la velocidad.

Luna estaba abrazada con su compañero de trabajo, miles de cosas se me vinieron a la cabeza. Tristeza y enojo, pero no me quería hacer la cabeza, capaz son amigos y se despiden con abrazos, ¿no?.

El chico miro hacia a mi y le dijo algo a Luna, quien rápidamente se separo de el. Sentí una puntada en el pecho, ¿que estaba haciendo?.

Pare del auto y vi como se despedían rápido, el chico se fue justo cuando yo baje del auto.

-Pau.-escuche a Luna hablar. No dije nada solo entre a la casa, no iba a hablar con ella afuera.

Luna venia atrás mío en silencio. Si Luna no hubiera hecho nada malo no hubiera reaccionado así, o no?.

-El me trajo porque vos no me fuiste a buscar.-Luna hablo cuando me di vuelta y la mire. Vi la mirada de Luna, me di cuenta de que algo andaba mal, y tenia miedo que fuera lo que me estaba imaginando todo este tiempo.

-Luna...-Intente decir algo pero el nudo en mi garganta no me dejaba. -¿Por que estaban abrazados?.- dije después de unos minutos de silencio.

-Nos estábamos despidiendo.- mentía.

-Estas moviendo los pies.- le recordé. Siempre que Luna se ponía nerviosa movía los pies, lo que significa que estaba mintiendo. -Nos vemos, me voy a lo de Alan.-

-No pau, hablemos.- me agarro de la mano.

-No hay nada que hablar Luna.- ella me miro con cara de perro mojado, pero esta vez no iba a funcionar. Estaba demasiado dolido y a la vez enojado y se que si me quedo vamos a terminar mucho peor.

-Pau, estábamos abrazados como amigos, nada mas.- caminaba atrás mío.-Paulo, por favor.-

-¿Por que estas tan nerviosa si solamente se abrazaron como amigos?, ¿por que lo empujaste cuando te dijo que había llegado?, ¿por que se fue rápidamente cuando me vio?, ¿Por que Luna?.-Vi como trataba de decir algo pero al final no hablaba.-Mañana hablábamos.- cerré la puerta y me encamine hacia el auto con el corazón en la mano.

Luna no seria capaz de engañarme, no?, ella no es así, ella me ama al igual que yo. Me decía una y otra vez en la cabeza, tratándome de convencer que esto solo era un mal entendido.

Estacione el auto y me derrumbe contra el volante, me estaba haciendo la re cabeza pero a la vez intentaba confiar en Luna. Me limpié las pocas lagrimas que habían salido de mis ojos. ¿Por que cuando se trataba de Luna era tan frágil?, imaginármela a ella con alguien mas que no sea yo me hacia pedazos.

Cerré la puerta del auto, le puse alarma y camine hasta la puerta de la casa de Alan. Toque una vez y a los segundos mi amigos abrió.

-Eeh, ¿que paso?.- negué mientras entraba.

-Me pelee con Luna, le saque el tema del que te hable y discutimos.-Mentí mientras me tiraba en el sillón.-¿Me puedo quedar a dormir acá?.- asintió varias veces.

-No tenes que preguntar, ya sabes que mi casa es tu casa.- le sonreí.

Ay Luna, ¿que voy hacer con vos?.





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¡Perdonen la tardanza!

Mía |Paulo Londra|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora