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Narra Paulo.

-¿Nervioso?.- asentí.

-No doy mas.- suspire.

Mire el reloj y faltaban 20 minutos.

-¿Luna viene sola?.-

-Y si.- me reí.- No va a venir a una cena romántica con su papá.- Alan asintió.

-Bueno, vamos a arreglar las ultimas cosas.- empezamos a ordenar aun mas el lugar, para que nada estuviera fuera de lugar.

-La flor va adentro de aquel jarro.- apunte.-Combinan.-

Alan se rio.

-Quien diría que sos tan detallista, Londra.-

-Y bueno, quiero que todo este perfecto.-

-Lo va a ser.-



(...)

-Luna.- la llame al verla tan concentrada viendo fijamente las velas.

-¿Mm?.- me sonrío y agarro mis manos.

Sus labios estaban de color carmín, sus ojos resaltaban aun mas a la luz de las velas.

-Te quiero decir algo.- carraspee.- Llevamos ya 1 años y 10 meses juntos, quizás no es tanto tiempo pero para mi es lo suficiente para darme cuenta de muchas cosas como; que quiero despertar y ver tu hermoso rostro a mi lado, mirarte sonreír, llorar o enojada. Quiero llorar y que vos seas la que me consuele y así mutuamente. Quiero planear y lograr todas mis metas, conseguir completar todos nuestros sueños. Quiero estar a tu lado en las malas y en las buenas. Quiero que seas vos la que me acompañe a criar, educar y llenar de amor a nuestra hermosa hija. Quiero escuchar tus gritos cuando te hago enojar... también cuando te hago el amor.- me pego suavemente.- Como decía, en este tiempo me he dado cuenta que quiero que seas vos la mujer de mi vida, mi novia, mi mejor amiga, mi todo. Se que no estamos debajo de la torre de Paris pero... Amor, ¿te queres casar conmigo?.-

Luna abrió los ojos y se llevo las manos a la boca.

-Pau.- vi como comenzaron a caer lagrimas de sus ojos. Sin dejar que hiciera algo mas, me levante de la silla y me adorrille enfrente de ella y saque la cajita que había estado guardando hace mas de dos meses.

-Obvio que quiero.- sollozo. Mirándola fijamente le puse el anillo y después Luna salto a mi.-Te amo, te amo, te amo.- lloraba contra mi hombro.-Me acabas de hacer la mujer mas feliz del mundo, mi amor.- sonreí.

Agarre su rostro con delicadeza y la bese, la bese como si fuera la primera vez y ultima.

Si, estos son los labios que quiero besar por el resto de mi vida.

Después de terminar de cenar y hablar entre besos, fuimos a mirar por el balcón.

-No puedo dejar de sonreír, me duele la cara ya.- se apoyo en mi hombro.

-Sonreí que te ves hermosa.- alzo su cabeza y me miro fijamente.

-Pau.- se separo y se sentó enfrente mío.-Vos me dijiste un montón de cosas lindas y yo no te dije nada.- sonreí.

La atraje a mi y la bese rápidamente.

-¿Me vas a decir?.- la moleste.

Asintió.

-Bueno, me puse nerviosa.- se rio.- Te tengo que decir tantas cosas que si me pongo a decir una por una no termino mas. Tantas cosas que agradecerte, te voy a decir algunas, si?.- asentí mirándola atentamente.-Gracias por aparecer en mi vida, por enseñarme a amar y por darme un esperma, no mentira.- se tapo la cara.- Gracias a vos tengo a la hija mas hermosa del mundo. Gracias por bancarte mi mal humor, mis berrinches, mis celos, todo. Te amo demasiado Pau y como dijiste vos ya, me es tan difícil imaginarme una vida sin vos, sin tus abrazos, sin tus besos. Te amo infinitamente, mi futuro esposo.- se sentó arriba mío a horcajadas y paso sus brazos alrededor de mi cuello.-Te amo... ¿Ya lo dije ya?.- sonrío y comenzó a dar suaves besos por todo mi rostro.

Sonreí entre el beso. Sus manos jugaban con mi cabello, mientras yo por mi lado acariciaba su cintura y de vez en cuando bajaba mis manos hasta su culo apretándolo.

-Amor.- corte el beso.- En el baño hay una bañera.- comenze a dar besos por su cuello.-¿Te ceba la idea de hacer el amor ahí?.- mordí juguetonamente su oreja.

-Con vos me ceba en cualquier lado.- se mordió los labios.

Sin decir nada nos levantamos y comenzamos a caminar hasta el baño.

El vestido azul de Luna le remarcaba aun mas sus curvas.

Ella me sonrío y después se dio vuelta para comenzar a desvestirse ante mi mirada.

Cuando estuvo completamente desnuda se dio vuelta. En sus ojos la lujuria irradiaba.

-Te toca a vos.- se acerco y comenzó a sacar mi remera, después desabrocho mi cinto.

Una vez los dos desnudos nos metimos a la bañera. El agua tibia mojo nuestros cuerpos, haciendo que los dos tembláramos.

Y así hicimos el amor, lento pero a la vez salvaje, demostrándonos cuanto nos amábamos.

Entre besos y caricias una vez mas la hice mía.

-Sos mía, amor.- mordí su cuello penetrándola aun con mas fuerza.



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Mía |Paulo Londra|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora