Narra Luna.
Una semana después...
-¿todo bien?.- Yamila agarro una rodaja de pan.
-Si, todo bien.- Después de como 1 mes nos volvimos a juntar. -¿y vos?,¿que onda con Paulo?.-
-Bien por suerte, todo bien.- sonreí.- hace 4 días que no lo veo.- hice puchero.- para mi eso ya es mucho.- me reí.
-Me imagino, viven juntos todo el tiempo.- rodó los ojos.- a veces me gustaría tener una pareja como la suya, siempre están juntos, no se pelean mucho, el es muy atento con vos, cariñoso y todo. Pero después recuerdo que amo vivir la soltería.- se rio.
-Algún día vas a conocer a un chico que te mueva el piso y ahí vas a dejar de sobrevalorar tanto a la soltería.-
-No creo.-Se estiro en la silla.-No necesito de nadie.- decidí cambiar de tema.
-¿Y como te va con tus papás?.-
-Mal, el otro día peleamos otra vez, capaz que me voy a vivir con mi tia.-
Estuvimos un largo rato hablando sobre su pelea con sus papas, sobre mi relación con Paulo, de muchas cosas.
-¿Ya te vas Yamilita?- Mi abuela entro a la cocina.
-Si doña, tengo que llegar antes de las 7 a mi casa.- mi abuela asintió y se acerco a saludarla.
-Ah amor.- mi abuela se dio vuelta para mirarme.- casi me olvido, Paulo me mando un mensaje y dijo que venia en un rato mas y que si estabas bien porque no le respondías.-
-Tengo el celular apagado.- recordé.- Gracias abue.-
Acompañe a Yamila hasta la puerta y nos despedimos.
-¿Que haces?- me senté alado de mi abuela.
-Estoy haciendo el crucigrama del diario.- me mostró.
-¿Te puedo ayudar?.- apoye mi cabeza en su hombro y empezamos a completar en crucigrama.
Cuando solo nos faltaba dos palabras para terminar alguien toco la puerta.
Abri la puerta y atrás de esta estaban Alan y Paulo.
-Holaa.- salude a alan y después a Paulo.-Pasen.- me hice a un lado.
-¿Como estas amor?.- Alan fue hasta la cocina con mi abuela y Paulo me agarro de la cintura y me pego contra la pared del pasillo.
-Bien, ¿Y vos?.- pase mis manos por su cuello atrayéndolo mas a mi.
-Ahora, bien.- sonrío y junto nuestros labios en un corto beso.- Te extrañe.- susurro.
Sonreí y lo abrace.
-Vamos a la cocina.- agarre su mano y fuimos con mi abuela y alan.
-Si es un kilombo.- hablo alan.
-¿Que cosa?.- me metí yo.