Narra Luna.-Veni acá.- vino por atrás y me agarro de la cintura, para después pegarme contra la pared de mi habitación. -¿Que te dije hoy mi amor?, ¿mm?.- beso mi hombro mientras apretaba sus manos alrededor de mi cintura.
-Ni idea.- me encogí de hombros.- pero tampoco me interesa saber.-
-¿Asi?.- me dio vuelta y quedamos frente a frentes.-¿Estas segura?.- llevo una de sus manos a mi hombro jugando con la tira de mi corpiño.
-Segura.- suspire cuando sentí sus labios en mi cuello y en mi hombro.
-Paulo basta, tengo que hacer tarea.- mentí.
-Yo te ayudo.- me sonrío con esa hermosa sonrisa que tiene.-Pero después vos me vas a ayudar en algo.- me beso y mordió mi labio fuerte.
-Bueno.- lo agarre de la mano y nos sentamos los dos en mi cama. -Tengo tarea de Matemáticas.- saque mis cuadernos y se los di a el. -¿Entendes algo?.-
-Obvio, soy re bueno en matemáticas.- agarro un lápiz y empezó a resolver los problemas.
-Pensé que era mentira.- dije mientras veía todos los problemas hechos.
Se rio y se acosto boca abajo.
-¿Me haces masajes?.- me subi a su espalda y le empece hacer masajes.
Llevaba varios minutos haciéndole
masajes.-¿Pau?.-
-Mm.-
-Pensé que te habías dormido.- me senté alado de el.
-Casi me duermo.- se rio mirándome.- Vos me debes algo.- sonrío con picardía.
-¿Que te debo?.- agarre su remera jugando con el.
Sonrío y se acerco y me beso. Llevo sus manos a mi culo y me puso arriba de el.
-¡Luna!.- grito mi abuela.
-Salvada por la campana.- se burlo Paulo.
Le saque la lengua y me levante de arriba de el para ir a ver que necesitaba mi abuela.
-¿Que paso abue?.-
-¿Me vas a comprar? Me falta pan y huevo.- asentí. Me puse la campera y agarre la plata.
-Ya vengo.-
(...)
Me rei y lo abrace.
-Ya falta un dia.-hice puchero.-Te voy a extrañar tanto.-
-Yo igual mi vida.-beso mi frente.
Me acurruque en su pecho y cerré los ojos.
-¿Tenes sueño?.-
-Mas o menos.- mentí
-¿Queres que vallamos a dar una vuelta por ahí?.- asentí. Nos levantamos, nos cambiamos y antes de salir le avise a mi abuela que iba a salir con Paulo.
Nos subimos al auto y el arranco.
-¿Vamos a comprar un helado primero?.- asentí.
Comenzó a conducir hasta la heladería, en el camino fuimos en silencio.
-¿De que sabor queres?.-