Capítulo 10

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Tuve esperanza saben solo un poco en que el sería diferente pero me equivoque de verdad que soy una ilusa, además que estaba pensando si está comprometido, es mejor no hablar del beso, es mas ni siquiera paso.
Salgo del baño y lo primero que ven mis ojos es a Aaron con la azafata muy juntos literalmente casi un ser humano mientras le dice cosas en su odio y ella ríe, porque me enoja, si ya se lo patán y poco hombre que es el señor Moore.

-Maslow, te podrías ir al otro cubículo- me señala la puerta que está detrás de ellos –Es que haremos mucho ruido, y pues me sentiría incomodo si te quedas aquí, sabes...

-De acuerdo, no me dé más explicaciones- lo interrumpo y me regala una sonrisa, lo odio.

Faltan ya  cinco minutos para que el avión aterrice y de verdad que ya quiero que lo haga, me siento sofocada y molesta, no debí de venir es más porque no renuncio sería más fácil todo.

Abren las puertas del avión y Aaron y yo no nos dirigimos la palabra es mas ni siquiera nos volteamos a ver, la azafata descarada le deja un papel en el bolsillo del su saco, se susurran algo y ríen, opto por bajar y ya no ver la escena.

-Tan descaradas son las mujeres, por dios por culpa de ellas nos tachan a todas así- me lo digo para mis adentros.

-Hasta en mis fines de semana, tengo que verte Catrina- mierda solo me pasa esto a mí, también la muñequita de porcelana vino, esto se pone cada vez mejor.
-Hola, señorita Peterson- le ofrezco la mejor sonrisa que puedo.

-Ajá, como sea, donde esta mi amor- dice con su tono típico de niña ricachona, si supieras que se estuvo cogiendo todo el camino a la azafata.
-Adentro aun, debería ir por el- pero en ese momento sale Aaron con su perfecto traje y el sol dándole a su cabellera de oro.

-¡AMOR!- va hacia el corriendo para dar con su pecho y abrazarlo –Que bueno que llegas, tenemos que ver varias cosas de la boda y mis padres vendrán para la cena de hoy.

-De maravilla cielo, no podre, pero te veo al rato tengo que ir a reunirme con los socios que veré esta noche en la cena- le dice muy angelical Aaron, como si de  verdad fuera realidad si siempre le eres infiel.
-Esta bien amor, te veo al rato, iré a comprar el vestido para la noche, llego a tu hotel para recogerte- le da un beso en sus labios y  viene hacia a mí, ahora que quiere esta mimada.

-No estés de gata con mi novio Catrina- dice pasando justo a mi lado ya que su auto estaba detrás mío, quiero partirle la cara, enserio.

Veo como se va en su Porche, estoy feliz porque no la veré en  todo el día, hasta en la noche.

-Ya sabes, no digas nada- dice Aaron en mi odio me sobresalto como es que llego a mi lado.
-Lo sé, si no me despides- me alejo y me pongo frente a él.

-Ya sabes las reglas, excelente- dice emocionado, rodeo los ojos y ahora ríe- No te enojes Katherine, mejor ya vámonos que tenemos que hacer varias cosas.

Al fin llego a la preciada cama que tanto anhelaba, ya pasan de las siete de la noche y tengo que arreglarme, todo el día estuvo productivo tenía que ir de allá para acá, por un momento creí que podría turistear pero tonta yo por pensar eso, nunca había venido a Los Ángeles y lo que apenas vi es fantástico,  solo  he estado de empresa a empresa y hoteles de lujo pero que creen ni siquiera pude mírarlos ni un segundo, cuando Aaron se pone en papel empresario es un ogro y debes  de ir a su paso.

Me paro al fin y busco mi maleta pero no está, voy hacia el closet y tampoco, estoy preocupándome, donde carajos puede estar, pienso y pienso en donde pude dejarla o donde la dejaron los botones,  ya busque por toda la habitación pero no está, marco a la habitación de Aaron pero no me contestan, marco otras dos veces, pero nada.

-¿Y si voy a su habitación?- que podría pasar digo ya lo vi tener sexo, y si es así no me sorprende, si iré.

Salgo de mi habitación y voy por el pasillo yo estoy en la sección C y por lo que me acuerdo el esta en la sección A, voy por el pasillo viendo el numero de cada habitación.
-123, 124, 125, 12... bingo lo encontré.
Empiezo a tocar pero no responden, toco de nuevo y es lo mismo, toco más fuerte y la puerta se abre, o soy muy fuerte o este idiota no cerró bien su puerta.

Entro poco a poco y los ojos los tengo entre cerrados por si me encuentro con una escena mucho peor que la de esta mañana.

-Aaron- lo llamo con un hilo en mi vos. –Aaron- escucho pasos acercarse y me pongo algo tensa que no sea nada traumático por favor me acerco y me encuentro de frente a Aaron.

-¡¿Qué haces aquí?!- dice furioso, empiezo a míralo mejor y está en una toalla claro como típica novela van a creer que tiene un cuerpo de en sueño y es así pero eso no es lo raro en el, si no que en todo su cuerpo está lleno de tatuajes y jamás vi eso ni cuando nos acostamos, como es posible que todo su cuerpo este lleno de un día para otro de tatuajes.

-¡¿Por qué entraste así Katherine?¡- pregunta de nuevo pero sigo shockeada sigo viendo su cuerpo es que estoy estupefacta como es que nunca lo vi, agarra una tela de la mesa cuando la va extendiendo es una playera se la pone y vuelve su mirada a mí, esperando una respuesta.

-¿Cómo... puedes?
-Los tatuajes- ríe pero de nuevo de pone serio y rígido – Ni una palabra de esto Katherine nadie sabe, si no quieres terminar mal es mejor que cierres la maldita boca.

-¿Cómo es que nunca los vi?- por fin la vos regresa, se que está enojado no debí de a ver entrado, los  problemas con Aaron son más que buenos ratos.

-No digas tonterías, contrató a maquillistas para que los cubran- está enojado y ya me da miedo su actitud.

-¿Por qué lo haces?- pregunto.

-¿Para qué veniste?- cambia el tema con otra pregunta y es mejor así.

-No encuentro mi maleta.
-Está ahí, tómala y vete de una buena ves- me señala detrás mío y si efectivamente esta mi maleta ahí.
-Aaron...yo
-Largo, ya vete maldita sea- alza la vos se toma de sus cabellos y jala de ellos, es momento de que ya no diga nada y solo me vaya a mi habitación.
Salgo del pasillo donde ya sentía una gran presión en mi pecho, llego a mi sección y me vienen imágenes de los tatuajes de Aaron eran demasiado, ¿Por qué los cubre?, no tiene nada de malo, estará exagerando o habrá una historia detrás de todo.

Ya son las diez de la noche y me iré con unos colegas del trabajo ya que vinieron varios a Los Ángeles, mi vestido es de gala color negro muy sencillo pero bonito no me gustan mucho las cosas glamurosas, tomo mi bolso y en eso llega un sobre por debajo de la mesa.

Lo tomo y es de color amarillo mostaza y dice mi nombre en medio, lo abro y saco los papeles que vienen dentro de él, en medio hay una nota y por la letra sé que es de Aaron.

"Firma esos contrato de cooficialidad Katherine, si no te prometo que tu vida laboral terminara y no podrás ejercer nunca, es mejor que lo hagas, no me pongas aprueba".

Este mensaje me pone la piel de gallina, empiezo a leer el contrato y en ella viene todo lo que he vivido con Aaron desde que dormimos juntos hasta lo de hoy con lo de sus tatuajes, también hay una reglas incluidas.

1. No puedes quejarte si tu jefe tiene sexo en la oficina o en cualquier establecimiento.
2. No puedes decir nada de lo que veas escuches salir de mis labios.
3. No podemos tener contacto físico nunca más

Y vienen varias más, esto no me gusta no sé si firmarlo pero me da miedo que ya no pueda ejercer mi carrera por lo que he luchado demasiado, es mejor que firme pero estoy segura de algo, Aaron es una persona que solo ve por sí mismo, busco un bolígrafo en mi bolso y firmo el maldito contrato.

PODEROSO MAGNATE [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora