Año Nuevo

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Era 31 de diciembre por la noche, y en la mansión Benson todos estaban reunidos para celebrar el año nuevo. Había sido un año donde pasaron muchas cosas, secretos revelados como el del de Luna, algunas parejas formadas y el casamiento de Cato y Amanda. Todos esperaban con ansia el nuevo año, deseando que sea mucho mejor.

Sharon estaba en su habitación terminando de arreglarse, cuando termino se miró en el espejo, estaba muy hermosa con el vestido negro que se había puesto, tenía el pelo suelto y los labio pintados de rojo. Ella sabía que su padre le iban a preguntar por qué no escogió otro color de vestido para esa noche, pero eso a ella no le importaba, en su cabeza solo un pensamiento se cruzaba y era el de impresionar a una cierta persona. Cuando estuvo lista bajo a la fiesta.

Ella bajo de las escaleras buscando con la mirada al hombre al que ella tanto quería impresionar y pasar esta noche. Rey la estaba esperando al final de las escaleras, cuando él la vio bajar se quedó congelado de lo hermosa que estaba.

-¿Qué te parece Rey? – pregunto Sharon nerviosa mientras se acercaba a él.

Él todavía estaba aturdido por su belleza, casi se desmaya de lo preciosa que estaba con ese vestido. Sentía su corazón latir muy fuerte, una tierna sonrisa apareció en su rostro.

-¡Estas bellísima como siempre! – dijo Rey sonriéndole, besándole la mano.

Sharon se sonrojo no solo por sus palabras, sino también por el tierno gesto.

Rey tenía que admitir que se le estaba poniendo muy difícil controlar las muchas ganas de besarla aquí y ahora, pero decidió esperar hasta la media noche. Los dos bailaron juntos toda la noche, luego se sentaron a conversar sobre cualquier cosa que se les viniera a la mente, él se sorprendió porque nunca antes Sharon había sido tan abierta con alguien, Y Rey bien sabía eso.

En ese momento llego don Alfredo, que no puede estar sin perder la oportunidad de decirle algo a los dos cada vez que están juntos.

-¿Cómo la están pasando los tortolitos? ¿Ya son algo?– pregunto Alfredo con su humor de siempre, mientras les sonreía a ambos

Para entonces, el buen humor de Sharon y su actitud tierna que había tenido desapareció y su lado frio y serio había vuelto, y se le podía notar en su rostro que estaba molesta.

-¡Papá!

-¡Tranquila hija! Solo quiero saber- respondió su padre riendo, sabiendo cómo se ponía ella cuando le preguntaba sobre esa cosas.

-No tienes a alguien más a quien molestar que no seamos nosotros –comento ella con enojo.

-¡No! ¿Tienen pesado besarse a medianoche?

Rey suspiro y se levantó tirando el brazo de Sharon.

-Vamos Sharon, salgamos al jardín a donde nadie pueda molestarnos – dijo Rey sacándola de la fiesta.

Alfredo solo se quedó allí viendo como los dos salían afuera, una enorme sonrisa apareció en su rostro porque tenía una sospecha de lo que pasaría con ellos.

En el jardín Sharon y Rey caminaban en silencio, era una noche estrellada y se podía ver la hermosa luna, lo único malo es que había una brisa fría. Sharon empezó a tener frio, pero Rey enseguida la envolvió con su saco, ella estaba agradecida por ese otro lindo gesto de su parte.

Se las arreglaron para recrear el estado de ánimo de nuevo, y se mantuvieron hablando hasta que solo faltaban tres minutos para la medianoche.

-Sera mejor que volvamos a entrar – sugirió Sharon mirándolo.

-No, creo que deberíamos quedarnos aquí, además oiremos los gritos de todos y los fuegos artificiales cuando sea medianoche- Rey dijo abrazándola mientras que ella solo asintió y se acercó más a él abrazándolo por los hombros.

Ambos se contemplaban el uno al otro.

-¿En qué estás pensando? - le pregunto ella sin quitarle la vista a él.

-¡En que eres la mujer más hermosa e increíble, que he conocido en la vida! –exclamo Rey mientras le acariciaba el rostro, mirando como Sharon se ruborizo y le sonrió.

-Qué tierno- respondió ella riéndose aun sonrojada.

Ella lo miro otra vez. Él seguía sonriéndole, todavía tenía una mano acariciando su rostro, y la otra la abrazo alrededor de su cintura.

En el reloj solo faltaba un minuto.

Entonces tan pronto como oyeron los fuegos artificiales y los gritos de los demás. Ambos se acercaron y se besaron lentamente, Sharon coloco una mano en su cara mientras Rey profundizaba el beso, con su brazo que estaba en su cintura la atrajo más cerca de su pecho, mientras que su otra mano se enredaba en el hermoso cabello rubio de ella.

El beso no duro mucho, pero para ambos fue una eternidad, se alejaron con gigantes sonrisas en sus rostros.

-¡Sharon! – susurró él colocando su rostro cerca de el de ella.

¡Sí!

-¿Quieres ser mi novia? – pregunto Rey un poco nervioso.

Sharon sonrió entre lágrimas, y asintió en respuesta - ¡Eso me haría muy feliz! – dijo ella besándolo de nuevo.

-¡Feliz año nuevo Rey!

-¡Feliz año nuevo Sharon! 

  ¡Hola espero que les allá gustado, saludos!    

One-Shots ShareyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora