Negativo

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La noche había llegado rápido a la cuidad de Bueno Aires, Sharon salió con la cabeza baja del baño caminando hacia su cama donde se sentó, ella tenía los ojos llenos de lagrima a la vez que se sentía muy defrauda por lo que había obtenido como resultado que de solo pensar en eso hacia que sus lagrima fueran aún más, justo en ese momento Rey abrió la puerta de la habitación. Hacia un año que ellos dos estuvieron saliendo y desde hace cinco meses que ellos estaban oficialmente casados, ambos se fueron de la mansión y tenían su casa propia que solo estaba a tres cuadras de la mansión Benson, Luna hizo todo posible para convencer a su tía para que se quedaran a vivir ahí en la mansión con todos los demás pero Sharon no quiso, los dos querían tener mas privacidad como pareja y ambos sentían que en la mansión no lo iban a conseguirla especialmente por Don Alfredo  que estaba siempre detrás de ellos  dos haciendo comentario gracioso, de todas forma Sharon Y Rey iban todos los días, especialmente Rey quien trabaja en la mansión como ahora asistente de los Valente.

Rey se sorprendió de que su amada no lo haya escuchado entrar, cosa rara porque ella siempre estaba atenta a cuando él llegaba para recibirlo, esto le hizo pensar que algo malo podría estar pasándole porque últimamente estaba actuando rara y la encontraba muy sensible.

- ¡Mi amor ya llegué! -dijo Rey desde el marco de la puerta.

Sharon al escuchar la voz de él dio un salto de sorpresa, no se había percatado de que su amado ya había llegado.

- ¡Me alegro mi vida! ¿Cómo estuvo tu día en la mansión? -le pregunto ella mientras se secaba las lagrimas que aun caían de su rostro.

-Bien, hoy estuvo todo tranquilo, y esto se debe a que le dieron cinco días libres a Tino y Cato, no se porque, pero sin ellos dos la mansión esta mas tranquila, bueno en parte- respondió él con una sonrisa en su rostro caminado hacia la cama para darle un beso a su hermosa esposa.

-Entonteces disfruta de los cuatro días que te quedan así cariño-comento Sharon con una pequeña sonrisa que solo se hizo grande cuando vio a Rey inclinándose para besarla en la boca.

Ambos se besaron con mucho amor, Sharon lo tiro de su corbata mas cerca profundizando el beso que se estaban volviendo intenso, Rey coloco una de sus manos en la cama y la otra la coloco en el rostro de su mujer la cual sintió un poco mojada, ellos se besaron un poco más hasta que Rey se separó de ella.

- ¡Que increíble beso! -indico ella muy sonriente, soltando la corbata y colocando su mano sobre la mano que él tenía en la cama.

Rey no le contesto solo la miro fijamente con seriedad.

- ¿Qué pasa Rey? ¿Por qué me miras así?

-Eso me lo puedes explicar tu.

- ¿No te entiendo? -le pregunto Sharon aun sin entender lo que Rey le digo.

-Me refiero a que tu rostro esta mojado, ¿Estuviste llorando otra vez? -le indago él soltando su mano de su rostro.

Sharon no le digo nada solo bajo la mirada al piso, Rey se sentó a su lado sin dejar de mirarla, hacia algunos días que la notaba pensativa y de vez en cuando la encontraba llorando sola, esto le hacia preocuparse mucho, y lo dejaba aún más consternado porque cada vez que él quería saber el motivo del que porque estaba así, Sharon solo le decía que no era nada.

-Hace unos días que estas así Sharon, por favor dime que te pasa, ¿Por qué estas llorando?, si es algo de tu pasado sabes mi cielo que me lo puedes contar como siempre lo has hecho, yo te escuchare y estoy aquí para lo que tu necesites-expreso Rey mirándola con preocupación por no saber que le pasaba. -Estoy muy preocupado por ti, ¿Me puedes decir que pasa?

Pero ella no respondió.

- ¡Sharon! ¿Qué pasa? -volvió a preguntarle mientras entrelazaba sus dedos con los de ella.

La mujer de cabello rubio lo miro brevemente, para luego abrazarlo con fuerza colocando su cara contra el hombro y el cuello de su esposo, Sharon subió una de sus manos al cabello de Rey acariciándole lentamente todavía sin decirle nada aún.

- ¡Mi amor!

Sharon cerro los ojos y suavemente dio un suspiro para luego decir...

-Hice una prueba de embarazo.

Rey al escuchar eso se estremeció de sorpresa, sintió todo su cuerpo congelarse mientras Sharon lo abrazaba con más fuerza.

- ¿Y qué te dio? -inquirió el hombre de cabello negro en voz baja aun sorprendido.

- ¡No lo estoy! La prueba me dio negativo Rey, no estoy embarazada-contesto ella con dolor y rabia a la vez mientras seguía abrazada a su marido. - ¡Pero yo quería Rey! Quería estarlo. -Termino de decir Sharon con los ojos llenos de lágrimas otra vez.

Él le acaricio la espalda con suavidad, mientras le dio un tierno beso en la cabeza de su reina.

- ¿Quieres tener un bebe? ¿Por eso llorabas?

Ella acento con la cabeza desde su hombro mientras aun lloraba por no estar embarazada.

- ¿Tu no lo quieres? -indago Sharon entre lagrima temiendo una respuesta negativa.

- ¡Claro que quiero tenerlo mi amor! Se que nunca lo platicamos, pero siempre soñé con la idea de formar una familia contigo, y tener hermosos hijos de ti que eres la mujer que más amo.

-Yo también lo quiero Rey, pero creo que nuestro sueño de tener hijos no podrá ser-dijo la mujer de cabello rubio con negatividad mientras se alejaba lentamente de su amado.

-No te rindas tan pronto solo porque una prueba te dio negativo Sharon, podemos intentarlo y si entre nosotros no podemos iremos a buscar ayuda profesional-comento él mirándola con una sonrisa, tomando sus dos manos. -Y si con todo eso no podemos tener, podríamos adoptar un bebe, pero solo si a ti te parece mi reina.

- ¡Me encanta la idea! -afirmo ella con una linda sonrisa.

-Muy bien entonces prepararse Sra. Gutierrez porque está por tener las noches más ardientes y apasionadas de toda su vida-anuncio Rey con picardía acercando su rostro al de ella.

-Que raro yo que recuerde todas mis noches son ardientes y apasionadas-declaro Sharon con el mismo tono pícaro que él tenía. -Acaso que el Sr. Reinaldo Gutierrez me tenga algo nuevo. -Termino de decir ella pasando lentamente su mano por el pecho de Rey.

-Si lo tengo, pero tendrás que esperar hasta después de cenar para descubrirlo-respondió él con una gran sonrisa, con su cuerpo ya cerca del de su esposa.

Los dos no se aguantaron y se dieron un beso muy apasionado, sus lenguas se encontraron con desesperación, Sharon y Rey se besaron así hasta quedar sin aliento donde se separaron lentamente, ambos se sonrieron con amor para después salir del cuarto tomados de las manos, primero debían cenar y más tarde podrían ocuparse con mas tranquilidad comenzar a planificar su proyecto de traer un hijo al mundo.

One-Shots ShareyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora