El muérdago

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Era 24 de diciembre a la noche, y en la mansión ya empezaban a llegar los invitados para la fiesta. Mientras todos estaban en el salón. Sharon estaba en su habitación lista y nerviosa, se miraba varias veces en el espejo asegurándose de que estuviera bien. De repente tocaron a su puerta ella abrió y era Rey, Sharon lo encontró muy guapo con esa camisa azul, un saco negro, pantalones negros y zapatos del mismo color.

-¡Hola Rey te ves increíble! – dijo ella con una linda sonrisa.

-¡Hola Sharon! Gracias – respondió el con una sonrisa mientras no podía dejar de ver a Sharon lo hermosa que se veía con ese vestido rojo.- ¡Te Ves preciosa con ese vestido! – Termino de decir entregándole un ramo de rosas.

- ¡Rey Son muy lindas! – dijo ella mientras olía las flores.

- Si son muy linda, pero no son tan hermosas como lo eres tú- comento él sin poder dejar de mirarla.

Sharon se sonrojo por lo que le dijo, a ella le gustaba mucho cuando Rey se ponía tan dulce y romántico. La hacía sentir feliz que él la tratara así.

-Entonces vamos – dijo Rey estirando su brazo para ir a la fiesta.

-Si vamos – respondió ella prendiéndose del brazo de él saliendo para la fiesta.

Ambos bajaron juntos por las escaleras, Don Alfredo al verlos se moría de las ganas de hacer algunos de sus comentarios, pero prefirió quedarse callado ya que tenía una sorpresa para los dos en el jardín de la mansión. Alfredo ya podía imaginarse el rostro de ambos cuando vieran lo que les había preparado.

Por otro lado Sharon y Rey estuvieron justos toda la noche, bailaron solo un poco porque los dos prefirieron sentarse a conversar de las cosas que le gustaban uno al otro, eso fue muy lindo estuvieron así casi toda la noche. Después decidieron salir a caminar un poco por el jardín.

-¡Disfrute mucho esta noche Rey!

-Yo también- respondió él de repente abrazándola tiernamente haciendo que ella lo mirara a los ojos.- ¡Fue especial!

-¿Rey?

-Pero solo pude disfrutarlo estando solo con tu compañía- comento el mientras con una mano todavía la sostenía por la cintura, y con la otra acariciaba suavemente el rostro de Sharon.

Ambos se miraron por unos segundos cuando de pronto una brisa soplo sorprendiendo a ambos, la brisa no fue lo que los sorprendió, sino un sonido proveniente a una campana. Ellos miraron hacia arriba, y si era una campana colgada en una rama y no era solamente eso, con dicha campana había un muérdago y justamente ellos estaban debajo de él.

Cuando Sharon vio eso aparte de ponerse más roja que un tomate, hizo una nota mental de lo que haría cuando tenga en sus manos al responsable de esto que no tardaría mucho en encontrarlo ya que sabía perfectamente quien estaba detrás de esto.

-Rey... yo... esto...te pido perdón por esto, estoy muy segura que todo lo armo mi padre para molestarnos - dijo ella con la mirada gacha disculpándose a la vez podía sentir como sus mejillas le quemaban por la situación.- No es necesario que nos besemos, yo no quiero obligarte hacer algo que tu no quieras.

Ella se sorprendió aún más cuando Rey la abrazaba con más fuerza acercándola más cerca de él.

-¿Quién dijo que yo no quiero? – pregunto Rey con una sonrisa mientras la seguía atrayéndola más cerca.

-¡Re...Rey! –alcanzo a decir ella abrazada a él toda sonrojada.

Sin decir nada más se besaron suavemente, fue hermoso y muy tierno, ambos tenían que reconocer que esto era algo que estuvieron esperando hacer mucho tiempo. Y estaban muy felices de que por fin se hiciera realidad.

¡Hola espero que les allá gustado!

One-Shots ShareyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora