No se necesita decir nada más

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Era un sábado por la noche en Buenos Aires y en la mansión Benson se estaba festejando el cumpleaños de Don Alfredo, la casa estaba llena de amigos y conocidos de è, Sharon estuvo un rato en la fiesta y luego decidió salir un rato al jardín para tomar un poco de aire y relajarse un poco de la tanta gente había y de la música muy fuerte, camino un poco por el jardín camino un poco más hasta que llego a donde ella siempre tomaba el té. Y ahí encontró a Rey que estaba recostado en una de las columnas con su celular en la mano.

-¿Rey?-pregunto Sharon sorprendida de encontrarlo ahí solo.

-¡Miss Benson!-respondió él mientras levantaba rápidamente la mirada de su celular, y la miro.

-¿Qué haces ahí? ¿Pensé que estabas en la fiesta?-averiguo ella acercándose a su asistente personal de brazos cruzados.

-Estaba, hasta que su padre me dijo que me presentaría unas amigas suyas que tienen hijas solteras que estarían encantadas de salir conmigo-contesto Rey con fastidio mientras guardaba su celular el bolsillo de su traje.- Apenas me lo dijo salí corriendo de la fiesta y me quede aquí desde entonces.-Termino de decir él mirándola con una pequeña sonrisa.

Sharon se rio un poco al escuchar eso, aunque por dentro no le parecía pero para nada gracioso que su padre le estuviera buscando mujeres a Rey, si su papá quería buscarse alguna mujer no le molestaba para nada pero para Rey no.

-¡Mi padre y sus locuras!

-¿Y usted está disfrutando de la fiesta?

-En realidad no, ya sé que es la fiesta de cumpleaños de mi padre pero no soporto que haya tanta gente y la música esta hasta arriba, y conociendo muy bien a mi padre todo esto durara hasta la cinco de la mañana aunque si no hubiera una ley que lo prohibiera seria hasta el otro día.-explico Sharon con un sonrisa.-Por eso decidí salir al jardín que es mucho más tranquilo, o bueno digamos que es un poco más tranquilo que estar dentro de la mansión ahora.

-Bueno en caso será mejor que me valla, no me gustaría arruinar su tranquilidad-comento Rey empezando a caminar para volver a entra a la mansión, pero no pudo porque Sharon le tomo con fuerza de la mano para que no se fuera.

-¡Espera Rey! No quiero que te vallas, no me molesta para nada de que tu estés conmigo en realidad yo disfruto mucho de tu compañía-confeso ella un poco sonrojada mientras bajaba la mirada.

Rey al escuchar esto también bajo su mirada con una sonrisa mientras podía sentir como su cara se ponía roja al saber que ella disfrutaba de su compañía, Sharon volvió a mirarlo y se puso a contemplar lo guapo que él estaba, bueno Rey siempre lo era, es un hombre demasiado apuesto y ella no podía negar que en varias veces quedaba mirándolo embobada de lo lindo que es. Rey levanto su mirada lentamente y pudo ver que Sharon lo estaba mirando fijamente, él también se le quedo mirando perdidamente en ella, en su figura perfecta, en lo precisa que es y aun mas con ese vestido de diseñador al que no le podía quitar los ojos de encima, los dos siguieron mirándose determinadamente, contemplándose el uno en el otro sin dejar de tomarse de las manos.

De repente Sharon se acercó mucho más cerca de él, y Rey también hiso lo mismo sin quitar su vista de la mujer más hermosa de todo el mundo, cuando sus rostros ya se encontraban muy cerca ambos podían sentir sus respiraciones escapándose de sus pulmones, el olor de sus perfumes se combinaba formando un aroma único y especial. Lentamente Sharon coloco sus brazos en el hombro de Rey mientras que él la abrazaba suavemente por la cintura acercándola más cerca de él.

-¡Tienes unos hermosos ojos Rey!-susurro Sharon sin aliento con sus labios a pocos centímetros de los suyos.

-¡Tus ojos son los más hermosos, jamás he visto ojos verdes más bellos como los tuyos!-dijo Rey con sus labio ahí de cerca de besarla.

Entonces los dos se inclinaron y presionaron sus labios firmemente mientras sus parpados se cerraban lentamente, y se abrazaban aún más, los dos se besaban ansiosamente. Rey se encontraba feliz de estar haciendo esto con ella con la mujer que más amaba y que era algo que hace mucho que él esperaba, y lo mejor de todo era que Sharon le estaba correspondiendo cada beso que le daba y eso lo ponía muy contento, por otro lado Sharon también se encontraba feliz de estar besando a Rey.

El beso fue largo he increíble, y trasmitía todo lo que uno sentía por el otro y que venía siendo guardado en su interior por mucho tiempo y que ahora ya no se podía ocultar, cuando acabaron de besarse Sharon y Rey se volvieron a mirar fijamente mientras una linda sonrisa aparición en el rostros junto con sus mejillas completamente rojas. Los dos se siguieron mirando sin saber que decir aunque ya no se necesitaba decir nada más.

-Bueno creo que deberíamos volvió a la fiesta-dijo Sharon separándose de él he intentado volver a caminar pero no pudo porque esta vez Rey la tomo de la mano para que no se fuera.

Sharon se voltio a verlo con una pequeña sonrisa.

-O tal vez antes de entrar a la mansión podríamos salir a caminar un rato los dos por el jardín-exclamo Rey algo nervioso mientras todavía sostenía la mano de Sharon con suavidad.

Ella al escuchar eso sonrió y se puso más sonrojada de lo que ya estaba, la noche estaba hermosa y de solo pensar en dar un paseo con él por el jardín la hacía enamorarse cada vez más.

-¡Eso me gustaría mucho Rey!-contesto ella mirándolo con una adorable sonrisa.

Rey le devolvió la sonrisa mientras le ofrecía su mano la cual Sharon tomo suavemente, y luego los dos caminaron hacia el jardín tomados de la mano. Después más tarde ambos volverían a la fiesta porque ahora solo quería estar los dos solo, a Sharon ya no le importaba lo que podría pensar las demás personas sobre que ella se enamoró de su asistente personal, a ella le gustaba Rey, lo amaba y eso era lo único que a ella le importaba y ya no quería retener más ese sentimiento por él que la hacía feliz.

One-Shots ShareyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora