Solo había pasado una semana desde que ellos volvieron a Buenos Aires después de haberse ido de la mansión hace muchos años atrás, todo era nuevo para ellos porque las cosas habían cambiado mucho, como Ámbar que ya no era esa dulce niña de la cual ellos se despidieron antes de irse, ahora era grande, una adolescente rebelde hacia lo que quería y no escuchaba a nadie mas que ella sola, desde que volvieron a Sharon le ha costado mucho poder hablar con su hija porque ella nunca le perdono que la hayan abandonado y que se hayan ido a vivir a Francia con Rey, mas aun mas que ellos volvieron casados y con un hijo al cual la chica de cabello rubio no quería saber de su existencia. Para todos era un momento complicado que no se sabia cuando iba a mejorar.
Eran las nueve de la noche en la cuidad, Rey esperaba en la sala de su casa a que Sharon terminara de hablar por celular en el jardín con Ámbar, el hombre de cabello negro caminaba un poco nervioso por la sala porque sabia como su amada quedaba después de hablar con Ámbar por celular, él entendía a la perfección como debía de sentirse Ámbar porque la verdad era cierto que ellos la dejaron y que además se fueron para hacer su vida juntos en otro país pudiendo incluirla también y no estar viviendo esto ahora, pero bueno así se dieron las cosas y debían de pagar por sus errores cometidos, lo único que si le parecía injusto parecía injusto a él era que Ámbar metiera a su hermanito menor en el problema siendo que él no tenia nada que ver con lo que ellos hicieron. Rey camino hacia el sofá cuando escucho la puerta corrediza que daba al jardín abrirse un poco, se dio la vuelta y vio a Sharon con los ojos llenos de lágrimas, ella no dijo ni una palabra solo corrió hacia él y se rindió en sus brazos, no dejaba de llorar se sentía completamente destruida por la negación de su hija a darle una segunda oportunidad de arreglar las cosas con ella, pero no, Ámbar no quiere escuchar nada.
Mientras Sharon continuaba llorando, Rey la sostenía en sus brazos protectoramente dándole suaves masajes en su espalda para que ella se siguiera desaojando del dolor que sentía, él también estaba mal al ver a la mujer que más amaba estar sufriendo así, le dolía verla llorar cada vez que pasaba esto.
- ¡Todo se solucionará mi amor! Ya verás que pronto las cosas mejoraran-le susurro Rey a su esposa para después darle un tierno beso en su cabeza.
- ¡Jamás me lo perdonara Rey! Me odia, y no quiere saber nada de mi-dijo Sharon entre lágrimas aferrándose aún más a los brazos de su marido.
-No digas eso mi cielo, Ámbar no te odia solo está un poco molesta pero no te preocupes que de a poco ella se ira acercando a ti y así podrán hablar y solucionar todo-contesto él mientras serraba los ojos sin dejar de abrazarla y acariciarla.-Nosotros también tenemos que entender que no podemos llagar así como si nada y pretender que Ámbar nos perdone, que olvide lo que paso y acepte lo nuevos cambios que trajimos, ella tiene heridas del pasado que debe de curar primero para poder dejarnos entrar en su vida otro vez, pero esas heridas no las curara sola, nosotros la ayudaremos, nos costara pero te juro mi amor que no pienso descansar hasta que todo esto se arregle y poder ser una familia los cuatros, tu, yo, Ámbar y Enzo, no bajare los brazos hasta poder verte feliz.-Termino de decir el hombre de cabello negro con ternura.
Sharon levanto un poco su cabeza, y lo miro fijamente con una suave sonrisa, sus ojos estaban todos húmedos por lo que estuvo llorando.
- ¡Amo el día en que me enamore de ti! -exclamo ella con dulzura para después inclinarse hacia adelante, y besar los labios de su amado suavemente.
Rey respondió el beso con amor, con cada beso que le daba a su amada le trasmitía todos sus sentimientos, se besaron un poco mas y luego se abrazaron nuevamente.
- ¡Te amo!
- ¡Yo más!
En eso su hijo bajaba las escaleras, y al ver a sus papas abrazados embozo una linda sonrisa, a pesar de todo lo que estaba pasando él estaba contento de ver el gran amor y apoyo mutuo que su mamá y su papá daban uno al otro, Sharon y Rey dejaron de abrazarse, la mujer de cabello rubio vio por atrás de los hombros de su marido al hijo de los dos que tenia una sonrisa en su rostro al estar viéndolos.
-¡Ven con mamá y papá mi vida!-indico Sharon con una sonrisa mientras estiraba ambos brazos para que su hijo viniera.
Sin dudar el peño niño de cabello negro y ojos verdes corrió hacia sus padres y los abrazo con fuerza, los tres compartieron un tierno abrazo familiar.
-Se que las cosas se mejoraran y que con Ámbar pronto volveremos a estar unidos y en familia, pero ahora quiero tener en mis brazos a dos de mis tres personas favoritas que me cambiaron la vida haciéndome la mas hermosa todavía-termino de decir la mujer de cabello rubio con una enorme sonrisa mientras abrazaba a su esposo, y a su hijo.
- ¡Te queremos mucho mi reina!
-Si, mami te queremos un montón.
Sharon solo siguió sonriendo aferrándose aun mas a ellos dos, por ahora solo eran tres, pero no perdía las esperanzas de recuperar el amor de su hija.
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One-Shots Sharey
FanficDiferentes historias sobre nuestra pareja favorita de adultos más shipiada de soy Luna