Canción de regalo

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Eran como las nueve de la noche en Bueno Aires, Luna se encontraba en su cuarto estudiando para su prueba de matemática que tenía al otro día, mientras la chica de cabello castaño resolvía los difíciles ejercicios que estaba practicando alguien toco a su puerta.

- ¡Puedes pasar mamá! -dijo Luna pensando que era su madre quien tocaba a su puerta, pero en realidad no era ella.

- ¡Permiso Luna!

- ¿Sr. Rey? ¡Perdón lo confundido con mi mamá! Es que ella me digo que me traería la cena, es que como estoy estudiando para un difícil examen que tengo mañana, y bueno no quería salir de mi habitación-se disculpó la chica de ojos verdes con una pequeña sonrisa mirando al asistente de la madrina de Ámbar, estaba extrañada de que Rey estuviera aquí porque él jamás venía a su habitación.

-No te preocupes no pasa nada, yo solo venia hablar contigo de algo-contesto Rey con seriedad.

- ¿De algo?

- ¿Puedo? -pregunto el hombre de cabello negro apuntando con su mano hacia la cama haciendo referencia de si podía sentarse.

- ¡Claro!

Rey entro y camino lentamente hacia la cama para luego sentarse, y mirara por unos segundo el piso, él estaba muy nervioso por lo que le iba a pedir a Luna, una parte de él decía que mejor lo olvidara y que se fuera, pero la otra parte le decía que lo haga que era el momento de hacerlo, mientras Rey seguía con la cabeza en eso Luna seguía mirándolo aún confundida de que podría ser que él quería hablar con ella. Luna pensó que tal vez Ámbar le había echado la culpa de haber roto el cuadro que la señora Sharon tenia de ella misma en la sala, y que de un día al otro apareció roto.

-Sr. Rey yo no lo hice, yo no rompí el cuadro de la señora Sharon se lo juro, no sé qué le digo Ámbar, pero yo...

-Tranquila Luna yo sé que vos no fuiste quien lo hizo-dijo él tranquilizándola con una sonrisa. -Pero yo no vine a hablar del cuadro.

- ¿No? ¿Entonces? -indago la adolescente más confundida aún.

-Tú sabes que dentro de dos semanas será el cumpleaños de la señora Sharon.

-Si, mis padres me lo contaron, y el Sr Alfredo me digo que le celebrara una fiesta en la mansión.

- ¡Así es! -afirmo el hombre de cabello negro con la cabeza.

-Bueno, pero no entiendo que tengo que ver yo con eso-dijo Luna todavía si entender nada.

-Mucho, veras lo que pasa en verdad es que...es que yo...bueno yo quiero...

- ¿Usted quiere?

Rey tomo un poco de aire antes de decir lo que iba a decir.

- ¡Quiero cantarle una canción a ella! -anuncio Rey de una vez por todas.

Luna al oír esto dio una gran sonrisa, sabia por Don Alfredo que ha Rey le pasaban cosas con la Sra. Sharon pero que él no se animaba a confesar.

-Eso es muy tierno de su parte Sr. Rey, me pone muy feliz ver que está empezando a demostrar lo que siente por la Sra. Sharon-comento ella una linda sonrisa.

Él al escuchar eso se quedó con la boca abierta, no se esperaba que la hija de los Valentes supiera de sus sentimientos por su jefa, su cara se puso colorada ante ese comentario, podía ser que se le notara tanto lo enamorado que estaba que ni él mismo se daba cuenta de eso.

- ¿Cómo sabes que yo...que me pasa algo con ella? -pregunto el hombre de cabello negro con nerviosismo.

-El Sr. Alfredo me lo conto el otro día, me digo que usted está enamorado de la Sra. Sharon, y que no se animaba a declarársele por miedo a que lo despida-respondió Luna sin dejar de sonreír.

One-Shots ShareyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora