Feliz cumpleaños

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En su habitación Sharon despertaba parpadeaba contra la luz del sol de la mañana que entraba por la ventana de su dormitorio, ella se sentó en la cama y noto que el otro lado de la cama estaba vacío, Sharon dio un último bostezo y cuando estaba por levantarse Rey entro a la habitación con una sonrisa al verla despierta. Se acercó a ella trayendo con si la bandeja con un rico desayuno.

-¡Buenos días mi amor, y feliz cumpleaños!-dijo Rey acercándose a su esposa y dándole un tierno beso en los labios.

Ella sonrió cuando vio el desayuno que le preparo una taza de café, un plato lleno de magdalenas con glaseado de chocolate Sharon se quedó sin palabras le encanto su dulce regalo esta fue la mejor manera de empezar el día de su cumpleaños.

-¡Muchas gracias Rey, es maravilloso!-susurro Sharon sonriendo mientras tiraba de él más cerca para besarlo.

Él le dio otro beso en los labios luego coloco la bandeja en su regazo, y se metió en la cama con ella otra vez, unos minutos pasaron hasta que Ámbar entro a la habitación con una gran sonrisa de felicidad en el rostro mientras traía una bolsa de cartón.

-¡Feliz cumpleaños mamá!-exclamo la chica de pelo rubio mientras caminaba hacia la cama y abrazaba a Sharon.

-¡Muchas gracias hija!-respondió la mujer de pelo rubio corto sonriendo de felicidad.

-¡Te traje un regalo!-dijo la adolecente entregándole la bolsa.

Sharon tomo la bolsa y miro lo que era, Ámbar le regalo un hermoso collar de diamante.

-¿Te gusta?-pregunto la chica mirándola con una sonrisa.

-¡Claro Ámbar me encanto! Muchas gracias de verdad-respondió Sharon abrazando otra vez a su hija con amor.

Ámbar estaba por decirle algo más a su madre cuando la puerta de la habitación se abrió y de repente dos niños pequeños entraron a los saltos.

-¡Feliz cumpleaños mami!-gritaron los dos pequeños con alegría corriendo hacia donde estaba su madre.

-¡Te hicimos una tarjeta!-dijo el niño de pelo negro de unos ocho años, mientras saltaba a la cama y le daba un beso a Sharon en su mejilla izquierda.

-¡Yo hice el dibujo y Erick te escribió el poema!-contesto su otro hijo de pelo rubio de siete años que para llegar a su mamá su papá lo levanto a la cama y abrazo a Sharon mientras le daba un beso en su mejilla derecha, y le entrego la tarjeta.

Sharon tomo la tarjeta y una lágrima se escapó de su rostro al ver el dibujo y el poema que sus hijos le hicieron con amor para ella.

-¡Muchas gracias mis chiquitos preciosos!-exclamo Sharon con alegría mientras abrazaba a su dos hijos y les daba un beso en la cabeza a cada uno.



¡Hola espero que disfruten esta corta pero tierna historia!

One-Shots ShareyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora