Lo mejor de la vida

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Sharon estaba en la sala de la mansión terminando de doblar la ropita de William, mientras lo hacía no podía ocultar la felicidad que sentía de estar viviendo esto en su vida, se había casado con Rey hace tres años, tenían un preciso hijo en común y ahora ella estaba de cinco meses esperando una niña, ya no le pedía nada más a la vida, tenía un increíble hombre a su lado que la amaba y la hacía realmente feliz que cada segundo la enamoraba locamente más, tenía Ámbar, William y su bebita que venía en camino, la relación con su padre había mejorado mucho y ahora eran más unidos de lo que alguna vez fueron, también tenía a su sobrina Luna que después de mucho años pudo volver a reunirse con la hija de su hermana menor ya fallecida, cuando se enteró que Luna era Sol se puso muy contenta completando así su vida. Ahora eran una gran familia feliz, Sharon acabo de doblar la ropa y se la dejo doblada en la mesita de metal para que Amanda cuando terminara de limpiar la mesa del comedor la llevara al cuarto de William, a ella le gustaría hacerlo ella misma pero Rey le tenía prohibido hacer fuerza y subir las escaleras sola por peligro de que le agarrara un mareo y se cayera, le parecía tierno que su amado sea así de protector pero ella todavía se sentía bien para hacer las cosas y además este no era su primer embarazo.

Ella quedo sentada unos segundos más hasta que decidió salir a caminar un poco por el jardín, extrañaba mucho a su hijo que en este momento estaba en el parque con su abuelo, su prima y su hermana que lo llevaron a jugar un rato, estaba contenta de que su padre podía pasar tiempo con William, una sonrisa ilumino su rostro al recordar lo feliz que se puso cuando se enteró que iba a tener una nueva nieta, ella continuo caminado disfrutando del hermoso día que era, siguió caminando hasta que llego al depósito donde su amado estaba junto con Tino y Cato revisando lo que servía y lo que no de las cajas que estaba en el depósito, Rey al ver que su reina se estaba acercando a donde ellos estaban les digo a Tino y Cato que tomaran un descanso, los dos hombres asintieron, dejaron las cajas en el piso y salieron corriendo con prisa para ver quien llegaba primero a la cocina en el camino ambos saludaron a Sharon la cual respondió de la misma forma.

- ¡Mi amor! Me parece que tus ayudantes ya estaban muy cansados que salieron corriendo así-comento Sharon cerca de él.

-Cansados no, con hambre si, hace como dos horas que se estaban quejando que tenían hambre-dijo Rey terminando de colocar la caja que tenía sobre la pila de las otras cajas que habían acomodado con Tino y Cato. -La próxima vez que le pida ayuda para hacer algo tendré que conseguir una mini heladera con comida a ver si así trabajan con más ganas y dejan de quejarse tanto, solo hablaban de comer, a veces pienso que estoy trabajando con Scooby y Shaggy de misterio a la orden. -Termino de decir él con fastidio.

Sharon al escuchar eso no pudo contener la risa por la comparación que su hombre acaba de hacer.

-Eres malo mi vida-contesto ella todavía riéndose mientras se abrazaba a él, y le daba un tierno beso en la mejilla.

- ¡No lo soy! Y tú deberías estar descansando en el cuarto, y no estar caminando por el jardín-indico él tocando gentilmente el enorme vientre de su reina.

-Estoy embarazada Rey no enferma, y este no es mi primer embarazo-critico la mujer de cabello rubio mirando fijamente a su amado que la abrazo y ambos volvieron a caminar hacia la mansión. -Además sé que tengo y que no tengo que hacer. -Acabo de decir ella fingiendo estar enojada.

-Se que lo sabes, pero me preocupo mucho por ti y por nuestra princesa, no quiero que nada malo les pase a las dos-expreso Rey mirándola con amor.

-Lo sé, se cómo te preocupas por mí y por la bebe, así estabas cuando esperaba a William, no podía hacer nada porque te alarmabas por cualquier movimiento que yo hacía-afirmo Sharon mirándolo con una sonrisa.-Y aunque yo me molestaba un poco contigo la verdad era que me sentía la mujer más feliz por sentir tanta atención y amor en un momento tan especial en la vida de una mujer, y ahora lo estoy volviendo a repetir Rey.

- ¡Siempre te are sentir la mujer más feliz del mundo entero Sharon! Y estaré a tu lado y al lado de nuestros hijos para siempre, hasta que me muera-juro su amado mientras le abría la 'puerta para que ella pudiera pasar primero.

-Si que no me equivoque cundo te elegí como compañero de vida, siempre estaré agradecida por el amor que me das cada día, por lo especial que me haces sentir, por ser el padre de mis hijos y él de Ámbar, aunque ella no es tu hija de su sangre.

- ¡Claro que lo es! Siempre lo será y gracias a ella yo aprendí a ser un padre.

- ¡Un increíble padre! -expreso la mujer d ojos verdes inclinándose para besarlo con profundo amor.

- ¡Te amo Sharon! A ti y a nuestros hijos-susurro el hombre de cabello entre besos.

- ¡Nosotros también te amamos mi cielo! -le respondió ella acareándole con suavidad el rostro de su marido.

Los dos entraron a la sala, Rey ayudo a Sharon a sentarse en el sofá otra vez, ambos quedaron ahí hablando, mimándose uno al otro con besos y palabras tiernas que hacían que sus corazones se derritieran más de amor de lo que ya estaban, en eso la puerta principal de la mansión se abrió y entraron Ámbar, Luna Y Don Alfredo que traía en sus brazos a su nieto completamente dormido.

- ¡Al fin llegaron! -digo Sharon con una sonrisa que se hizo más al ver a su hijo dormido.

- ¡Perdón por tardar hija! Es que veníamos caminando despacio para no despertar a William-contesto su padre en voz baja mientras se sentaba a la izquierda de su hija, para luego entregarle al pequeño niño de cabello rubio a su madre.

- ¡Mi pequeño! -dijo ella dándole un suave besito en la cabecita de su hijo que seguí durmiendo.

- ¿Cómo se portó? -pregunto Rey sin quitar la vista de su mujer y su hijo.

-Se porto muy bien tío, William es un angelito, en ni un momento nos dio problema-respondió Luna con una sonrisa mientras se sentaba en el borde del sofá para abrasarse a su abuelo y mirar a su primito.

-Si, pero los extrañaba mamá, no deja de llamarlos y buscarlo-agrego Ámbar con suavidad en lo que acareaba la cabecita de su hermanito menor.

¡Yo también lo extrañe! Ambos lo extrañamos-declaro Sharon mirando a su amado fijamente el cual le respondió con una gran sonrisa.

- ¿Y cómo te sentiste hoy hija? -inquirió su padre mirándola con una enorme sonrisa.

- ¡Bien papá! Hoy estuve muy bien, estuve acomodando la ropita de William y...

-Y también andaba caminando sola por el jardín otra vez-la interrumpió Rey mirando a su suegro con seriedad.

- ¡Otra vez hija! Sharon tienes que cuidarte más, estas de cinco meses a solo cuatro de dar a luz y lo mejor es que descanses más-sugirió Alfredo ahora también con seriedad, estaba muy preocupado de que algo le pudiera pasar a ella y a su nieta.

- ¡Estoy bien sobre protectores! No me va a pasar nada, no sean tan exagerados los dos-critico Sharon con fastidio, sí que cuando su padre y Rey se unían se ponían muy pesados. -Ya estoy cansada de decirle a ambos que estoy bien, que se cuidarme y sobre todo que este no es mi primer embarazo.

-Lo sabemos muy bien Sharon, pero Rey y yo nos preocupamos mucho-estableció Alfredo colocando su mano en el hombro de su hija.

-Lo sé, pero ha beses se pasan de preocupados.

- ¡Bueno soy tu padre! Y aunque ya sea una mujer hecha y derecha, para mi sigues siendo mi niñita.

- ¡Y yo soy tu esposo! Y el padre de tus hijos, y claro que me preocupo por ti mi reina, eres la dueña de mi corazón.

Sharon sonrió y luego se inclino para besarlo con amor en los labios de su amado, después del beso todo quedaron en silencio admirando al pequeño William que seguía durmiendo en los brazos de su madre, rodeados del amor de su familia.

One-Shots ShareyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora