Solo un sueño

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Ya eran las nueve de la noche, y Rey regresaba a la a mansión después de haber estado todo el día buscando pistas de donde podría estar Sol Benson, él movió todo los contactos que tenía para poder encontrarla. Tenía que hallarla pronto para poder demostrarle a la Sra. Sharon que él no era un inútil como ella varias veces decía. Él solo quería ayudarla, demostrarle que ella podía confiar en él para todo lo que necesitaba, que siempre estaría a su lado. Pero lo malo es que Sharon jamás se daba cuenta de eso.

Rey entro a la mención, y encontró a la Sra. Sharon que estaba parada esperándolo en la sala de estar con los brazos cruzados, esperando que tenga alguna novedad.

-¡Decime que encontraste alguna pista de donde podría estar mi sobrina!

- Todavía no, estoy esperando una llamada de uno de mis contactos que podría tener noticias de donde puede estar – respondió Rey mientras se acercaba a donde ella estaba parada.

-¿Podría decirnos? Ni siquiera sabes si esta persona sabe algo- dijo Sharon enojada caminando de un lado al otro.

-Tranquilícese Miss Benson, este contacto es de mucha confianza mía, y le prometo que la información que tenga será muy buena- contesto él tratando de calmarla para que no tuviera un pico de estrés.

-¡Eso espero! Porque no quiero recibir pistas falsas como siempre nos pasa- respondió ella deteniéndose en frente de él.- Estoy notado que no puedes con esto, ¡Y tú sabes muy bien lo que pasa cuando alguien no puede seguir con lo que le ordeno!

-Lo entiendo muy bien Miss Benson – exclamo Rey agachando la cabeza.

-¡Muy bien! Mañana quiero escuchar esa supuesta información exacta – dijo Sharon mirándolo con desagrado, para luego retirarse a su habitación.

Rey solo miro como ella subía las escaleras a su cuarto.

-¡Quién se cree que esta mujer! Estoy todo el tiempo tratando de encontrar a su sobrina, pero no, para ella eso no alcanza- pensó él un poco enojado y triste a la vez. -¿Me pregunto si alguna vez dejara de ser así? Termino de preguntarse mientras caminaba hacia la mesa del comedor.

Se sentó, y empezó a revisar las cajas de archivo que Tino y Cato habían mandado por barco de esa vez que fueron a México, Rey miro las carpetas una por una. Pasaron varias horas y él todavía estaba con eso, estaba muy cansado le dolía la cabeza pero eso no lo iba a detener hasta encontrar algo. Pero lamentablemente no duro mucho que sus ojos se cerraban por lo agotado que se encontraba, se quedó completamente dormido en la mesa.

Cuando se despertó ya era de día, Rey dio un largo bostezo mientras se refregaba los ojos para despertarse completamente, miro su reloj y se sorprendió por la hora que era. Se levantó y junto las carpetas que estuvo mirando anoche, luego camino un poco por el salón le pareció muy raro lo silenciosa que se encontraba la mansión, fue a la cocina para ver si el personal se encontraba ahí, pero cuando llego no encontró a nadie eso le pareció mucho más extraño. Recorrió el lugar completo y tampoco encontró a la Sra. Sharon, Ámbar y Don Alfredo.

-¿Dónde se metieron todo? – se preguntó Rey confundido.

De repente sintió la puerta de delante de la mansión abrirse, era Ámbar en compañía de Simon ambos estaban vestidos muy elegantes, como si fuera a una fiesta o algo por el estilo.

-¡Con que estabas aquí Rey, te estuvimos buscando!

-¡Señorita Ámbar! ¿Dónde están todos?

-Primero no sé porque me llamas así papá solo di mi nombre, y segundo porque no estás listo todavía nos están esperando, así que ve a vestirte rápido que llegaremos tarde- dijo la chica mientras se acercaba a él con una sonrisa entregándole la ropa que se tenía que poner.

One-Shots ShareyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora