Premio

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Sharon caminaba por el jardín de su nueva mansión que compro en Cancún, ella estaba disfrutando de la hermosa tarde de verano, el sol brillaba tanto que iluminaba completamente el jardín haciendo que este se viera aun mas precioso de lo que ya era, continúo caminando hasta llegar a la piscina en donde esperaba encontrar a su ahijada, pero al llegar se sorprendió de que Ámbar no estuviera ahí, supuestamente ella le había dicho que estaría ahí tomando sol. De pronto su celular comenzó a sonar, lo atendió y era otra de sus amigas preguntando como la estaba pasando en Cancún, mientras Sharon hablaba con su amiga por el celular iba caminando por la horilla de la piscina, en eso Ámbar venia corriendo a lo lejos con Luna persiguiéndola.

- ¡Ámbar devuélveme mis patines! -grito Luna con molestia.

- ¿Los quieres Lunista? ¡Pues tendrán que alcanzarme antes de que los arroje al agua! -dijo la chica de cabello rubio mirándola con una burlona sonrisa mientras seguía corriendo, lo que no sabia Ámbar era que estaba corriendo hacia donde su madrina estaba.

-¡Cuidado Ámbar!-indico la chica de ojos verdes deteniéndose de repente al ver que Ámbar estaba por chocar contra la Sra. Sharon que se encontraba de espalda hablando por su celular sin darse cuenta de lo que estaba pasando.

Ámbar al ver que Luna se detuvo se voltea hacia adelante encontrándose con que estaba por chocar a su madrina, la adolescente intento detenerse, pero le fue imposible y termino empujando a su madrina que cayo de inmediato a la piscina, Sharon comenzó a gritar, Rey apenas escucho que su jefa estaba gritando corrió hacia la piscina y al ver que ella había caído al agua...

- ¡Miss Benson! -grito Rey mientras tiraba su celular y sin pensarlo dos veces se tiro a la piscina, él nado hacia ella lo más rápido que pudo. - ¡Miss Benson! ¿Se encuentra bien? -Termino de preguntarle él sosteniéndola en sus brazos.

-Si...estoy bien-respondió la mujer de cabello rubio un poco agitada.

- ¡Tranquila la sacare pronto de aquí! -expreso su asistente personal ayudándola a nadar hasta llegar a la horilla de la piscina.

Cuando ambos salieron de la piscina ambos estaban completamente mojados, Sharon se miro la ropa y su celular que ya no serbia más, la mujer de ojos verdes miro enseguida a su ahijada con una cara que la adolescente ya conocía y sabia a la perfección.

- ¡Ámbar!

- ¡Lo siento madrina! Pero ante de que te enoje conmigo quiero explicarte que toda la culpa fue de...-ella intento de contarle a su madrina como fueron las cosas, pero ella no se lo permitió.

- ¡No quiero escuchar nada!

-Pero madrina...

- ¡Termínala ya Ámbar! No voy a escuchar ni una palabra de lo que tengas que decirme-establecido ella con molestia. -Ahora devolverle ya mismo los patines a Luna, y le ofreces una disculpa por tu mal comportamiento con ella.

-Eso lo pienso hacer-reprocho la adolescente mirándola con seriedad.

-Muy bien Ámbar, decidí o le pedís disculpas a Luna o te quedas todas las vacaciones castigada en tu cuarto, adiós salir de compras, a patinar y sobre todo ver a Matteo.

- ¡No me podés hacer eso madrina! Es injusto.

-Si puedo hacerlo, y lo hare, así que no me busque y hace lo que te digo-ordeno Sharon sin dejar de mirarla.

Ámbar se le quedo mirando por unos segundos sin moverse o decir una palabra.

- ¡Para ahora Ámbar! Si no quieres volverte ya mismo para Buenos Aires-sentencio la mujer de ojos verde con seriedad, en lo que se cruzaba de brazos.

La chica de cabello rubio dio un largo suspiro mientras se tragaba toda la rabia por lo que tenia que hacer ahora, se dio la vuelta y camino hacia donde estaba Luna devolviéndole los patines y pidiéndole perdón por haber tomado e querido arrojarlo a la piscina, después de eso ella entro junto con su madrina y con Rey de nuevo a la mansión para saber cual seria su castigo del cual no iba a zafar tan fácil. Ya por la noche Sharon se encontraba en el balcón de su habitación mirando el cielo cubierto de estrella y la gran luna que brillaba, ella aun estaba molesta por lo de hoy en la piscina, en lo que pensaba en eso, ella pudo observar a Rey caminando por el jardín con una linterna encendida, esto llamo mucho la curiosidad de Sharon por lo que decidió bajar a ver qué era lo que su asistente personal estaba haciendo.

En el jardín Rey seguía alumbrando con la linterna para todos lados, hasta que una voz lo hizo que se detuviera.

- ¡Rey!

- ¡Miss Benson! ¿Qué pasa?

-Eso mismo te quiero preguntar a vos, te vi desde el balcón de mi cuarto que estabas alumbrando con la linterna, ¿Qué estás haciendo?

-Solo buscaba mi celular, lo que pasa es que lo tire cuando salte a rescatarla hoy de la piscina, y no vi donde lo arroje-explico Rey alumbrando otra vez hasta que pudo verlo. - ¡Ya lo encontré! -Termino de decir el hombre de cabello negro acercándose hasta el arbusto para agarrar su celular del piso.

- ¿Funciona? -pregunto ella sin dejar de mirarlo.

-Si, no le paso nada-respondió él mirando su celular en lo que caminaba otra vez hacia donde su jefa estaba.

-Bueno al menos tu teléfono funciona, el mío ya no-reprocho la mujer de cabello rubio con bronca al recordar lo de hoy a la tarde.

-Pero tiene que pensar en positivo Miss Benson, usted esta bien, y eso es lo importante-expreso Rey con sinceridad. - ¡Usted vale más que un celular!

Sharon al oír eso se sorprendió y se sonrojo al mismo tiempo, no se esperaba ese comentario de su asistente, normalmente ella se enojaría por sentirse así, pero esta vez no le molesto, al contrario, la hizo sentirse querida y valiosa para alguien, y esto nunca lo había sentido.

- ¿Todo bien Miss Benson?

-Si, solo pensaba en lo que sucedió hoy-conto Sharon bajando la mirada hacia el piso.

- ¿En lo que le hizo Ámbar, ¿verdad?

Ella asistió con seriedad, mientras levantaba nuevamente la vista hacia él.

-Y ahora que lo recuerdo no te e dado las gracias por haber saltado a rescatarme-dijo la mujer de ojos verdes con las mejillas sonrojada, que daba gracias a Dios que donde estaban no había mucha luz y no se podía ver. - ¡Gracias Rey! -Termino de agradecerle con una linda sonrisa en su rostro.

-No es nada Miss Benson, siempre estaré ahí para usted en todo momento, cuando usted me necesite-contestó su asistente también sonriendo.

Sharon sintió como sus mejillas ardían mientras su corazón comenzó a latir con fuerza en su pecho, hacia mucho que eso no le pasaba, para ser mas precisa desde que conocía y se enamoró de Bernie, más que ahora lo sentía con mas fuerza que ese momento, ella sonrió aun mas para luego acercarse y abrazarlo.

-Se que siempre me cuidas, y que estas a mi lado siempre Rey, y que cuento contigo para todo, por eso quiero agradecerte por eso también-susurro la mujer de ojos verdes sin soltarlo. -No sé qué aria sin ti, por eso quiero darte un premio especial.

- ¿Un premio especial? -indago Rey un poco confundido porque Sharon no era de hacer esa clase de cosas, aunque por otro lado estaba disfrutando del abrazo que ella le estaba dando.

Sharon se alejo un poco de él para mirarlo fijamente a la cara con una sonrisa, para luego acercarse mas hacia adelante, y suavemente le planto un beso en sus labios, ante esto Rey se quedo congelado sin poder moverse, todavía sin poder creer lo que estaba pasando.

- ¿Esto será real o es un sueño? -se preguntó para sí mismo todavía sin poder reaccionar a lo que estaba pasando.

Rápidamente su pregunta fue respondida cuando Sharon envolvió sus brazos alrededor de su cuello, Rey entonces respondió el beso envolviendo también sus brazos alrededor de su cintura tirando de ella mas cerca de él. Ambos quedaron en el jardín besándose, disfrutando de este beso el cual no querían que se terminara tan pronto, y que quedara como un simple beso y nada más, al contrario, este beso era el comienzo de algo muy especial entre los dos.

One-Shots ShareyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora