Lo que debo elegir

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Rey caminaba pensativo por el jardín de la mansión sin poder dejar de pensar en el beso que había compartido con Sharon tan solo una hora atrás, ellos se habían reunido para hablar y él le entrego la llave del cofre a Sharon la cual lo había besado, algo que no esperaba que pasara, claro lo había soñado por años, pero nunca se imaginó que ella lo besara. Aun podía sentir los suaves labios de Sharon sobre los suyos y de solo recordarlo hacia que su corazón latiera con fuerza, pero, aunque estaba feliz porque se habían besado también no podía dejar de pensar en lo que ese beso significaba realmente.

Se sentía confundido, él estaba con Maggie tratando de superar lo que alguna vez sintió por Sharon, pero la verdad era que ese sentimiento de amor nunca se había ido, y con este beso que se habían dado solo se hizo más fuerte y persistente a no ser olvidado, él no sabía que hacer su corazón le decía que deje de ser un idiota y que continúe con su vida, que deje de aferrarse a un amor que es demasiado imposible, que ya tenía a Maggie que lo quiere, muchas veces lo pensó hasta que su corazón le gritaba que no se rindiera que viera las señales de que significaba algo para Sharon de lo contrario no se pondría celosa cada vez que hablaba o le veía con Maggie. Todo esto solo lo confundía aún más, se sentía como si estuviera en medio del mar y tuviera que elegir entre dos islas y no sabía hacia cual nadar.

Siguió caminando hasta que decidió volver a entrar a la mansión, entro a la sala y se sentó en el sofá pensando que iba hacer. En eso entro Don Alfredo que al ver la cara pensativa de Rey se preocupó.

-Rey, ¿estás bien? –pregunto el hombre de edad acercándose.

-Estoy bien Don Alfredo, solo un poco cansado nada mas –respondió Rey tratando de fingir que no le pasaba nada, pero Don Alfredo se daba cuenta de todo.

- ¿Sera cando o pensativo en mal de amores? –inquirió Alfredo con humor-. Es obvio que esa cara es porque estás pensando con quien quedarte si Maggie o Vanessa.

- ¿Cómo lo sabe?

-Me doy cuenta de esas cosas Rey, y además escuche a Maggie comentándole algo a Mónica.

-La verdad es que, si estoy así por eso, es que no sé qué elegir Don Alfredo, mis sentimientos están divididos entre las dos, y no se cual elegir –comento él con tristeza.

-El amor es complicado a veces, y esto de estar confundido con tus sentimientos es algo normal, Rey –indico el hombre de edad mirándolo-. A veces nos gustaría que fuera fácil saber elegir para no sufrir y hacer sufrir a otro con nuestras decisiones, pero el amor es así, lo importante es lo que tú quieres de verdad.

-Pero es difícil cuando el corazón quiere algo, pero tu cabeza te dice lo contrario.

-Eso es cierto, pero también es cierto que la cabeza piensa con la razón y el corazón lo siente.

Rey quedo pensativo hacia ese cierto comentario de Don Alfredo.

-Abecés algunos pensamientos que tenemos provocan que nos cejemos y no escuchemos al corazón, puede ser por miedo a ser rechazados o abecés preferimos seguir adelante para no seguir sufriendo –dijo Alfredo con seriedad-. ¿Eso es lo que te pasa, Rey?

-Sí, mi cabeza me dice que elija a una mientras mi corazón grita por la otra, y por más que quiero escuchar alguno de los dos lados no puedo –contesto Rey mientras se ponía ambas manos sobre la cabeza.

- ¡Tranquilo Rey! Esto no solo se trata de elegir, se trata también de tu felicidad, de quien de las dos te hace realmente feliz a ti –declaro el hombre de cabello blanco sin dejar de mirarlo-. Puede ser que tu cabeza y tu corazón quieren a alguien diferente pero solo una de ellas es la que tu amas, y la que realmente quieres a tu lado.

One-Shots ShareyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora