Capítulo 47

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Algunos días después...

Le pateo el trasero a Paul para que salga de una buena vez de la casa con su tilichero¹ y poder salir finalmente de casa. Estamos a cuatro días de año nuevo y hoy partimos a New York, son las cuatro de la mañana y vamos camino al aeropuerto en modo zombie, hoy se va solamente la familia, pasado mañana sale el resto ya que tienen que hablar con sus padres y esas cosas, tienen mucha suerte. No tenemos idea de adonde se supone que vamos a llegar porque según yo, ninguna familia tiene casa en aquella ciudad, y dudo que mi padre quiera meternos en un hotel con lo ruidosos que son los mandriles estos.

Como somos muchos nos dividimos en dos camionetas. Los mas salvajes vienen conmigo, (ya que en la otra van las dos mujeres embarazadas con papá y Melissa) Paul, Evan, Connor, Brandon, William, Aidan, Max y Perrie; con nuestros padres van Daniela, James, Cristal, Dylan, Connor y Shawn. Como verán, terrible, ya quiero llegar al aeropuerto y abordar el avión para poder dormir mejor.

—¡hay una mano tocando mi trasero!—exclama Perrie molesta mientras trata de levantarse.

—¡no es mi culpa, subiste antes de poder quitarla!—responde Brandon.—¡además ni tienes!

—¡cierra la boca!—se oye un golpe.

—¡auch!

Dios, dame paciencia porque si me das fuerzas los mato.

—huele a queso cotija...—murmura Aidan.

Olisqueamos todos el aire hasta hayar el asqueroso dueño de las patas apestosas.

—¡Evan!—exclamo tapando mi nariz.

—¿¡qué!? Es Connor, viene muy pegado a mí, es él

—¡claro que no!

—¡el que tenga las orejas calientes!—exclama Paul y Connor se toca las orejas, todos reímos.

—¡hey!—se cruza de brazos.

[•••]

—tengo hambre...—habla Max.

No viene Tristan pero Max lo suple.

—tengo sueño...—me quejo yo esta vez.

—ya cierren la boca, lloran mucho—se queja Perrie tecleando en el teléfono.

—¿ya vamos a llegar?—pregunta Evan.

—ya casi...—responde el chofer cansado.

Lo comprendo, no se han callado desde que salimos de casa, a cada rato reparten golpes e insultos y comprendo porqué papá no los quiso en su camioneta pero, ¿por qué yo estoy aquí? No me lo merezco, me porto mejor, ya no soy tan salvaje como antes.

—¡una abeja!—exclama Aidan junto a mí y me da una bofetada.

—¿¡QUÉ TE PASA PEDAZO DE MIERDA!? ¡MI HERMOSA CARA IDIOTA!—comienzo a golpearlo mientras mi mellizo y Perrie intentan detenerme.

El auto frena de golpe y nos golpeamos el rostro con los asientos de enfrente, todos soltamos un quejido y nos acomodamos en nuestro lugar para ver qué es lo que está pasando.

Ya llegamos al aeropuerto.

—bajen, ahora—dice el chofer harto de lidiar con nosotros dedicándonos una mirada asesina.

Mis Dilemas y Yo [MISHYY #2] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora