Capítulo 22

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Una semana después...

Guardo la fotografía en el baúl y lo escondo de nuevo en donde estaba, corro fuera del sótano antes de que alguien se de cuenta que estaba ahí, lo cierro con seguro de nuevo y me dirijo al despacho de mi padre para guardar las llaves donde las tenía antes de que uno de mis hermanos se de cuenta y me delate, o peor, que mi padre se de cuenta. Jamás le ha gustado que pongamos un pie en el sótano, le da terror y nos protege de su miedo.

Las cosas aún no vuelven a la normalidad, ni en casa ni en el instituto, algunas veces si bromeamos un poco pero seguimos sin ánimos. Al menos yo sigo sin ánimos suficientes para tirarle la madre a todos.

—¡PAULINA A LA BIBLIOTECA AHORA!—se oye el grito de Melissa. Resoplo.

Sabía que todos comenzarían con eso. Los odio.

Entro a la biblioteca encontrándome con todos, excepto James y Cristal. Sí él y Cristal llegaron a casa dos días después del velorio de Derek, todo ha ido bien, creo que ya está superado o de verdad entré en depresión.

Me siento junto a Evan y Shawn, recuesto mi cabeza sobre las piernas de Evan y mis piernas sobre las de Shawn, ninguno de los dos protesta sólo me sonríen y después miran a mi padre y Melissa esperando a que suelten la sopa que tienen que soltarnos.

—chicos, no es por creernos la gran cosa pero sabemos que en esta familia el dinero sobra a pesar de ser numerosos el dinero nos es suficiente—dice mi padre y mira a Melissa quien gira el pizarron para revelar el contenido.—ya es momento de que aprendan a ganar su dinero

«es hora de dejar el huevo» dice el pizarron. Yo frunzo el ceño. En mis dieciocho años de vida jamás he trabajado.

Okey, sí suena mal.

—¡estabamos tan bien!—exclama Dylan, río.

—cierra la boca—le dice su madre con el ceño fruncido y mi padre continua.

—la mayoría de ustedes ya tiene dieciocho años, el resto apenas dieciséis o diecisiete, así que ya les pueden dar un trabajo con buen sueldo, es hora de que aprendan a ganarse el dinero y a administrarlo bien porque a partir de hoy yo les quitaré las tarjetas de crédito ya que ustedes ya podrán comprarse sus cosas con su dinero

¡no! ¿qué le pasa? No podemos conseguir trabajo en un maldito día, ni los que tienen carreras.

—¡no podemos conseguir trabajo en un día!—exclamo sin pararme.

—si empiezan...—mira su reloj.—creo que sí

Todos salimos corriendo de ahí. Me cambio el pijama por ropa más adecuada para salir, decente y bonita para que me den el trabajo, tomo mis llaves y salgo a toda prisa de mi habitación esquivando algunos de mis hermanos y cosas tiradas que hay por los pasillos. Mi padre está loco, ¿qué tiene en la cabeza? Al menos nos hubiera dado una semana más...o dos.

Al subir a mi auto encuentro a cuatro changos ya arriba, los fulmino con la mirada.

—no pienso...

—¡NO TENEMOS TIEMPO!

Resoplo y enciendo el auto para ponerlo en marcha enseguida, pero freno de golpe ya que el imbécil de Evan iba saliendo al mismo tiempo, casi chocamos.

—¡FÍJATE IMBÉCIL!

—¡FÍJATE TÚ IMBECILA!

Acelera saliendo de la casa finalmente, yo voy detrás de él y vamos en la misma dirección ya que vivimos en un callejón con vista a la ciudad. Nos separamos en la esquina, él por el camino más corto y yo por el más largo ya que por este se encuentran más lugares en los que podemos preguntar.

Mis Dilemas y Yo [MISHYY #2] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora