Capítulo 62

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¡Sábado! Hermoso como yo, como el dormir, como el comer, tan esperado como las hijas de James y como las vacaciones. Hermoso, ya lo dije.

Me acurruco más en la suave cama cubierta hasta la nariz y hecha un ovillo, disfrutando de su comodidad y frescura.

—que levantes tu trasero gordo de la cama—escucho decir al molesto de Scott.

Finjo no escucharlo y no muevo ni una sola gota de mi ser para que no se de cuenta.

—ya sé que estás despierta—dice con enfado.—resoplaste cuando escuchaste mi melodiosa voz, así que deja de hacerte la tonta o voy a levantarte a mi manera

—he vivido con despertares horribles toda mi vida, no creo que puedas hacer algo peor que mis hermanos—digo con la voz apagada por la sabana que cubre mi boca.

Se escucha como cierra la puerta y yo sonrío feliz. Sabía que no iba a atreverse a hacerme algo, por Dios, dos de mis hermanos están bajo el mismo techo que nosotros.

De repente brincan sobre mí y su respiración golpea mi mejilla causandome escalofríos por todo el cuerpo, me giro con rapidez encontrándolo demasiado cerca para mi gusto, no tiene todo su peso sobre mí así que tendría ventaja si no sujetara con sus codos las sábanas que me cubren. Me sonríe de manera traviesa y se acerca a mí cuello, yo comienzo a retorcerme para que se aleje y alzo mis piernas esperando dar en el blanco.

—¡alejate de mí simio asqueroso!

Levanta el rostro para verme divertido, trato de alejarlo de mí pero es mucho más fuerte que yo, y es demasiado obvio, todos los días entrena cuatro horas al día y yo no hago más que dejar morir mi alma en la casa sin hacer nada.

—por Dios, admite que me amas

—¿¡qué!?—suelto una carcajada sarcástica en su cara e intento de nuevo alejarlo de mí.—¡carajo ya voy a pararme sólo quitate de encima!

Se ríe y se quita de encima para luego salir corriendo de mi habitación, no sin antes lanzarme un beso. Y niega su problema mental, es un idiota con trastorno bipolar.
Salgo de la habitación arrastrando los pies sin importar que solamente lleve la camisa puesta de Paul y boxers debajo de ella. Lo bueno que los cubre. Encuentro a Scott cantar mientras prepara café y ninguno de los gemelos está presente, frunzo el ceño mientras tomo asiento frente a él, sigue dándome la espalda ya que apenas está encendiendo la cafetera, cuando se da la vuelta me guiña un ojo y se sients frente a mí dejando una taza de garfield frente a mis ojos.

—quedarás encantada con mi café—me guiña un ojo mientras sonríe, yo lo miro con miedo.

—¿seguro que no eres bipolar? Es pregunta—rueda los ojos y me golpea levemente en la frente con la cuchara que después deja en su taza.

—no, dejame en paz

—a eso me refiero, estas sintiéndome y guiñandome el ojo, después quieres asesinarme con palabras, y después vuelve tu lado amoroso y extraño conmigo. Me das miedo

Se ríe mientras niega.

—la verdad es que tengo que fingir frente a tus hermanos—me dice distraído con la imagen de su taza, una vaca. Frunzo el ceño confundida.

—¿por qué? Ellos prácticamente te adoran, por algo no han pedido el cambio de departamento, yo ya lo hubiera hecho—me mira mal y después vuelve su vista a la vaca.

—porque me gustas, y ellos me asesinarían—alza los hombros como si lo que acaba de decir no fuera nada, de la nada me ahogo con mi propia saliva y comienzo a toser mientras me bajo del taburete y me alejo.

Mis Dilemas y Yo [MISHYY #2] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora