Capítulo 43

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Alissa:

Hoy fue el último día de clases, el maravilloso y último día de clases, lo más genial de todo es que salimos tres horas antes de lo habitual y ahora nos encontramos todos en casa sacando los adornos navideños del sótano que son miles y miles de cajas, pero no me importa tener que subir y bajar por ellas porque estoy demasiado feliz para molestarme por ello. ¿a qué se debe mi felicidad? Pues a que Paul haya dejado las zorras y superado a Hayley, ahora se le ve más contento y pegado a Darcy, no salen aún y él me ha dicho que no tienen planes de hacerlo están bien siendo amigos por el momento, claro que yo no me quejé pues después de todo ambos fueron heridos, bastante, y que se hayan unido más como amigos me alegra. Aunque realmente Paul no es el mismo de antes, está más feliz, sí, pero no es el mismo que me seguía con las bromas y esas cosas ahora es más calmado, más maduro se podría decir pero aún así me siento feliz por él.

Logan y los dos pares de gemelos no pudieron venir a pasar las fiestas con nosotros, al principio creímos que se trataba de una broma como Aidan y William, pero ellos de verdad no pueden venir porque en sus trabajos no les dieron vacaciones y necesitan el dinero para sus rentas, a nadie le gusto la noticia pero prometieron llamar ese día. Alice llegó el día de ayer sorprendiendo a todos, no llamó y sinceramente nadie la esperaba en casa pues todos creíamos que ella y Aidan habían terminado su relación, pero no fue así, la morena llegó ayer y fue bien recibida por el castaño ojiverde; claro que ella no se queda en casa, pero va y viene como ahora.

—¡encontré la tanga de Santa!—exclama Dylan desde el suelo con varias cosas encima, tiene la mano arriba con la prensa mencionada.

—¡eso es mío!—exclama Connor rojo como tomate y se la arrebata de las manos.

Ruedo los ojos. Ya no me molesto en preguntar, es bastante normal.

Subo junto a Alice con una caja en manos llena de polvo y para nada pesada, vamos hasta la sala donde está el resto junto al árbol que Max, James y Cristal se encuentran adornando con las cosas que vamos sacando.

—aún me cuesta creerlo, de verdad—me dice por lo bajo mirando la misma escena que yo.

—a todos al principio, fue duro pero está superado—alzo un hombro. Comienzo a cansarme de repetir lo mismo.

—quién iba a decir que las cosas acabarían entre ustedes—dice mientras abre una de las cajas.—parecían reales...

Tiene razón, parecía.

Pero «No todo es lo que parece».

Suspiro y también me dedico a abrir la caja que traje, encuentro cortinas y manteles para la mesa con dibujos navideños en ellos, con razón no pensaba tanto.

—¿cortinas de verdad?—dice Cristal con horror desde el otro lado de la sala junto al árbol y las puertas de cristal. Sonrío.

—yo me encargo de ellas, no te preocupes

—¡son horribles!—exclama y río junto a James, quien se acerca para darle un corto beso en los labios.

La quiere, siempre lo hizo.

Sacudo lo mejor que puedo las enormes y pesadas cortinas de color rojo con copos de nieve blancos y muñecos de nieve por todas partes. Las dejo sobre el sofá para ir en busca de alguna escalera, en ese momento el timbre suena y me detengo esperando a ver si alguien corre a abrir, pero de nuevo de hace sonar el timbre de la casa con insistencia. Ruedo los ojos y corro hasta las puertas para abrirlas.

—¿por qué...

—¡sorpresa!—exclama con tono afeminado claramente fingido, abro mucho los ojos y me lanzo sobre él para abrazarlo. Casi rodamos por los escalones.

Mis Dilemas y Yo [MISHYY #2] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora