POV. JEONGHAN
Jeonghan era un firme defensor de que todo ocurría por alguna razón, de que el destino preparaba cada camino con un propósito. Durante años, pensar que la luna guiaba sus pasos y que si permitía que le ocurrieran cosas malas era por una razón mayor, le había mantenido cuerdo. Cuando le anunciaron que tenía que casarse con el alfa de su manada, a penas había pasado un mes desde su décimo tercer cumpleaños. Estaba asustado, le aterrorizaba ese hombre. Sin embargo, nadie lo escuchó mientras gritaba y pataleaba para regresar con su familia. Ingenuo de él, creyó que llorarían su marcha. Mientras lloraba en una habitación demasiado fría para un niño, mientras permanecía encerrado en una casa que no podía considerar suya, mientras observaba como los demás pasaban la infancia entre juegos y risas, su único consuelo fue pensar que el destino quería algo de él.
Luchó durante mucho tiempo, sobreviviendo a cada golpe y cada embarazo fallido hasta que logró escapar de allí. La noche que se marchó tan lejos como le fue posible, con una mochila llena del dinero de alguien más, el alfa de su manada respiró por última vez. Jeonghan se encargó de que nadie encontrara su cuerpo, de que nadie pueda enterrarlo con dignidad. Sentado en un destartalado autobús, rumbo a cualquier parte, decidió que haría todo lo que estuviese en sus manos para que ningún omega siguiese sufriendo las barbaridades que él tuvo que soportar. Fue en ese mismo instante, con la luna llena brillando en el cielo, que supo que no se dejaría amedrentar por nadie más. Se convirtió en una leyenda, el omega más fuerte que había existido y encontró su lugar en el mundo. Ahora, observando al pequeño e inocente Kwanhee que escuchaba atento las explicaciones que Seungcheol hacía sobre las flores, se sintió en paz por primera vez desde que salió de aquella casa.
Se sentía poderoso, capaz de conquistar el mundo. Tenía una manada a la que cuidar, a la que mantener a salvo y que confiaba en él como si fuese el más fiero de los alfas. Había conseguido crear un hogar con el que el pequeño cachorro podría ser el niño que era, sin miedo a que se manifestase como un omega y alguien pudiese hacerle daño. Apoyando los codos en el mostrador y la cabeza en las manos, pensó en lo afortunado que había sido de encontrar un alfa como Seungcheol, capaz de ceder todo ante él, sin considerarlo inferior. El olor tan característico de la tristeza le picó en la nariz, poniéndole alerta y haciéndole buscar lo que había alterado a Kwanhee. Cuando el niño le miró, supo que lo sabía todo, que había visto todos y cada uno de sus recuerdos. Eso solo podía significar una cosa, las leyendas con las que se había obsesionado mientras permanecía encerrado eran reales. Los lobos a cargo de la mente existían y el cachorro era uno de ellos.
— Eh, Kwanhee ¿Estás bien? —Seungcheol alternaba la mirada del pequeño tembloroso que miraba asustado a Jeonghan, tratando de descifrar que estaba pasando. Se
— Por favor, por favor, no. Yo no quería hacerlo —Lloriqueó, alejándose paso a paso del alfa—. Mamá decía que nadie podía saberlo. Ellos...No. Por favor —Estaba entrando en pánico y el omega supo que no había sido capaz de salvarle a tiempo, que ya había visto parte de la crueldad del mundo.
Jeonghan se levantó de la silla, dejando que sus feromonas saliesen para relajarle y el olor a lavanda lo rodease. Consiguió que su respiración se ralentizase y le dejase acercarse lo suficiente para abrazarlo. Seungcheol seguía observando todo con preocupación, convertido en un mero espectador. Solo necesitó una mirada para saber que tenía que hacer y se arrodilló para que Kwanhee quedase entre los dos, asegurándose de que entendía que estaba bien con ellos, que no les pasaría nada.
—Todo está bien, cariño, todo está bien. Nadie te hará daño, Kwanhee. Te lo juro por mi manada, mientras tus padres o cualquiera de nosotros siga vivo nadie te va a hacer daño.
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La manada del lago Yang - Seventeen [ +18] [EDITANDOSE]
FanfictionJun es un alfa que ha decidido huir de su naturaleza, quiere alejarse de la vida del lobo y vivir como el humano que siempre deseo ser. Cuando un pequeño cachorro se presenta en su casa diciendo que es su hijo, decide volver a su manada para dejarlo...