VIII. Quiero que sea mi papá (2ª parte)

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POV. JUN

¿Cuánto tiempo había pasado llorando la perdida de su mejor amigo, de aquel a quien consideraba su hermano? No sabía con certeza si había muerto, pero nadie había sido capaz de sobrevivir a los castigos de la manada. Aunque había pretendido que seguía vivo y que por fin había conseguido su ansiada libertad, sin noticias suyas y sin formas de buscarlo, en el fondo de su corazón, había aceptado su pérdida. Ahora lo tenía ante él, sonriéndole de oreja a oreja con ese aire de burla que tanto le caracterizaba, y abriendo los brazos para abrazarle con fuerza, como siempre lo había hecho, como si nunca se hubiesen separado, como si siguiesen siendo los mismos años. Dino volvió a preguntar, pero no se molestó en explicarle lo que ocurría, estaba demasiado concentrado en Soonyoung, analizando cada cambio, comprobando lo que permanecía igual. Aunque su rostro había perdido la inmadurez de la juventud y ahora se pavoneaba como el adulto que era, seguía teniendo el mismo cuerpo que gritaba "bailarín", la misma sonrisa que presagiaba problemas y el mismo entusiasmo que tanto le incordiaba.

— Lamento interrumpir vuestro momento emotivo —Soltó un hombre bajito que no había visto hasta el momento, demasiado perdido en la protección de su hijo y el reencuentro con su amigo—. Pero Soonyoung ¿No crees que deberías explicar que pasa? Al menos a tu compañero, si quieres seguir teniendo uno —Bufó, de mala gana.

Su amigo se separó al instante y observó al hombre con los ojos bien abiertos. Su sonrisa se amplió aún más, tanto que se preguntó como sus mejillas no se resentían por el esfuerzo, y se acercó hasta estar tan cerca del enano gruñón que sus pies rozaban. Un "¿Qué?" fue lo último que escuchó de él antes de que Soonyoung lo besase sin preocuparse que los demás estuviesen a su alrededor, atrayéndolo contra su cuerpo con tanta emoción que temblaba. El hombre se resistió durante un segundo antes de suspirar contra sus labios y corresponder al beso, apretándose aún más contra el cuerpo del que parecía ser su compañero. Cuando se separaron, respirando con dificultad, Seungkwan y Dino comenzaron a aplaudir como si hubiesen visto el mejor espectáculo de sus vidas. Minghao lo observaba todo apartado, con una triste sonrisa en sus labios y supo que él era el culpable. Deseó poder tener la fuerza de Soonyoung, arrastrarse hasta su compañero y conseguir que en el rostro de su omega se dibujase la misma mirada satisfecha. Reprimió el impulso, dándole el espacio que se merecía y buscó el contacto de su hijo para tranquilizarse a si mismo. Habían acordado tomárselo con calma y dudaba que un poco sutil "quiero comerte la boca hasta que te quedes sin aliento" entrase dentro de esa idea. Por no hablar de que necesitaba tener una conversación con su hijo, explicarle lo que ocurría y ver si aceptaba a su compañero. No movería ni un dedo hasta que Kwanhee lo permitiese.

— ¿P-por qué has hecho eso? —Preguntó el omega con sus mejillas enrojecidas por la vergüenza. Toda la rebeldía que había en él, se desvaneció con un simple beso. Era el efecto de los labios de Soonyoung, te hacían perder el sentido y te transportaba a un mundo nuevo, lejos de la realidad y los problemas.

— Has dicho que soy tu compañero —Explicó su amigo haciéndoles sonreír a todos por su contagiosa alegría—. Es la primera vez que lo reconoces y dios, soy el hombre más feliz de la tierra.

— Y-yo... —El omega abrió los ojos al darse cuenta de lo que había hecho y trató de explicarse. Sin embargo, el alfa fue más rápido y volvió a besarle con el mismo entusiasmo que la primera vez—. No hagas eso —Golpeó su hombro con suavidad y bajó la cabeza aún más avergonzado—. No puedo pensar cuando lo haces.

Soonyoung rozó sus labios con suavidad una última vez y se separó para colocarse al lado de Jun. La mano sobre su hombro le reconfortó, demostrándole que todo era real. Su mejor amigo, su hermano, estaba vivo y a su lado una vez más. Había encontrado a su compañero, tenía el hijo que todo padre desearía y había acabado en una manada que le había acogido sin preguntas, sin preocuparse por no ser lo demasiado bueno para ser un alfa o prejuicios. Acarició el pelo de Kwanhee distraídamente mientras se preparaba para dar las explicaciones que todos esperaban, ansiosos y curiosos. Con un rápido vistazo, comprobó que Seungcheol seguía dormido, ajeno a todo lo que ocurría y dándoles vía libre para hablar con naturalidad, sin esconderse.

La manada del lago Yang - Seventeen [ +18] [EDITANDOSE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora