XXII. No vuelvas a irte así, Chan, por favor (1ª parte)

4K 497 342
                                    


POV. CHAN

"Furioso" era un adjetivo demasiado simple para describir como se sentía Chan. "Enfurecido", "irritando", "enfadado", "cabreado" o cualquier sinónimo por el estilo, tampoco estaban a la altura. Su lobo se moría por salir al exterior y morder algo para soltar toda su frustración. Estaba tan tenso que caminaba erguido, aumentando la velocidad sin preocuparse por si el alfa podía seguir su ritmo o no. ¿Quién era Jun para decirle con quién podía salir o no?¿Quién era ese estúpido lobo para ordenarle? Solo respondía ante Jeonghan y cuando se trataba de temas de manada, no tenía porque aguantarle con su mirada de decepción y sus puños apretados. Quizás estaba exagerando, puede que no tuviese que alterarse tanto, pero no podía evitarlo. Jun estaba preocupado, pero no era un niño y sabía lo que hacía. Había tenido que cumplir demasiadas ordenes y responder ante demasiados alfas que lo tiraban después de usarlo como para aceptarlo. Era inevitable. Si alguien se ponía por encima de él, saltaba. Había aprendido a escribir sus propias reglas y levantarse ante aquellos que le prohibían las cosas, demasiado asustado de caer en la misma miseria en la que había estado viviendo antes de encontrar a Jeonghan.

— Eh, eh, frena un poco —Pidió el alfa tras él, tomándole del brazo y consiguiendo darle la vuelta—. Tranquilo, eh, está bien, solo se preocupa por ti, es entendible —Lo abrazó para que Chan pudiese relajarse con su olor—. Tu manada parece quererte mucho y no se fían de un extraño, me molestaría si fuese lo contrario.

Bufó, enfadado de que estuviese defendiendo a Jun a pesar de que debería sentirse ofendido por haber sido tomado como alguien peligroso. Michael, con esa sonrisa y sus gestos amables, no podía hacer daño. Había tenido demasiados sustos en su vida como para que el destino fuese tan cruel de otorgarle un alfa horrible, sería injusto. Se apoyó en su pecho, aspirando su aroma y arrugando la nariz al detectar el picor que producía ese olor a químico que se escondía tras el que tanto le gustaba. Quería preguntarle que era, pero tenía miedo de que la respuesta no le gustase. Solo había una cosa que pudiese producir ese olor y no le gustaba, no quería admitirlo. Tenía que haber otra razón, tenía que haber algo más.

— Está bien, está bien, no dejes que arruine nuestra noche —Se alejó un poco para levantarle la cabeza con sus dedos en la barbilla—. ¿Qué te parece si te llevo a cenar a otro sitio?

Asintió despacio, mostrándole una amplia sonrisa. Tenía razón, no podía dejar que aquella disputa arruinarse su noche. Entrelazó una mano con la suya y empezó a caminar por donde le indicaba. Aquella noche, solo serían ellos dos, le gustase a Jun o no. Nadie podría impedirlo. Pasearon bajo las luces de la calle, contando historias de su vida, omitiendo los detalles tristes y centrándose solo en divertirse. Sabía que debía ser sincero, pero no estaba preparado para descubrir su historia completa, ignoraría todo lo que le había pasado tanto como pudiese. En el fondo, algo en él, le impedía confiar completo en el lobo. Quería entregarse, pero por alguna razón, sentía que podría estar cometiendo un gran error. Hablaron sobre lo grande que se estaba volviendo su manada, de lo alegres que eran los niños y de como envidiaba la fuerza de Jasmine, capaz de sonreír a pesar de todo lo que le había pasado. Le explicó con cariño como había sido su mejor Navidad, usando el extintor para apagar el pavo que había tratado de asar Jeonghan con la esperanza de tener una celebración tradicional. Aquel día tuvieron que conducir hasta el restaurante abierto más cercano y comieron lo que quedaba en la carta. Realmente no tenía nada de especial, pero fue la primera vez que estuvo con ellos, que pudo disfrutar de las fiestas sin miedo al hambre, el frío o los depredadores. Acababa de llegar a una manada en la que todos se conocían ya, pero que le acogieron como si hubiese sido parte de la familia durante toda su vida. Jeonghan lo tomó bajo su ala, asegurándole protección y fue lo mejor que le había pasado nunca.

La manada del lago Yang - Seventeen [ +18] [EDITANDOSE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora