XIII. Nadie te hará daño, Kwanhee (2ª parte)

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Capitulo dedicado a seungcheolicious_

POV. SEUNGCHEOL

    Lo primero que pensó Seungcheol al escuchar la noticia fue en que se avecinaba una tormenta. Por lo que había aprendido con Jeonghan, los lobos eran muy impulsivos cuando entraban en celo y si a eso se le sumaba que Jihoon había escapado para estar con Soonyoung, solo podría significar que el caos estaba a punto de llegar. Si se enlazaban por instinto, tendrían que soportar a un omega completamente enfurecido y algo en lo más profundo de su corazón le decía que nadie saldría vivo de aquello. Tuvo la gran idea de coger sus cosas y marcharse con los demás hasta que las aguas se calmasen, pero sabía que no podían dejar sus trabajos así como así aunque sus vidas estuviesen en juego. Quizás estuviese exagerando, pero por lo poco que había visto de Jihoon, todo apuntaba a que su carácter explosivo no sería compatible con una mordida indeseada aunque su lobo estuviese pidiéndolo a gritos.

    — Contacta con Jihoon o Soonyoung, asegúrate de que están juntos y de que nadie más podrá acercarse a él —Ordenó Jeonghan con la voz calmada, como si todos los días superase crisis como aquella—. Ya no podemos traerlo de vuelta, pero lo mejor es que nos aseguremos de que esté bien. No te preocupes, Seungkwan, piensa que podría haber pasado de nuevo lo de Chan. Yo...

    — Tú nada, te vienes conmigo —Cortó Seungcheol dedicándole la mejor sonrisa que tenía. Había estado pensando durante todo el día como podía acercarse a solas a él y ahora que había encontrado el plan perfecto, nadie iba a impedírselo, ni si quiera un omega en celo con muy malas pulgas en paradero desconocido—. Seungkwan puede encargarse de saber que pasa con Jihoon y llevar a Kwanhee con sus padres. Lo demás puede esperar a mañana y si hay cualquier emergencia, nos llamarán ¿Verdad?

    — Claro que sí —El joven omega tomó a Kwanhee en brazos antes de que Jeonghan pudiese protestar y le guiñó el ojo a Seungcheol, aceptando ser complice en su improvisada cita.  Parecía haberse recuperado un poco después del mal día que pasó. Le había prometido que no le dejaría solo y había acabado teniendo un ataque, tendría que recompensárselo pronto—. Os mando un mensaje si Jihoon está bien y solo llamaremos en caso de que ocurra una emergencia de verdad. Ahora, tortolitos, dejad que los jóvenes nos ocupemos de todo.

    Jeonghan se quedó en silencio, observando como Seungkwan entraba en la mansión. Por un instante, Seungcheol se preocupó de haber tomado la decisión equivocada y de que estuviese enfadado con él por no dejarle poner orden. Sin embargo, el omega se giró para mirarle con una sonrisa tan brillante que le dejó sin palabras. « Vamos, Seungcheol, te has enfrentado a delincuentes peligrosos. Una cita con él no es nada en comparación, tu puedes » se dijo así mismo para enfundarse ánimos antes de acercarse y cogerle una mano con la suya, entrelazando los dedos. Ninguno de los dos dijo nada, se limitaron a caminar hacia el bosque en un cómodo silencio. Seungcheol había llamado a Chan mientras Jeonghan y Kwanhee decidían que querían comer, aprovechando la distracción. En cuanto le contó que quería saber de un buen sitio en el que ver las estrellas, él colaboró con tanto entusiasmo como si fuese a él a quien se llevaban de cita. « Recuerda lo que te ha dicho Jun, solo tienes que ser tú mismo » siguió hablándose así mismo, demasiado asustado para hablar en voz alta y estropear el momento.

    — Es una buena noche para dar un paseo ¿No crees? —Rompió el silencio por fin.

    Se sentía torpe, como un adolescente en su primera cita. Aunque si lo pensaba, era la primera vez que quedaba con alguien con el que quería estar. Con su mujer fue distinto, confundió su gratitud con amor y para cuando se dio cuenta de que realmente no deseaba estar con ella, era demasiado tarde para echarse atrás. Continuaron juntos por inercia, por complacer a su suegro y por intentar crear esa familia con la que tanto deseaba. Pero no había nada, los sentimientos hacía tiempo que habían desaparecido y no quedaba ni gratitud ni cariño, solo cansancio. Nunca había encajado con ella y ahora, consciente de su naturaleza, sabía por qué. Le faltaba algo, le faltaba una manda con la que establecer lazos, una familia como la que consiguen los lobos al pertenecer verdaderamente a un sitio y una pareja con la que poder compartir sus temores y deseos sin miedo a las represalias. Quería un hogar y ella no se lo iba a dar nunca. Jeonghan sí. Era el único capaz de hacerle sentir en paz y quien había logrado despertar una parte de sí mismo que no sabía que realmente necesitaba.

La manada del lago Yang - Seventeen [ +18] [EDITANDOSE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora