XXXI. ¡¿SABÍAS QUE PASARÍA Y NO HAS DICHO NADA?!

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Dedicado a Gguk-kie

POV. JUN

El frío había logrado calar sus huesos a pesar del espeso pelaje de lobo, de las mantas que había colocado Minghao sobre él y de la calidez que desprendía la chimenea. No se trataba de una cuestión de temperatura, era su corazón dolido el que le hacía temblar y provocaba el castañeo de sus dientes. A penas sentía la mano de su omega acariciando o el vínculo que los unía. Observaba a su manada enloquecer, andando por el salón y gritándose ideas que nadie podía escuchar. Era un mero espectador de lo que ocurría, sintiéndose demasiado lejos, como si estuviese observándolo todo a través de una ventana y no pudiese entrar. Impotente, aletargado y devastado, solo quería cerrar los ojos y dormir para despertar de aquella pesadilla.

Su pequeño cachorro estaba solo, aterrorizado y en manos de alguien que quería hacerle daño. Estaría gritando, pidiendo ayuda y encontrando que nadie acudiría porque no podían escucharle. No había ninguna diosa ni ningún destino que le pudiese haber preparado para esto.

— Jun, lo encontraremos —Susurró Minghao mientras seguía acariciando su cabeza—. Kwanhee va a volver a casa, aunque tenga que destrozar a todas las manadas del país. Nuestro cachorro está esperando por nosotros y lo traeremos de vuel-vuelta —Sus palabras se quebraron al final, dejando escapar un pequeño sollozo que consiguió despertar al alfa de ese extraño lugar en el que se encontraba.

Levantó sus patas los suficiente para quedar más cerca del rostro de Minghao y lamió sus lagrimas despacio. Cuando se sintió satisfecho, rozó su cabeza por sus mejillas, llenándolo de su olor. « Vamos a rescatarlo, wo de long » susurró en el enlace consiguiendo una pequeña sonrisa. Odiaba verle llorar y no poder hacer nada para impedirlo. Se apoyó en el omega cuando sus brazos le rodearon y permanecieron abrazados hasta que una potente voz interrumpió todo el ruido, incluso el viento se detuvo y la nieve dejó de caer. El fuego de la chimenea se extinguió, cesando su agradable crepitar.

— ¡SILENCIO!¡CALLAOS!

Todas las miradas se centraron en Jeonghan y, automáticamente, la manada descubrió su cuello en señal de sumisión. Era la primera vez que actuaban así frente al omega, por instinto. Siempre había sido el líder y lo habían respetado. Él mismo, sin ir más lejos, le había jurado lealtad como solo se haría ante un alfa. Sin embargo, nunca habían sentido esa necesidad de postrarse ante él con tan solo una orden. Emanaba tanto poder, observándoles desde la puerta de la habitación con los brazos cruzados, que era casi imposible no someterse. El lobo de Jun se calmó, sabiendo que estaba dejando el rescate de su cachorro en buenas manos. Jeonghan sabría que hacer, cómo proceder.

— Si hablamos todos a la vez, será imposible que nos entendamos y no llegaremos a ninguna parte —Carraspeó, incomodo al recibir tanta atención de repente—. ¿Quién quiere hablar primero?

— He estado en numerosos casos de secuestro —Seungcheol se detuvo un segundo, mirando a Jun y Minghao. Había visto esa mirada, era la que solía utilizar cada vez que daba una mala noticia. Solía pasar el tiempo suficiente en comisaría como para verle usar esa expresión una y otra vez—. Este es especial, no habrá un rescate por el que podamos encontrarle ni tenemos el equipo especializado de la policía. Aún así, haré todo lo que esté en mis manos para traerlo de vuelta. Necesitaremos hablar con Michael y Jasmine cuando se encuentren bien y buscar pistas por los alrededores.

Al oír ambos nombres, Jun cambió, escondiéndose en las mantas y en el abrazo de Minghao. Había estado tan consumido por la pena que no se había acordado de que ambos habían sido dañados protegiendo a su cachorro. Jasmine no había tenido posibilidades, pero había saltado sobre el secuestrador sin importarle las consecuencias. Solo quería mantener a Kwanhee a salvo. Sin buscarlo, había conseguido ganar puntos con él y quizás, tal vez algún día, no le importaría ver a su cachorro emparejado con ella. Esperaba que estuviese bien y que los daños no hubiesen sido demasiado graves para su cuerpo ya maltratado. ¿Y si lo que le habían dado afectaba a Michael ahora que había expulsado casi toda la droga de su sistema? Había tenido que pasar días muy malos para mejorar y ahora que había conseguido pasar esa fase, odiaría verlo caer de nuevo por haber protegido a su pequeño.

La manada del lago Yang - Seventeen [ +18] [EDITANDOSE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora