XXV. Adiós, Chan (1ª parte)

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POV. CHAN

La luna llena se acercaba, podía notarlo. Con cada hora que pasaba, se hacía más fuerte y se sentía más inquieto. Iba a ser la primera fiesta con los nuevos integrantes en la manada y estaban más entusiasmados que de costumbre. Jeonghan no dejaba de hacer llamadas, esperando que la compra estuviese lista y entregada para que Mingyu pudiese hacer el banquete que tanto había planeado. Joshua había estado pendiente de que todo fuese colocado en su sitio y consiguiesen los permisos necesarios para tener el día libre. Siempre acababan agotados y necesitaban un descanso en familia, rodeados de sus seres queridos. Ponían películas y se sentaban en el salón con palomitas o cualquier dulce que encontrasen. Ahora que había más personas, iban a necesitar mucho más alimento y se había dispuesto el salón con más sofás para que pudiesen entrar todos, incluyendo a los niños. Sabía que lo más importante de la noche iba a ser enseñarle a los cachorros cómo se celebraba una verdadera fiesta de la luna llena con una buena manada. Correrían hasta cansarse y jugarían con ellos mientras las estrellas brillaban con fuerza en el cielo. Solo había una cuestión que los tenía a todos más nerviosos de la cuenta y era sobre Seokmin. Iba a ser el primer cambio desde que despertó, sintiendo de nuevo al lobo en él. Había estado recuperando sus facultades, pero no había querido convertirse en su lobo, demasiado temeroso de que no hubiese funcionado. Todos habían acordado que lo ayudarían esa misma noche, pasase lo que pasase. Serían su apoyo. A pesar de conocerlo de muy poco tiempo, ninguno quería que perdiese esa sonrisa tan maravillosa que contagiaba a todo el mundo. Iban a necesitar su optimismo cuando los problemas llamasen a la puerta y no supieran como afrontarlos.

- ¿Quién soy? -Unas manos taparon sus ojos y rio, reconociendo el característico olor de su compañero.

- Michael, no seas tonto.

- Has usado tu increíble olfato de lobo feroz, eso no es justo -Dijo mientras lo abrazaba por la cintura y lo giraba para quedar cara a cara-. Hola ¿Listo para nuestra comida? -La sonrisa genuina que se dibujó en su rostro lo llenó de calidez, alejando las preocupaciones sobe la posible incapacidad de Seokmin para convertirse en lobo-. Porque yo sí, te he echado de menos.

- Nos vimos ayer ¿Lo sabes? -Besó sus labios con delicadeza, un leve toque que los dejó a los dos deseando más.

- Nunca es suficiente, además, quiero que hoy sea especial mientras dure -La sonrisa desapareció durante unos segundos y cuándo volvió a aparecer, Chan pudo ver el brillo de tristeza en sus ojos.

- ¿Qué te pasa? -Sostuvo sus mejillas con las dos manos, acariciándole ligeramente con sus dedos-. ¿Por qué estás triste?

- No pasa nada, solo pensaba en mi sobrina. Quería ir a Londres, pero no voy a poder llevarla.

- Claro que podrás hacerlo -Contestó, sin saber lo que había escondido detrás de las palabras de su alfa-. La llevaremos juntos y podrá ver todo lo que quiera.

- Lo haremos -Murmuró contra sus labios antes de darle un beso. Por alguna razón, aquel contacto solo hacía empeorar su sensación de que algo iba a ir mal. No le dio tiempo a pensar dos veces en su mal presentimiento, Michael intensificó los movimientos de sus labios y acabaron sin aliento-. Vamos, cachorro, vamos a comer.

Tomó la mano que le ofrecía, feliz al oír el mote cariñoso que siempre le dedicaba. Dieron un paseo, disfrutando de los rayos de sol en su rostro, aliviando un poco el frío de Noviembre. Chan le habló de la cantidad de planes que tenían para la fiesta de esa noche e intentó en innumerables ocasiones, convencerle para que viniese. Sin embargo, Michael lo rechazaba amablemente, explicándole que tenía que arreglar algunos problemas que le habían surgido. Sin darle muchas más vueltas, dejo de insistir, asegurándole que ya conseguiría que viniese la próxima vez. Cada vez que hacía alusión al futuro, su alfa hacía una mueca de dolor, tan imperceptible que creyó imaginárselo. Estaba paranoico. Entre el peligro que acechaba sobre su familia y la mala sensación con la que se había levantado ese día, todo le parecía sospechoso. « Nada ni nadie arruinará este día, ni si quiera yo » se dijo así mismo, apaciguando un poco la inquietud de su lobo « Solo estoy histérico por la cercanía de la luna, eso es todo ». Además, Michael no olía tan fuerte a químicos como otras veces, lo que era buena señal. Sea lo que sea que le pasase y no le contaba, parecía estar yendo mucho mejor.

La manada del lago Yang - Seventeen [ +18] [EDITANDOSE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora