NEVER FORGET YOU

IX

Al lado de Kirishima y Bakugou, Lisa se disponía a escuchar la palabras de Midnigth, que se encargaba de presentar y dar inicio al festival deportivo. 

— Y ahora, las palabras del primer lugar de la clase, ¡Bakugou Katsuki! — exclamaba con emoción la heroína profesional. 

— Baku-explosivo, por favor no digas nada grosero. — dijo Lisa sabiendo que no iba a ser así, pero creía que el intento valía la pena.

Todas las miradas se concentraban en ellos, bueno, mejor dicho en el chico de cabellos rubios y puntiagudos. 

— ¿Qué crees que pasará? — susurraba Kirishima temiendo lo peor. 

— Nada bueno, nada bueno. — murmuraba repitiendo para si misma. 

Hubo silencio por unos cuantos segundos antes de que empezara a hablar. 

— Seré el número uno. — dijo dejando atónitos a todos. 

— Lo sabía. — dijeron Kirishima y Lisa al unísono, dejando ver la preocupación en sus rostros. 

— ¡¡Boo!! — abuchearon todos ante tal comentario del rubio.

— Bakugou, hiciste que todos nos odiaran. — susurraba la pelinegra,  mientras su cuerpo bailaba como una hoja de papel en el aire.

— ¡Lisa, no te desmayes! — exclamaba preocupado al ver los ojos  de la muchacha que estaban oscuros.

— ¡Oye, Bakugou! Mira lo que hiciste. — le reclamaba sosteniendo el cuerpo de la muchacha. 

— ¡YO NO TENGO LA CULPA!

— ¡Cállate! ¿Cómo pudiste decir eso, acaso no te lo dije varias veces?! — le reclamaba contando con sus dedos las numerosas veces que le había aconsejado. 

— Solo dije la verdad. — alegó mostrando una sonrisa burlona. 

— Maldición, si serás... — dijo la joven mostrando una sonrisa  en sus labios, al igual que Kirishima que molestaba al de mirada carmín.  

Pasaron a formarse junto a los demás estudiantes, para así comenzar la primera prueba que consistía en una carrera donde se tenía que esquivar los obstáculos para así llegar a la meta.

— ¡Comiencen! — vociferó la heroína.  
Todos se empujaban y un desorden total impedía el paso libre. 

«Así que comienza desde aquí.» pensó la ojiverde, impulsando su cuerpo con sus llamas para avanzar.

Al mismo tiempo, hielo congelaba el suelo y las paredes, inmovilizando a varios de los estudiantes de primer año.

— Sabía que lo harías. — decía al ver la luz aproximándose.

Otros de sus compañeros también habían logrado salir, utilizando sus peculiaridades para seguir avanzando. 

— ¡Maldito mitad y mitad! — gritaba Bakugou antes de realizar explosiones con sus manos.

Shouto, que estaba en primer lugar, congeló el suelo mientras caminaba.

— No lo harás de nuevo, Todoroki-san. — replicaba Yaoyorozu mientras se elevaba con una herramienta creada por los lípidos de su cuerpo.

Lisa sobrepasó a todos, ocupando así el segundo lugar. 

— ¡Hayami. Te enseñare mi técnica oculta! — gritaba Mineta dando un salto hacia la muchacha.

— Ingenuo. —  lo alejó, quemando las bolas moradas que se desprendían de su cabeza. 

— ¡Oh! Sorprendente ¿no es cierto hombre momia? — exclamaba por la radio el héroe Present Mic. 

— Ah, su kosei le sirve de defensa y ataque de largo alcance. Además es estratégica, tiene ventaja.

Mineta intentó atrapar a Todoroki, pero fue derribado por el impacto del golpe de un robot.

Todoroki bloqueó a los androides y continuó corriendo hacia la meta sin mirar atrás. 

Más robots fueron apareciendo en el camino, pero no fue problema para ella. 

Incineró a cada uno de ellos, y les provocó un corto circuito.  Creando una barrera con las partes caídas de los androides, que atrasaría a los demás y dificultaría el paso de quienes se movilizaban a pie.

Siguió avanzando hasta la otra fase de la prueba, donde se encontró con Shouto, con quien competía para alcanzar el primer puesto. 

— ¡Todoroki es el primero! ¡No, ahora es Hayami! ¡No, es Todoroki de nuevo! ¡HAYAMI RECUPERA EL LUGAR! — reía el héroe desde la cabina. — ¡ESTOS CHICOS ME ESTÁN VOLVIENDO LOCO!

El joven Todoroki la miró aún sorprendido por las palabras que ella antes le dijo. Tenía razón, pero, aún así no se terminaba de convencer.

— Mi estúpido viejo esta aquí, no perderé. — le decía congelando el tubo que  conectaba las superficies de cada extremo, tratando de alejarse de ella lo más posible porque ya no podía verla a los ojos.

— Yo tampoco. — descongelaba todo a su paso, concentrándose en el objetivo final.

Ambos corrían, congelando y descongelando todo al mismo tiempo. Poniéndose obstáculos que ralentizaban sus movimientos. 

— Sabes que no eres preso de las ambiciones de tu padre. Así que, por favor, ¡déjame ayudarte! —  lo miraba con la tristeza inundada en sus pequeños y bellos ojos, pero sin dejar de avanzar.

Él también le miró de la misma manera, con fuertes ganas de correr hacia ella para abrazarla y decirle lo mucho que lamentaba no haber cumplido su promesa de no abandonarla y hacerla sentirse sola.

"Yo, Shouto, prometo hacer feliz a Lisa, acompañarla siempre para decirle que no esta sola y que es muy importante para mi"

Recordó las palabras que pronunció bajo el árbol de cerezo que los protegía esa primavera lejana.

— Lo lamento — susurró regresando a su realidad.