NEVER FORGET YOU

XXVIII

Su respiración estaba agitada, al igual que las calles de Hosu, y la sangre que bajaba por su mejilla le recordaba la clase de enemigo que enfrentaba. El joven Todoroki buscaba detener al villano junto a sus dos amigos y compañeros de clase, pero la experiencia era mayor.

El asesino de héroes logró esquivar el hielo creado por el heterocrómico, y se acercaba a él con cuchillo en mano para poder manipularlo.

No lo esquivaría a tiempo. Shouto cerró sus ojos inconsientemente, temiendo a lo que sucedería después.

Pero no sintió nada, el seguía en pie.

Abrió los ojos y presenció el fuego fatuo que lo rodeaba sin hacerle daño. Y ahí estaba ella, tan reluciente y calmada, llegando en el momento oportuno.

— No vas a hacerle daño. — pronunció cortante, sin expresión en su rostro, tratando de averiguar las posibles soluciones para capturarlo. — No te dejaré.

— Lisa... — susurró, recibiendo una suave y corta sonrisa de la pelinegra.

Conocía aquella sonrisa, aquella que le decía que todo estaría bien.

Su calidez le hacía sentir seguro y el brillo en sus ojos le transmitían el deseo que continuar la vida, sosteniendo su mano.

— ¡Hayami-san! — dijo Midoriya, levantándose con dificultad.

Iida aún estaba inmóvil, y con algunas lágrimas en los ojos, negándose a aceptar la ayuda de sus compañeros.

Lisa se acercó a el presidente de clase, sabía exactamente lo que sentía.

— Se como te sientes. — bajó la mirada, dirigiéndose al chico de lentes, notando que en sus ojos decía que ella no lo comprendía.

Se detuvo, sin poder ocultar su semblante entristecido.

— Se lo que sientes, porque también he perdido a alguien. — llevó su mano al lado donde palpitaba su corazón y le sonrió con sinceridad y empatía, haciendo que las lágrimas del muchacho corrieran más rápido al sentir la impotencia de no haber podido salvar a su hermano.

— Deténganse. — pidió viendo a sus amigos luchar por el.

Los dos jóvenes con poder de fuego, combinaban sus ataques y lo convertían en uno solo, quemando las paredes del estrecho callejón.

Luces azules y naranjas se unían en un baile ardiente, destruyendo todo lo que tocaban. Apoyando al joven portador del One For All, que golpeaba al villano con la fuerza de sus puños y espíritu.

— ¡Deténganse! — gritó Iida, lamentando que ellos se hubieran involucrado.

— ¡Si quieres detener esto, entonces ponte de pie! — le dijo el semialbino, motivando a despertar sus ganas de perseguir su sueño. — ¡Porque solo tengo una cosa que decirte!

Su fuego se hizo más intenso y su ceño estaba fruncido. — ¡Nunca olvides en quien quieres convertirte!

Aquellas palabras fueron necesarias, y no solo motivo a Iida, si no a todos.

Stain, no dejaba de maldecirlos, tomó su espada con fuerza y trató de cortar el brazo del bicolor, pero Iida se interpuso e impidió que lo hiriera.

— ¡Iida! — exclamó la fémina, alzando su brazo contra el causante de la muerte de varios héroes profesionales.

La sorpresa que se llevó fue muy grande y dolorosa al sentir el impacto contra el firmamento. Stain había utilizado el cuerpo de Midoriya para alejarla de Todoroki, ya que juntos eran el mayor problema.

— ¡Lo siento, Hayami-san! No puedo moverme

— No te preocupes.

Rió de dolor, tratando de levantarse con algunos temblores. Apresurándose en contraatacar, creando llamas azules que ardían en algunas partes del suelo.

Iida ya estaba en movimiento, apoyando a Todoroki.

— Tu me recuerdas a alguien. — susurró detrás de ella, tapando su boca y llevándola a las alturas.

No podía mover ni un solo músculo.

— ¡Lisa! — Shouto trató de ir hacia ella, pero ya estaba fuera de su alcance.

— Maldición, ¿cuándo fue? — se preguntaba, siendo acorralada.

Frunció el ceño ligeramente al darse cuenta del corte en su antebrazo. El impacto con Midoriya fue la trampa para deshacerse de ella.

No podía quedarse quieta, no en esa situación.

— Toda tu vida es una farsa, pobre niña. — le dijo, como si conociera algo que a ella le ocultaban. Rió fuertemente, causando una gran confusión en ella.

«¿Acaso era cierto?»

— ¡Cállate! — mordió la mano de quien la tenía prisionera, haciendo que la soltara como reflejo. Dejando su cuerpo caer por la gravedad.

Shouto aliviaría la caída, y estaría otra vez con ellos.

Lamentablemente no fue así, el hombre no la dejó ir, agarró sus cabellos largos y la sostuvo en el aire, burlándose de su plan y de sus pensamientos incrédulos.

— Señor Stain. — habló con dificultad, tratando incansablemente de mover sus extremidades. — Comprendo su ideología pe-

— ¿Pero? Dijiste ¿pero? — gruñó, sin dejarla escapar. — Claro que deberías entenderlo, tu no sabes nada porque ellos te mintieron, pobre huérfana.

— No conoces nada de mí. — apretó los dientes, soportando los mareos y un dolor de cabeza al ser jalada de los cabellos. Y lo miró fijamente, enfrentándolo mentalmente.

«Mírame, esto es real. »

— ¿Asesinarlos, realmente fue necesario? — todo parecía detenerse, y solo la intensa mirada y voz de la chica sonaba en su cabeza. — ¿Valió la pena? ¿Estas contento? ¿Lograste lo que querías? ¿No crees que es duro que nadie lo entienda?

— Cierra la boca. Se lo tratas de hacer. — rió con burla. — ¿Quieres manipularme? No seas tonta.

Lisa sonrió de lado, cerrando los ojos para centrar su energía en sus extremidades superiores.

— ¡Midoriya! ¡Hazlo ahora!

— ¿Qué? — giró para protegerse, viendo por unos segundos los rayos verdes provenientes del joven peli verde, pero el no estaba ahí.

Todo había sido una ilusión, ni siquiera habían pasado dos minutos.

Los muchachos la vieron sacar una daga con su brazo temblando y pudieron escuchar el sonido del corte que había realizado con rapidez.

Las hebras color negro caían al igual que el cuerpo delgado e inmóvil de la fémina, y volaban al compás de la brisa como cenizas.

Lo había hecho, se había liberado de él. Aunque había planeado herirlo, solo pudo movilizar su brazo a pocos centímetros de la mano del villano.

Cerró los ojos adelantándose a la impacto.

— Ya estoy contigo. — Todoroki utilizó su hielo, atrapando a Lisa y abrazándola para protegerla de los golpes.

— ¡Hayami-san! ¡Reacciona! — oyó débilmente la voz de Iida y Midoriya.

Y sintió como Shouto la sostenía con preocupación, tomando su mano y moviendo los cabellos mal cortados que cubrían su rostro.

— Su hombro está dislocado. — susurró el heterocrómico, enfriando la zona adolorida. Captó su mirada nublada y asintió con la cabeza, haciéndole saber que pronto capturarían al responsable de tantas muertes en la ciudad de Hosu.

Confiaba en que ellos lo harían. Y así fue.