LXVI

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El día del examen finalmente llegó, causando mucha emoción y nerviosismo en la mayoría de estudiantes del primer año de UA.

En el viaje casi todos hablaban de como serían las pruebas de licencia provisional, y solo unos pocos aprovecharon para relajarse.

Aunque no todos estaban muy tranquilos.

- Lisa, ¿Estás bien? - preguntó Kirishima con preocupación, al verla esforzándose por no cerrar los ojos durante el trayecto del bus escolar.

Ella asintió con la cabeza, mientras miraba por la ventana para distraerse y mantenerse consciente.

- Puedes dormir tranquila, te despertaré cuando lleguemos.

Lisa giró ligeramente la cabeza, mirando a Kirishima con una corta sonrisa de agradecimiento.

Pero el problema era que no podía dormir plácidamente como en los días de paz ilusoria.

- Si tienes pesadillas, no te preocupes. - dijo Kirishima, sonriendo ampliamente para tratar de animarla. - ¡Porque aquí estoy yo!

Y con su talento natural para animar el ambiente, pudo lograr sacarle una risa, aunque duró muy poco.

- Eres el mejor, Kirishima.

- ¡Tú lo eres más!

Lisa sonrió levemente y cerró los ojos, sintiéndose un poco más segura de no volver a caer en una desesperante e interminable pesadilla.

Y después de tantos días, por fin pudo dormir sin problemas ni temores, al menos por veinte minutos.

- Lisa, Lisa-chan. Ya llegamos.

Ella despertó lentamente y miró a su alrededor por las ventanas del bus, dándose cuenta que todos habían bajado.

- Te lo agradezco, y disculpa por hacerte tardar.

- No hay problema, sabes que cuentas conmigo.

Kirishima sonrió de forma amable, brindando seguridad y confianza a todo aquel que veía su sonrisa.

- Lo sé. - pensó Lisa.

Al poner un pie fuera, el aire que respiraron fue distinto. La competitividad se podía sentir en el ambiente.

Las otras escuelas los miraban detalladamente, analizando sus movimientos.

Algunos de ellos se acercaron a presentarse, y los otros se mantuvieron en su lugar para no llamar la atención.

- Son agradables. - dijo Kirishima con emoción y una sonrisa inocente.

- No te confíes, van a atacarnos primero. - pronunció Lisa con firmeza, sin quitar la mirada del frente.

- ¡¿EHH, enserio?!

Ella asintió con la cabeza, dándose cuenta de la clara ventaja que tenían aquellos jóvenes al usar esa estrategia.

- ¡Tienes razón! Esto es una competencia después de todo.

Lisa asintió con la cabeza, y se dispuso a prestar atención cuando el presentador y coordinador de las pruebas de ese año apareció para dar las instrucciones con respecto a la primera prueba.

A cada uno de los postulantes les dieron dos dispositivos para que se los colocaran en el cuerpo, en los lugares que creían favorables.

Y también les entregaron dos pelotas anaranjadas con las que debían tocar los dispositivos de su oponente para así poder pasar el primer desafío.

NEVER FORGET YOUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora