Ese era uno de los exámenes que los estudiantes postulantes a héroes debían superar.
Todos los chicos y chicas trataban de superarse al máximo.
Los enfrentamientos fueron continuando y varios de ellos lograron superar la prueba.
Antes del combate de la pelinegra de ojos verdes, el joven Todoroki y la muy bella e inteligente Yaoyorozu lucharon contra el profesor Aizawa. Mientras que en la sala de espera, Hayami los alentaba en su mente.
— ¡Yao-Momo! — se acercó a su amiga, para felicitarla. — Lo hiciste muy bien.
La pelinegra más alta sonrío, limpiando los residuos de las lágrimas en sus ojos oscuros.
— ¿Es tu turno, cierto? — interrumpió la voz calmada del chico de ojos peculiares, dirigiéndose a Lisa.
Ella asintió con una sonrisa leve, apretando suavemente su brazo izquierdo como acto involuntario.
El le devolvió el gesto, sabiendo la precisión de sus habilidades.
La chica se aproximaba al área cerrada, dónde solo se escuchaba el sonido de sus pisadas.
— Es un gusto verte de nuevo, Lisa-chan.
Claro que conocía esa voz femenina, aquella silueta y el resplandor de esa sonrisa.
El tiempo corría, no debía perder ninguna oportunidad. Ya que Aracne, la heroína a la que se enfrentaba, era muy rápida y ágil para esquivar ataques directos.
Analizó sus puntos débiles y la estructura del edificio en que se encontraban.
Las columnas eran muy débiles y estaban expuestas. La inclinación no le favorecía, tomando en cuenta su posición.
Quizás si cambiaba lugares con Angela, podría conseguir una ventaja de tres segundos suficientes. O llevar la pelea a un lugar abierto, ahí podría utilizarse mejor su particularidad, sin causar tanto daño.
Alzó la mirada, con un plan listo en su mente.
— Eso es lo bueno de ti. — aplaudió. — Vamos ahora tienes que ponerme esas esposas.
También podía escapar, pero conociéndola, no le dejaría hacerlo.
Levantó su brazo izquierdo, formando un espiral con su fuego. Ocultándose dentro de él y desapareciendo de su campo visual.
Aracne hizo una brecha en las llamas azules, pero la chica no estaba ahí.
— Chica lista. — susurró, dando una media sonrisa. Esquivando el ataque de la menor por pocos segundos.
Cada parte del lugar tenía rastros de telarañas, Lisa se dió cuenta, ella podía ubicarla aún si usaba una ilusión.
— Básicamente... Soy una araña. — indicó, mostrando la parte descubierta de su espalda, dónde salían ocho patas delgadas y largas.
— ¿Eh?
Eso no se lo esperaba.
— ¿Qué? — preguntó. — ¿Se ve mal?
— ¡Angela-san!
— Oh, disculpa. Sigamos.
La heroína utilizó su seda, haciendo que las botas de la pelinegra quedaran pegadas al suelo.
Lisa concentró su poder y derritió parte del metal de las columnas, provocando que la construcción estuviera inestable.
Las paredes se tornaron de un marrón oscuro, y las telarañas perdieron su forma.
Había logrado cambiar de lugares, Angela perdería el equilibrio por solo pocos segundos.
Fue hacia ella, aprovechando ese lapso para colocarle las esposas.
Logró sostener sus dos manos, pero cuando se apresuraba a inmovilizarla, Aracne nuevamente escapaba de su agarre.
— Lisa-chan. Ya sabes cuál es tu debilidad. — la atacó con fuerza, derrumbado su cuerpo con agilidad. — Vamos, si quieres ganar tendrás que mostrar todo tu poder.
Angela pensaba que esa era su única opción para hacerle superar su miedo. Sin embargo, la joven de cabellos negros, no lograba afrontarlo.
— Levántate. Vamos Lisa-chan, defiende lo que quieres.
Sentía que la llama de su fuego bailaba con un torbellino de sus emociones, y crecía al sentir la rabia que siempre había ocultado en su interior.
— Cállate, ¿Quién eres para reclamarme? — sonrío débilmente, con una expresión amable que escondía su enojo.
La heroína, tuvo que admitirlo, aquella sonrisa le aterró. No porque fuera horrible, si no porqué aquella niña que creía conocer la estaba amenazado sin bromear.
— Muere. — fue lo que escuchó antes de perderse en las ardientes llamas azules, y dar un corto alarido al sentir su piel quemarse.
La chica desvaneció su sonrisa perturbadora al notar que Aracne, había reducido su fuego.
Las telarañas que salían de sus manos la ayudaron a movilizarse lejos.
Los estudiantes observaban la batalla, intrigados por su comportamiento. Ella no actuaba así.
— Ahora entiendo. A esto le temes.
Aquellos ojos verdes sin remordimientos recorrían el escenario.
Recordando débilmente lo que debía hacer.
Tomó los grilletes que habían caído antes de su contraataque, y caminó lentamente, posicionándose a pocos metros de la mujer.
— Yo soy a lo que ella teme. — rió sin detenerse. — Pero por solo está vez...
La castaña sintió la suave voz de la chica por detrás de su oído.
— No voy a destrozar todo.
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NEVER FORGET YOU
FanfictionHayami Lisa ha conocido la grandeza, y a probado el amargo sabor de la derrota. Ella ha escuchado los empalagosos halagos de sus aduladores, y a soportado el odio irracional de esas mismas personas que decían amarla. Hayami Lisa ha saboreado las d...