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— Hideki-san esta vivo. — pronunció de forma directa, sin contenerse más. — Sr. Todoroki ¿qué es lo que tratan de ocultarme?

El silencio cayó entre ellos, y la mirada preocupada de Angela e Inari  no cooperaba para despejar las dudas en su mente.  

Endeavor solo la miró serio, a lo que ella apartó la mirada. 

— ¿Qué esta pasando Lisa-chan? — Hideki Inari se acercó a la chica, con la intención de relajar el ambiente. 

— Hideki-nissan, ¿usted también sabe algo? — susurró, apretando más su brazo. — Siempre he tenido curiosidad... — hizo una pausa, para hablar más alto. — ¿Cómo llegué al orfanato?

Lo pudo ver en sus ojos y la forma como evadían a sus preguntas, siempre había sido así. Claro que escondían algo, y odiaba que no lo aceptaran.

— No sé de lo que hablas. — el héroe de un poderoso fuego cruzó los brazos, y se marchó a otro lugar. 

No quería contestar obviamente. Shouto también lo notó, ya que era su padre. 

— Mi tío te trajo en una noche, el seis de junio. — el rubio suspiró, con una sonrisa que desvanecía con cada palabra que pronunciaba. — Solo eso conozco. 

No era suficiente.

Lo sabía claramente, pero apartaría esa sensación y continuaría como si nada hubiera pasado. Era un error, se estaba rindiendo con facilidad. Aun así, aceptaba las consecuencias de no liberar sus pensamientos. 

«¿Realmente lo dejarás así?» 

Fuego azul cubrían sus manos sin darse cuenta, y sus ojos le comenzaron  a doler nuevamente. 

La tomaron de la mano, despejando repentinamente su cabeza. Sus dedos se entrelazaron y su quirk volvió a estar controlado. 

— Tranquila. — el muchacho de ojos bicolores sonrió de forma corta y dulce. 

Shouto fue el más sincero con ella, confiaba en él. 

Luego de unos minutos, los estudiantes fueron enviados al hospital para tratar sus heridas. 

Todoroki, Midoriya e Iida estaban en la misma habitación, mientras que Hayami estaba al lado de ellos. 

Quería estar con ellos. Los hospitales le daban mala vibra. 

— Todoroki-kun — Midoriya lo llamó, estando sentado en las sábanas blancas de la camilla. — No sabía que te habías quemado la mano. 

— ¿Te quemaste? Pero tu poder es el fuego. — preguntó Iida sorprendido, moviendo los brazos como un robot. 

Todoroki recordó, solo era una quemadura leve la que se había hecho al tomar la mano de Lisa cubierta de un fuego misteriosamente tranquilo pero peligroso.

— No es grave, tampoco duele. — sonó calmado y algo cansado. 

Fue la primera vez que el quirk de Lisa le había hecho daño. No quería decírselo, la preocuparía bastante. 

— Oye Todoroki-kun, ¿desde cuando conoces a Hayami-san? — preguntó Midoriya, con una sonrisa radiante. — Son bastante cercanos, lo note en el festival. Ella se preocupó por ti.

— Hayami-san realmente se preocupa por sus compañeros. ¡Es la mejor! — comentó Iida, admirado y emocionado, derramando algunas lágrimas. 

— Uhm. Lo es. — asintió el semialbino con una sonrisa. — La conocí cuando tenia cuatro años, en un río cerca de mi casa. 

Midoriya e Iida prestaban atención a las palabras de su amigo, conociendo más acerca de él y su infancia. 

— Estaba jugando y cuando quise lanzar una piedra al agua, en vez de caer en el río cayó en su cabeza. — se detuvo, sintiéndose culpable por unos segundos. — Se veía sola y triste asi que me acerque a ella...

— Asi que Hayami-san ... — Midoriya abrió ligeramente los ojos, adelantándose a la historia. 

— Me dijo que no tenía padres, en ese momento sentí que comente algo inapropiado,  la hice sentir mal.  — miró su mano vendada, cerrando su puño suavemente. — Pero aun así ... 

— Esta siempre a tu lado. ¿No? — sonrió Iida. 

— Se nota que la quieres mucho, Todoroki-kun. — dijo Midoriya confirmando su teoría. 

Era así. 

Shouto asintió con una leve sonrisa. 

Los dos rieron por la inocencia de su compañero, y él solo los observaba sin entender a lo que se referían. 

— ¡Chicos! — Lisa entró de repente, con el cabello mejor cortado y vestida con la ropa del hospital al igual que ellos. — Que alivio. Están bien. 

— ¡Hayami-san! ¡No deberías salir de tu habitación! — la regañó el presidente de su clase. 

— Lo entiendo,  Sr. Presidente. — murmuró, riendo por lo gracioso que se veía. — Quería ver como estaban. — caminó acercándose a ellos, y además, estar sola en ese cuarto la aburría.

— Pero Hayami-san ¿ya estás bien? — preguntó el chico de cabellos rizados.  

— Sí.  — asintió. — Sólo me duele un poco la muñeca y el hombro. 

— Aún debes descansar. — le aconsejó el bicolor. 

— Lo sé. Ustedes también. — dió un largo suspiro, relajando de hombros. — Por cierto Shouto, ¿Qué te pasó en la mano?

Tocó con curiosidad las vendas sobre la palma de la mano del chico, poniéndolo nervioso. 

— Yo me... 

Lisa esperaba la respuesta, acercándose a el  al ver que sus palabras habían quedado atrapadas. 

— ¡Señorita! Usted debería estar en reposo. La estuve buscando por todas partes. — dijo preocupada la enfermera, entrando a la habitación para llevarse a la menor hacia su respectivo cuarto. 

— ¡Espere, Kotoko-san! — Lisa la llamó por su nombre, pero continuó realizando su trabajo. 

Los chicos miraron la escena sin saber que hacer. La enfermera fue muy rápida. 

— Los veré mañana.  — se despidió con una sonrisa tierna y ellos agitaron la mano suavemente. 

NEVER FORGET YOUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora