XXII

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Lisa leyó rápidamente los nombres de las agencias que buscaban reclutarla. Entre ellas encontró la agencia de Endeavor, Best Jennist, Black Eclair, Mt. Lady y Uwabami.

Releyó los dos nombres de las agencias que más le atraían.

— Agencia de Endeavor y Black Eclair.

Las dos le ayudarían a cumplir su meta de hacer sus llamas más poderosas, a demás de apoyar a los niños huérfanos al igual que ella.

Ambas agencias eran cercanas, trabajaban juntos en varios casos y participaban en varias estrategias.

— Hayami-san, ¿ya elegiste la agencia a la que quieres ingresar? — le habló Midoriya, viendo que estaba concentrada en el papel.

No hubo respuesta por unos cuantos segundos, hasta que la azabache se dio cuenta de la presencia de su compañero.

— Disculpa, estaba distraída. — sonría con nerviosismo, dándose cuenta de que la mayoría salía del aula.

— Te veías muy concentrada, ¿ya elegiste la agencia a la que quieres entrar?

— Uhm... Si. — mostró el papel con una sonrisa de orgullo. — La de Black Eclair.

El joven de cabellos verdes sacó una libreta de su mochila, pasó algunas hojas hasta que halló la que estaba buscando.

— ¡Su kosei es la teletransportación! — comentaba con brillo en sus ojos, mientras leía las anotaciones en su cuaderno. — ¡Es uno de los héroes que ha elaborado y participado en estrategias para capturar a los villanos! Su kosei es realmente curioso... Tengo varias dudas con respecto a él. Como por ejemplo, si usa algún instrumento o si puede transportar a más personas.

Lisa quedó sin palabra ante la velocidad del habla del muchacho. Pero no podía evitar contagiarse de su emoción y alegría.

— Ahora que lo dices, no creo que pueda transportar a otras personas. Ya que su estructura atómica es distinta a la de nosotros. Si lo haría, definitivamente moriríamos. Asi que es imposible. — levantó los hombros, explicándole a su compañero.

— Ya veo.

Levantó la mirada, observando que estaba apuntando todo lo que había mencionado. Cada vez lo iba conociendo mejor, pero aún así no dejaba de sorprenderla.

— También tengo uno tuyo. — le mostró su cuaderno donde tenía un dibujo de ella con su traje de heroína, y datos sobre su particularidad en las esquinas de la hoja.

Tomó la libreta cuidadosamente, leyendo la información que había recolectado sobre ella.

— Oh... Es increíble Midoriya. Eres muy observador.

— Gracias Hayami-san.

La azabache guardó y arregló sus pertenencias en su mochila. Saliendo del aula mientras hablaba con el muchacho de cabellos verdes oscuros.

En el camino se encontraron con Todoroki, y siguieron conversando sobre las curiosidades de sus kosei.

El ambiente era sereno y tranquilo hasta que se oyeron los gritos y explosiones de Bakugou.

— ¿Qué pasa? — le preguntó Lisa a Kirishima al ver su rostro preocupado, y se acercó al rubio para detenerlo con la ayuda del pelirrojo.

— Ese chico dijo algo que le molestó. ¡Y ahora Bakugou quiere explotar su cara!

Respondió sosteniendo uno de los brazos del rubio explosivo.

— Detente Bakugou. No lo escuches. — Lisa tomó uno de sus brazos, evitando que hiciera explotar algo.

— ¡ESE BASTARDO ME LAS PAGARÁ! — gritaba con molestia mientras sus amigos lo guiaban a otro lugar.

— Hayami Lisa, ¿verdad? — dijo el rubio de la clase de apoyo, Monoma Neito, siendo ignorado por la fémina. — Oye Hayami-san, ¿que fue lo que pasó en el festival? Eso no pareció un acto de un héroe.

La azabache decidió hacer caso omiso a sus comentarios. Siguiendo el camino que indicaba Midoriya.

— Tu poder es muy bueno... Lástima que no tenga un buen portador. — suspiró el rubio de ojos celestes. — Y Kirishima, cuando use tu kosei no fue tan varonil como pensaba.

Listo. El chico no saldría vivo de esa situación.

Midoriya observaba asustado por la expresión de sus compañeros. Sabía que los tres juntos podrían destruir la escuela.

Todoroki tambien sabía el único significado de esa mirada. Peligro.

— Kacchan, Hayami-san, Kirishima-kun. — habló nervioso el muchacho con pecas en el rostro.

— Lisa, sabes que eso no es cierto. No caigas en sus trucos. — alegó el semialbino acercándose a la muchacha.

— Creo que es tarde Todoroki-kun.

Los vieron girar con una mirada asesina, dirigiéndose hacia el ojiazul con paso lento.

— ¿Qué dijiste? — dijeron los tres al unísono, mirándolo fijamente con una expresión molesta y seria.

— Dije que-

Definitivamente el chico no viviría para contar lo sucedido. No si no lo hubieran detenido a tiempo.

— Detente loco. No dejas dormir. — se presentó la voz somnolienta de un muchacho de ojos verdes y cabellos color marrón oscuro que cubrían su frente con algunos mechones.

— ¿Acaso ya no te quieren en los pasillos? — preguntó con sarcasmo.

— Cállate y vámonos ya. Kendo nos espera. — dijo bostezando, y caminando con pereza mientras arrastraba a su compañero. — Y discúlpate de una maldita vez.

Todos quedaron sorprendidos ante la inesperada aparición, mirándose entre ellos con la mirada confundida por lo ocurrido.

— Felizmente no paso nada malo. — suspiró con alivio el chico más bajo.

— ¡CÁLLATE DEKU!

— No grites, Bakugou. — el tono sereno de Todoroki se unió a la conversación.

— ¡LO MISMO PARA TI BASTARDO MITAD Y MITAD!

Kirishima y Hayami rieron y bromearon sobre la cara graciosa que tenía el rubio.

Después, todos fueron por distintos caminos. Midoriya se encontró con Iida y Uraraka, Bakugou y Kirishima se fueron juntos, al igual que Todoroki y Hayami.

Había sido un buen día. Uno que no olvidaría con facilidad.

NEVER FORGET YOUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora