LIX

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« Respira, libera. »

— Primera postura. — dobló una rodilla, poniendo una pierna detrás de la otra. Formando una bola de fuego entre sus manos, mientras mantenía su mirada concentrada en su objetivo. — Liberación.

Una luz azul brotó de sus puños, expulsando todas las llamas ardientes que encendían su ser.

Y en segundos, el material de alta resistencia al calor estaba completamente derretido frente a sus ojos esmeralda.

Lisa se detuvo un momento, quitándose las cenizas de su uniforme deportivo, para poder sentarse y beber agua.

Estaba agotada. El entrenamiento era más estricto con el paso de los días.

— ¿Ya tienes tu respuesta?

La chica limpió el rastro de agua que quedó en sus labios. Sin poder responder de forma convincente.

— Que pena. Así no podré ayudarte, Lisa.

La chica cayó rendida en la fría superficie, suspirando una y otra vez para regular su respiración. Y también para olvidar las preguntas que abordaban su mente.

— ¡Maldición! — escuchó de repente una voz cercana, y bastante conocida para ella. 

Se levantó sin hacer mucho ruido, y caminó despacio hacia el lugar donde provenía esa voz. Y se asomó por la roca que los separaba, observando como el joven de cabello bicolor trataba de controlar sus dos poderes al mismo tiempo.

— Maldición. — murmuró nuevamente, sin darse cuenta de la presencia de la joven. — ¡Maldita sea!

Gritó con frustración, sin hallar mejoría. Trató de nuevo, y con cada intento fallido incrementaba su desesperación.

— Shouto. — giró al sentir una mano sobre su hombro, y despertó cuando oyó esa suave voz.

Pensaba que se había calmado, sin embargo, sus manos aún temblaban por el esfuerzo excesivo y sus ojos lucían sombríos.

— Mírame. — ella tomó el rostro del chico al ver que seguía aturdido, haciéndole que la mirara fijamente a los ojos. — Respira lento. — indicó, y el seguía sus palabras.

Todoroki comenzaba a recuperarse.

— Ya estoy mejor. — la serenidad regresó a su voz, y una expresión aliviada apareció en el rostro de Lisa.

Realmente la había asustado.

— Necesitas descansar. Te estás presionando demasiado. — la pelinegra le ofreció una botella de agua, y juntos se sentaron, apoyando sus espaldas en el muro rocoso.

Pero había algo que inquietaba la mente de Todoroki: ¿Cómo supo lo que debía hacer en ese momento?

Bajó la vista al pensar en la posible respuesta a su pregunta interna.

Quizás ella también había sufrido esa misma sensación desesperante, y por eso supo que decirle para poder calmarlo.

Y a Todoroki le dolió saber que probablemente no hubo alguien a su lado que le transmitiera la misma calma con la que Lisa había sostenido su rostro.

— ¿Shouto?

— Lo siento... — pensaba que había quedado en el pasado, pero estaba equivocado. — Por no estar cuando más lo necesitabas.

Él lo había comprendido, lo descubrió sin que ella necesitara dar pistas, y eso hizo que se sintiera sorprendida, porque pensaba que no había alguien que pudiera ver a través de ella. 

— Pero lo estás ahora. — dijo Lisa, dirigiendo su mirada a los ojos peculiares del chico que estaba sentado junto a ella.

Todoroki asintió con la cabeza, sonriendo levemente.

— Así que descansa un poco más. — le aconsejó Lisa al ver los raspones y quemaduras en sus manos.

— No tenemos mucho tiempo, y aún no logro controlarlo. Por eso, tengo que conseguirlo sin importar como.

— No estoy diciendo que debes rendirte. Solo quiero decir que terminarás herido si presionas tu cuerpo de manera abrupta.

Shouto entendía a lo que se refería, y con eso empezó a comprender como podía demostrar sus dos poderes al mismo tiempo: Tenía que ir lento, primero manejando el elemento que mejor controlaba, y poco a poco, ir activando el otro. Como si estuviese cocinando a fuego lento.

— Tengo una idea.

Después de quince minutos, ambos se levantaron, continuando con su entrenamiento.

Todoroki aplicó la teoría que tenía en mente, y sentía que se estaba aproximando a su meta. Sin embargo, al final, no hallaba ningún avance.

— Demonios. — susurró al no tener éxito, y concluyó que debía ser paciente con los resultados, pero al no ver mejorías, empezó a sentirse inseguro otra vez.

— Lo estás logrando. — habló Lisa, sorprendiendo al chico de inmediato por sus palabras. Y estaba segura de lo que decía, porque estaba fijándose en los pequeños detalles de cada intento.

— No es así. — dijo con la respiración agitada y el corazón latiendo velozmente por el esfuerzo. — ¿Por qué estás tan segura?

— ¿No es obvio? Porque creo en ti. — argumentó con firmeza, motivando al joven, diciéndole con sus acciones que no se detuviera. — Vamos, inténtalo otra vez.

Todoroki lo hizo, sin obtener resultados en las primeras veces. Pero aún así, mostraba que estaba muy concentrado y decidido a lograrlo.

— Estás cerca. Tú puedes.

El fuego y el hielo cubrieron sus dos brazos, y una emoción se apoderó del rostro de Shouto.

— Lo lograste. — le sonrió Lisa de forma sincera, observando como el chico tenía una gran alegría reflejada en sus ojos y en su disimulada sonrisa.

"Lo lograste."

La expresión de felicidad en el rostro de Todoroki era única, sincera, e inolvidable para los ojos de Lisa.

Los pequeños fragmentos de hielo que cubrían su brazo derecho fueron desapareciendo al igual que las llamas que brotaban de su lado izquierdo.

— Pude hacerlo. — le sonrió aliviado, porque al igual que ella, tenía miedo de no poder avanzar.

Y Lisa continuó sonriendo levemente con el rostro calmado, mirándolo con amabilidad.

NEVER FORGET YOUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora