Jimin volvió a despertarse lentamente, sus pestañas se separaron con delicadeza y el poco sol que ya empezaba a ocultarse todavía bañaba el cabello del rubio con suavidad. Su cuerpo pesaba como si tuviese plomo en los huesos, su garganta ardía tanto como la lava de un volcán y su cabeza daba vueltas como si el mundo a su alrededor estuviese girando.
Sus pupilas dilatadas no lograban enfocar muy bien hasta un par de segundos después cuando se contrajeron de tal forma que parecían las de un gato.
Hee no se había separado de él en todo el rato aún y cuando la abuela insistió en que ella cuidaría del muchacho, pero gracias al cansancio también se había quedado dormida sentada en una esquina de la habitación.
Cuando estaba en la tierra y era humana sufría, padecía y tenía necesidades como cualquier otro y eso incluía dormir.
Jimin se levantó lentamente mientras se apoyaba de la pared y se llevaba una mano a la cara, enfocó por fin la habitación y repasó cada parte de ella hasta que finalmente reparó en Hee.
¿Quién era ella?
Ahogó un grito en su garganta y se tambaleó un poco hacia atrás cuando los ojos de Hee ahora lo miraban fijamente. Aquellas hermosas pupilas color almendra estaban escrutando cada pedazo de Park Jimin y este se sentía desnudo e indefenso a tal punto que se abrazó así mismo tembloroso.
— ¿Cómo te sientes? —preguntó Hee y Jimin se sobresaltó cuando escuchó la voz de la chica. Esta se levantó del suelo y echó a un lado la cobija que la abuela había traído para ella.
Jimin sólo asintió con lentitud mientras miraba hacia el suelo. Ya no sentía la cabeza darle vueltas y el cuerpo le pesaba mucho menos pero aún no soportaba la garganta.
— ¡Abuela! —llamó Hee y al cabo de unos segundos la ancianita estaba entrando a la habitación con un vaso de té en la mano.
— ¿Ya despertó? —se acercó hasta el chico que lucía indefenso y aterrado —Hola ángel, ¿quieres beber algo? —dijo ofreciéndole el vaso que Jimin recibió con manos temblorosas.
No sabía quiénes eran esas personas ni dónde estaba, pero ahora mismo lo único en lo que podía pensar era en calmar el ardor en su garganta, así que tomó el vaso y se tragó la sustancia tan rápido que empezó a toser abruptamente.
— Despacio, ¡despacio! —dijo la anciana mientras le palmeaba la espalda. El contacto con la mano de la señora hizo que Jimin se alejara un poco, pero estaba tan ahogado y sus ojos empezaban a lagrimear que al final dejó que la abuela le diera golpecitos en la espalda para ayudarlo.
A todas estas Hee seguía de pie mirándolos sin saber qué decir o qué hacer.
— Hee, ¿les hago algo de comer? —preguntó la anciana mientras tomaba el vaso de las manos de Jimin.
— Por favor, abuela —pidió. La anciana los dejó a solas prometiendo llamarlos cuando todo estuviese listo y Hee sintió pánico cuando volvió a estar frente a frente con el chico de cabellos rubios que le rehuía la mirada y lucía como un ángel de alas rotas.
— Supongo que estás cansado, ¿quieres darte un baño?
En la cabeza de Jimin se formulaban cientos de preguntas al mismo tiempo, eran tantas y corrían a gran velocidad por su cerebro que ni siquiera podía enfocarse en una sola.
— Le diré a la abuela que te prepare el baño —dijo soltando un suspiro cansada.
Debía explicarle al chico. Por lo menos debía intentar decirle quiénes eran ellas y por qué él estaba ahí, pero le era difícil. Hee sabía que debía mentirle. No podía decirle que era un alma que ella misma había traído de nuevo a la Tierra y que ella era la vida misma; que su regreso había sido toda una apuesta con la muerte para tener a Taehyung de vuelta y que ahora era tan sólo una persona sin nada ni nadie en el mundo.

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eden → park jimin
Fanfiction❝Te prometo que la vida no es tan aburrida como parece.❞ La vida y la muerte habían hecho una apuesta por Park Jimin. → Historia original. → Ganadora de la 6ta edición KAW categoría drama.