eden → park jimin

36

— Sé lo suficientemente egoísta que soy, Yoongi. Pero, ¿qué hay de ti?

Pero Yoongi no le respondió y entonces el silencio sobre las aguas del purgatorio se hizo tormentoso para Hee, ella no quería que él estuviese cerca de Jungkook porque cada que el pelinegro rondaba a su alrededor, significaba una cosa: Muerte. Y ya había vivido aquello dos veces.

— ¿Es Jungkook? ¿Vas a intentar llevártelo otra vez? —dijo con la voz casi quebrada.

Yoongi soltó una carcajada seca.

— ¿Eso serviría de algo? Deja de creer que todo gira en torno a ese mocoso.

Y por primera vez Hee sintió alivio en su corazón pero, ¿si no era Jungkook entonces porque la muerte estaba tan cerca de ella?

— No puedes estar cerca de los humanos a menos que quieras llevarte a uno de ellos, ¿entonces por qué... de qué clase de egoísmo me hablas?

Hee nunca pensaría que aquel egoísmo era el del amor pues el simple hecho de que Yoongi se enamorara era impensable, incluso para él mismo, el sentimiento lo horrorizaba.

— Sólo déjame ser egoísta, no tienes derecho a quitarme eso. Tú misma estás siéndolo, ¿quieres a Taehyung de vuelta, no? Por eso estás usando a Jimin.

— ¡Tú me diste a Jimin! —gritó ella haciendo eco —¡Tú fuiste quien apostó en contra de él porque creías que no iba a lograr ganar!

— ¿Y has ganado? —la mirada de Yoongi lucía vacía, lejana.

Por supuesto que para él era mejor que Hee lograra ganar la apuesta, así Jimin viviría feliz y sin pesar pero como desearía el pelinegro que fuera él quien hiciera de la vida del joven una maravilla.

Sintió celos.

Hee levantó el rostro de forma altiva, casi orgullosa pero la verdad es que intentaba no demostrar que las palabras de Yoongi la habían herido por ser crudas y reales.

"Estás usando a Jimin para llegar a Taehyung".

— Cada vez que toco a Jimin no hay rastros de dolor y desesperación en él. Está empezando una nueva vida en la cual está poniendo mucho esfuerzo —respondió calmada y meticulosamente como si quisiera hacer que cada palabra se quedara grabada en Yoongi —Voy a ganar no sólo porque quiero a Taehyung de vuelta —siguió.

Yoongi tensó la mandíbula, sentía un calor extraño y doloroso en el pecho. Jimin era la ruina pero no podía quejarse, él había hecho tanto daño al rubio, tanto que era imperdonable.

— Sino porque quiero cuidar a Jimin. Incluso si me llamas egoísta, yo no voy a dañarlo, yo...

— ¿Empiezas a quererlo?

Hee selló sus labios.

¿Cómo era que esa pregunta había desatado tantas dudas? Se suponía que no había mucho que pensar, debía decir que sí lo empezaba a querer porque Jimin se estaba colando en su corazón, así como todos los humanos a los que ella adoraba con su alma.

¿Pero le preguntaba Yoongi acerca de un querer de esos o sobre algo más? Simplemente calló porque no encontró la respuesta correcta.

— No vayas a quererlo más de lo que deberías, Saengmyeong.

— No voy a querer a Jimin como no debo.

Pero las palabras de Hee no provocaban calma en Yoongi y sólo hasta ese momento fue consciente de que ellos podían enamorarse, de que Jimin podía amar a Hee como nunca lo haría con él. Cedió. Se dejó así mismo sentir el dolor de los celos y el arrepentimiento, ¿por qué simplemente no había dejado que se fuera al cielo?