— Jigu (Tierra).
Jimin había sido borrado de la faz de la tierra.
Los recuerdos que se tenían de él, su imagen, su cuerpo, su esencia. Todo.
Para poder traerlo de vuelta a la Tierra, la vida no tenía otra solución que esa y por eso ahora Jimin no era nadie, sólo un humano que había vuelto de la muerte y que había sido puesto de vuelta entre los vivos por una caprichosa apuesta entre la vida y la muerte.
Nadie sabía quién era Park Jimin. Nadie ni nada lo recordaba, ni la hierba que alguna vez había pisado, ni los árboles que lo arrullaron alguna vez, ni las flores que tanto le gustaba ver crecer en el patio del orfanato, ni las paredes de la secundaria que nunca pudo terminar, ni las voces de aquellos que lo maltrataban.
Era un lienzo en blanco incluso para él mismo.
— ¿Ya ha despertado? —preguntó la vida entrando a la habitación donde yacía Jimin. El rubio estaba acostado cubierto por una gruesa manta sumido en un profundo sueño incluso si los rayos del sol se filtraban por la puerta de madera corrediza y le acariciaban el rostro.
La abuela negó con la cabeza.
— Hee, ¿quién es este chico? —preguntó la abuela mientras se acercaba a Jimin y tocaba su frente con suavidad —Parece triste, enfermo. ¿Quién es?
Hee es el nombre humano que usa la vida cuando está en la Tierra. Así es como la conocen todos aquellos que se han cruzado con ella en su forma humana porque ella se había enamorado de los humanos hacía mucho tiempo y por eso quería experimentar lo que era vivir como uno.
Y nunca antes fue tan feliz en su decisión como cuando conoció a un joven: Kim Taehyung.
— La muerte me ha retado, abuela —dijo Hee sentándose a un lado de Jimin mientras repasaba las facciones del chico. A duras penas se podía decir que estaba de vuelta a la vida porque mirara por donde quiera, todo lo que el rubio expresaba era lamentable.
Incluso si lucía como un ángel y uno de los seres más bellos del planeta, Jimin parecía una obra de arte fracturada cuyo marfil se había opacado.
— ¿Cómo? —el rostro arrugadito de la abuela se sobresaltó —¿Te está jugando una broma?
La abuela sabía quién era Hee, sabía que era la vida misma y por eso no la tildaba de loca si decía cosas como esas. La misma anciana conocía de cerca a la muerte.
— Verás... —suspiró la vida apartando un mechón de la frente de Jimin.
— Está bien si no quieres decírmelo, Hee. ¿Le traigo el almuerzo?
— Aún no ha despertado.
— Oh —las mejillas de la abuela se agrandaron a causa de su sonrisa —Yo creo que sí —dijo apuntando hacia el rubio chico.
El frágil cuerpo de Jimin se removió suavemente debajo de la manta y, ante los ojos expectantes de Hee, sus pestañas fueron separándose poco a poco y abrieron aquellas pequeñas ventanas que tenía por ojos para encontrarse con ella y su mirada.
El rostro de Hee lo apreciaba con... ¿lástima?, ¿miedo? Nadie sabría decirlo sino la misma Hee que ahora mismo no podía creer que una criatura tan hermosa hubiese tenido una antigua vida tan deprimente.
Los ojos de Jimin se fueron adaptando poco a poco al ambiente y pasaron de ver la completa oscuridad al rostro de una chica desconocida, los rayos del sol, una habitación que en su mayoría era de madera y una puerta corrediza que daba hacia un bello jardín oriental.

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eden → park jimin
Fanfiction❝Te prometo que la vida no es tan aburrida como parece.❞ La vida y la muerte habían hecho una apuesta por Park Jimin. → Historia original. → Ganadora de la 6ta edición KAW categoría drama.