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El paso del tiempo se volvió menos doloroso y más llevadero por el hecho de que Hee tenía a Jimin. La despedida de Taehyung no había sido un paso fácil por supuesto, sin embargo, era necesario.

Como es necesario cambiar de estación y ver marchitar a las flores. Como es necesario soltar un largo suspiro luego de retener una profunda tristeza en nuestro pecho, así como las lágrimas son necesarias y así como todo aquello que debemos hacer para adaptarnos a los cambios y dejar sanar viejas heridas.

Hee sabía que lo que necesitaba para estar en paz era despedirse una última vez de Taehyung y lo que el castaño más anhelaba era la paz. Ella no podría prometerle la paz si lo traía una vez más al mundo de los vivos y sabía que aunque su deseo era tenerlo a su lado sería repetir la historia de Jimin y Jungkook al actuar por egoísmo.

Y no quería ser egoísta otra vez aunque fuera difícil de entender para ella siendo la vida. Era algo a lo que tenía que empezar a acostumbrarse. Al continuo frenesí de dejar ir algo que amas.

Hee siempre amaría a Taehyung de una forma única. Con él aprendió tantas cosas que ni la misma muerte haría que se le olvidaran. A contar cabellos castaños danzantes por el viento, a apreciar una sonrisa por más de un minuto, a entender la fragilidad de un "nos vemos luego", a sostener entre sus manos el amor sin condiciones de un humano que aún y cuando estaba sumamente herido sabía irradiar un poco de luz para ella.

Aprendió a amar a un humano más allá de la protección y el cariño, como alguien que estaba dispuesta a entregarlo todo por preservar y proteger ese amor. Todo lo que Taehyung le enseñó se quedaría para siempre con ella y aunque los siguientes tres meses fueron arduamente dolorosos, Jimin estuvo a su lado.

Quizás una estrella había caído del cielo pero había otra que estaba intentando alumbrar los rincones oscuros del corazón de Hee. Jimin se había vuelto luz para ella.

Durante los tres meses que pasaron, Hee se quedó en el hanok y se desentendió del instituto; quiso darse un tiempo para meditar y sanar sus heridas. El mismo Seokjin a pesar de no saber sobre la despedida de Taehyung entendió que Hee necesitaba un tiempo para lo que fuera que estuviese resolviendo consigo misma. Fue él quien sugirió que no fuera al instituto y se tomara el tiempo que creyera necesario. Mientras tanto, pese a que Jimin cuidó de Hee junto a la abuela al mismo tiempo asistía al instituto. Sin embargo, las cosas cambiaron un poco para él ya que dejó las clases de música y se concentró en la danza.

Además por las tardes ayudaba a Seokjin con algunos papeleos o pendientes que había en la parte administrativa del instituto dada la ausencia de Hee.

A los ojos de Seokjin, Jimin había cambiado mucho en tan sólo un corto plazo de tiempo y aunque no entendía a que se debía el cambio estaba feliz de que Hee tuviese a alguien como el rubio a su lado. Parecía más maduro y concentrado en sus planes, ya no parecía un niño inseguro al que acababan de arrancarlo del seno de su madre aunque aún conservara su inocencia.

Por eso incluso a veces cuando Seokjin tenía asuntos personales que atender dejaba la llave del instituto con Jimin y lo dejaba abrir a la mañana siguiente. Jimin muchas veces fue el primero en llegar al sitio.

Mientras tanto, desde el incidente de Taehyung, Yoongi no había vuelto al instituto por varias razones. Una de ellas y la más importante era que Hee no estaba alrededor de Jimin por lo que su presencia significaría un daño para el rubio. Así que mientras tanto tenían otro profesor. Aunque Yoongi no tenía del todo intenciones de volver por la segunda razón que lo llevó a alejarse.

Pensaba en que estaba siendo egoísta una vez más y que debía aprender de Hee.

Cuando pasó lo de Taehyung, Yoongi no podía dar crédito a la decisión que había tomado Hee. ¿Dejar a Taehyung para siempre? Seguramente era una broma, sin embargo, se encontró consternado cuando descubrió que Hee estaba decidida.

eden → park jiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora