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Para Hee, Jungkook era el ser humano más vulnerable y puro que podía existir; era sin duda un chico al que adoraba hasta sus entrañas y aunque no lo amara de la misma forma en la que amó a Taehyung, bastó para que Seokjin le dijera que el chico había sido dado de alta y que estaba en el instituto para que saliera corriendo desde la oficina.

— Jungkook... —dijo recuperando el aliento mientras le daba un abrazo. El castaño estaba bajo un árbol sentado en su habitual silla de ruedas haciendo un dibujo. El kimono de Hee casi lo cubre por completo a duras penas dejando su rostro en libertad para esbozar una sonrisa.

— Noona —dijo él suavemente mientras dejaba el lápiz en sus piernas y le correspondía al abrazo.

Luego de varios segundos, Hee se separó del castaño y lo miró como quien observa al atardecer con ahínco por miedo a que desaparezca frente a sus ojos. Colocó sus manos en los hombros de Jungkook y los apretó suavemente. Estaba allí, frente a sus ojos sano otra vez.

— No vayas a llorar —le pidió el chico con una risita que pronunció sus mejillas y su nariz—Si lloras entonces no te ayudaré con el diseño del cartel del instituto —Jungkook se acomodó en la silla y Hee le ordenó un poco el cabello luego de habérselo desbaratado un poco por el desordenado abrazo.

— ¿En serio vas a chantajearme así?

— Sólo si te veo llorar. Te verás horrible con lágrimas en esos ojos tan bonitos —Kook se mordió el labio inferior inmediatamente luego de decir aquello y bajó la mirada —¿Quieres ver cómo voy? —intentó disimular mientras tomaba la libreta.

Hee la apartó suavemente.

— Sé que lo que hagas quedará perfecto y por eso... —Hee se había sentado en la jardinera del árbol donde estaba Jungkook en la silla de ruedas y se había inmerso tanto en el chico que no fue hasta que dirigió la vista al horizonte que notó que dos personas estaban allí.

Jimin y Hyunjae. Hyunjae miraba a Jimin y este último a ellos.

Hee pudo haber dirigido el curso de sus pensamientos en ese momento en discernir por qué Jimin tenía en el rostro la expresión de alguien a quien acaban de golpear en el estómago pero en lugar de ello, giró a escuchar a Jungkook cuando este le estaba haciendo una pregunta.

— ¿Quién es él? —preguntó el castaño también mirando hacia donde estaba Jimin.

Era cierto, Hee no le había hablado mucho de Jimin a Jungkook. Sólo le había dicho qué edad tenía y cómo se llamaba cuando lo visitó en el hospital y pese que para Hee el asunto no era de vida o muerte, para Jungkook sí.

Jungkook iba frunciendo el ceño poco a poco mientras Jimin se acercaba hasta donde estaba ellos luego de que Hee le hiciera señas con la mano.

El pelirosado que acompañaba a Jimin fue llamado en ese momento por uno de sus compañeros dejando al rubio con la sensación de que estaba indefenso, no por Hee sino por la mirada penetrante de Jungkook.

¿Dónde estaba esa sonrisa infantil de hace un momento? Jungkook se la había tragado luego de que su pecho empezara a doler cuando vio la forma en la que Hee le sonreía a Jimin.

Con dulzura. Con tanta dulzura que sintió celos.

El castaño apretó el lápiz y la libreta en su mano pero no dijo nada hasta que Jimin estaba de pie junto a ellos.

— Él es Jimin, es el chico del que te hablé.

Jimin sonrió levemente y jugaba con el borde de la franela como siempre hacía cuando estaba sumamente nervioso. Jungkook no respondió de inmediato simplemente se quedó mirando al chico dos años mayor que él con cara de pocos amigos.

eden → park jiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora