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6 años atrás.

Jungkook sonríe. Jungkook habla hasta por los codos con Hee. Jungkook es sobresaliente en sus clases. Jungkook es amable con todos.

Eso es en lo que se ha convertido Jungkook en tan sólo un año luego de haberse reencontrado con Hee, luego de que se sintiera escuchado y descubriera que no todo estaba perdido como él pensaba.

Estaba el tema de su enfermedad y de que su vida era difícil para un chico de 15 años pero el castaño había aprendido a ver luz en toda la oscuridad que abundaba a su alrededor. Cuando le dolía la pierna, se decía así mismo que él era fuerte y que no se iba a dar por vencido. Cuando se quedaba solo en casa debido a que su madre y hermano debían trabajar, se regocijaba al saber que tenía a dos personas más que lo acompañarían. Si se sentía inservible, veía sus dibiujos y recordaba todas las palabras de halago que los profesores y Hee le decían a diario.

Había cambiado para bien e incluso ese cambio de actitud recpercutía positivamente en su estado de salud. Él no lo notaba pero Namjoon sí. Hee también.

Jungkook estaba solo en casa casi como de costumbre, estaba concentrado en un dibujo que llevaba bastante tiempo planificando en su cabeza y que se basaba en una imagen con la que había soñado hacía unos meses atrás.

Un jardín japonés, flores, árboles. Un lago artificial muy pequeño, un techo tradicional. Dos personas, dos siluetas que no alcanzó a vislumbrar bien siendo una más pequeña que la otra. Jungkook llevaba una semana pintando aquello con esmero con grafito sobre un largo trozo de tela de alrededor de un metro. Estaba tan concentrado que no se dio cuenta que la puerta de la entrada emitió un pequeño sonido avisando que alguien estaba entrando.

— ¿No es muy tarde para que estés despierto, jovencito? —preguntó Hee detrás de él, su voz hizo que Jungkook diera un respingo y se llevara la mano al pecho.

¡Noona! —celebró —Estoy feliz de verte pero me has asustado muchísimo.

Hee le sonrió y le acarició levemente el cabello.

— Mira, te he traido la cena —comentó ella mostrando las bolsas que traía en sus manos —La colocaré en la cocina, mientras ve a lavarte las manos que estás todo lleno de grafito.

¿Por qué has llegado tan tarde? Creí que vendrías hace una hora y más —preguntó Jungkook dejando a un lado el lápiz a un lado.

Hee ya estaba en la cocina dejando las cosas sobre la mesa, se devolvió hasta donde estaba el castaño y lo ayudó a subirse a la silla de ruedas para llevarlo al baño a que se lavara las manos.

— Es que de camino acá, me he encontrado a una persona que necesitaba ayuda.

— ¿En serio? ¿Estaba en problemas? —dijo Jungkook frunciendo el ceño con preocupación —¿Tú estás bien, noona?

Ella asintió.

Dejó la silla de ruedas frente al lavamanos y Jungkook abrió el chorro para mojar sus manos.

Era un chico, él y sus hermanos están en serios problemas —dijo recordando el episodio de esa noche mientras estaba comprando comida para Jungkook —No había comido bien en mucho tiempo y casi se desmayó.

— ¡Wow! ¿Está bien? ¿Lo llevaste al hospital? —Jungkook terminó de lavarse las manos y Hee hizo lo mismo, ambos volvieron por el pasillo hasta la cocina mientras Hee le contaba sobre el moribundo chico que se había roto esa noche a causa de todos los problemas que lo atormentaban.

eden → park jiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora