07

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Cuando Hee llegó al hospital y tocó la puerta de la habitación donde estaba Jungkook temió encontrarlo demacrado en la cama mientras le pasaban la quimioterapia o con algún monitor pegado a su pecho. Ya lo había visto un par de veces así y era una imagen realmente horrible y dolorosa para ella.

Pero por suerte, el chico estaba en su habitual silla de ruedas con el pijama del hospital mirando por la ventana como la lluvia bañaba las plantas que estaban en el descanso de la misma. El aire acondicionado estaba encendido, el purificador de aire también y el pequeño radio que Jungkook tenía en la mesita al lado de su cama cantaba alegremente una canción que Hee desconocía.

— Hola Jungkook —dijo la chica llamando la atención del castaño.

— ¿Noona? ¡Noona!* —chilló tirando de las ruedas de la silla para ir hasta ella. El rostro se le iluminó cuando vio a la chica en la puerta de la habitación con un pastel de manzana en las manos —¡Estás de vuelta! ¡Viniste a verme!

— Siento mucho no haber venido antes, estaba...

— No te preocupes —Jungkook sabía lo de Taehyung y lo mucho que afectaba a Hee por eso no quería tocar el tema al contrario de Seokjin —¿Ese pastel es para mí?, ¿verdad? —dijo como un niño emocionado.

— No, es para mí. Me lo comeré en casa —mintió ella haciendo que Jungkook hiciera un puchero.

Jungkook estaba más delgado y pálido de lo habitual a pesar de parecer tener energía, quizás se sentía realmente mal, pero al ver a Hee quiso fingir que estaba bien y que nada le dolía.

El cáncer de Jungkook había afectado su pierna derecha desde que era joven y por eso no podía caminar, sin embargo, cuando tenía dieciséis años el tratamiento había funcionado bastante bien como para que Jungkook se olvidara de su enfermedad a pesar de que igual no podía caminar. Pero ahora... Cuando Hee bajó la mirada notó que era la pierna izquierda ahora la que estaba roja e inflamada.

Dios, ¿a qué juegas?

— Vamos a comerlo, es tu regalo atrasado por haber pasado al siguiente año de la universidad —dijo Hee sentándose en la cama abriendo el pastel, rodó la mesa donde las enfermeras colocaban la comida de Jungkook y sirvió dos pedazos.

— ¿Cómo está la abuela? ¿Por fin sembró las sandías en el jardín?

— Más quisquillosa que antes —bromeó ella —Y no, aún no. Al final terminó sembrando manzanas porque entendió que para las sandías se necesitaba muchísimo espacio.

— Ya... —Jungkook rió arrugando la nariz y luego esbozó una leve sonrisa que enterneció a Hee.

Jungkook siempre le ablandaba el corazón.

— ¿Cuándo sales de aquí?

— Ah —suspiró metiéndose un pedazo de pastel en la boca —Buegdno no ro sédss...

— Jungkookie, traga primero —dijo mientras veía las mejillas de Jungkook hecha dos bolas por el pastel.

— No lo sé aún —dijo fingiendo no estar triste con una sonrisa tímida en los labios —Mi mamá es la que ha estado hablando con los médicos.

— Ya, ¿y tú mamá viene hoy?

— Más tarde, hace un momento estaba aquí mi hermano. Estábamos jugando en el teléfono —dijo levantando su móvil.

— Está bien —dijo regalándole una sonrisa —Es bueno que te distraigas —le acarició el cabello y Jungkook se sonrojó ante el contacto —¿Has dibujado últimamente? —lanzó una rápida mirada alrededor.

eden → park jiminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora