Se veía ridículamente bien. Hermoso. Como cuando tropiezas a alguien en la calle y tu cerebro simplemente usa ese término. El uniforme azul le sentaba muy bien, lucía como un chico realmente distinto al que siempre usa la ropa de algodón que lo hacían ver como un ángel.
Pero seguía siéndolo.
— ¿Tú crees que lo haga bien? —preguntó Jimin en voz baja. El árbol por supuesto que no iba a responderle y por supuesto que era una pregunta retórica pero de todas formas los nervios de no encajar bien en un instituto donde la mayoría de las personas eran menores que él lo había hecho levantarse tempranísimo. Ni la abuela estaba despierta.
Estaba regando las plantas y cuando terminó de hacerlo se colocó frente al árbol de almendros. Ese árbol definitivamente le transmitía paz, ahora incluso que a pesar de no tener flores en sus ramas Jimin, se sentía realmente tranquilo cuando lo admiraba.
Escuchó la voz de Hee casi detrás de él, ella todavía vestía el pijamas. Tenía una mano colocada en el marco de la columna de la puerta que daba hacia el jardín. Jimin brillaba con los rayos de la mañana, vaya que sí, el uniforme hacía una gran diferencia y le daba un aire más masculino y maduro.
Jimin sonrió y sus ojos se volvieron una línea. Aquel gesto era por lejos, el mejor buenos días que podría recibir Hee.
— ¿Te he despertado de casualidad?
— No, claro que no. ¿Desayunaste? —el sol entraba directamente hacia la hanok y golpeaba las retinas de Hee haciendo que sus ojos se vieran incluso más claros, lo mismo con su cabello. A los ojos de Jimin parecía que ella absorbía la luz del sol.
La vida y su esplendor.
Jimin negó suavemente apenado cuando escuchó su estómago rugir como si un tractor estuviese paseándose por sus intestinos.
— Ven —le dijo la chica haciéndole señas con la mano.
Fueron hasta la cocina y Hee se encargó de preparar el desayuno, sabía que Jimin estaba nervioso y que iba a necesitar mucha energía para el día por eso no escatimó en la cantidad de arroz, sopa y kimchi que le sirvió.
— ¿Te gustaría un pan relleno para media mañana por si te da hambre? La abuela ha comprado varios. Hay de frijol rojo, si te gusta... —no era como si Jimin no pudiera hacerse cargo de sus necesidades y simplemente comer en el cafetín pero le empezaba a gustar esa preocupación por Hee de cuidarlo aunque no iba a admitirlo en voz alta así que simplemente sonrió traviesamente mientras se mordía el labio inferior —¿Jimin me escuchaste?
— Oh, sí, sí. Uno por favor.
Hee estaba preparando diligentemente una vianda para el resto del día olvidando que ella también tenía que comer.
— ¿Y tu comida? —preguntó el rubio. Hasta ese momento Hee no se había dado cuenta que ella también tenía que llevar su comida.
— En un momento la preparo —dijo terminando la vianda de Jimin colocándose la sobre la mesa —Iré a vestirme, cuando termines nos vamos.
La abuela todavía estaba durmiendo, la noche anterior se había sentido un poco mal del estómago así que Hee se había levantado varias veces en la madrugada para revisar su estado, por eso también se había levantado muy temprano a preparar las cosas de Jimin ya que normalmente la anciana era quién se encargaría de ello.
Se bañó, se recogió el cabello sin mucho esfuerzo y se colocó un kimono gris con plumas doradas. Cogió un bolso y casi sale de la habitación sin llevarse el móvil.

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eden → park jimin
Fanfiction❝Te prometo que la vida no es tan aburrida como parece.❞ La vida y la muerte habían hecho una apuesta por Park Jimin. → Historia original. → Ganadora de la 6ta edición KAW categoría drama.